Charlotte lleva bastante tiempo fijándose en el extraño vendedor de gafas de la empresa papelera de Dunder Mifflin y, aunque sus intentos de conquista han sido nulos y sus amigos han insistido mucho más de lo que ella esperaría para que diera el pas...
El miedo de Charlotte había permanecido durante varios días y, a pesar de que Dwight la había ayudado en gran medida a olvidarlo o simplemente la hacía pensar en cosas completamente diferentes para que no estuviera ansiosa todo el día, las constantes palabras de sus amigos alentándola a hacer algo que le aterraba no le estaba beneficiando en ningún sentido; todo los intentos de Schrute por calmar su ansiedad era inútil porque, una vez volvía a la tienda, era acribillada por las preguntas de todos aquellos empleados que estaban con ella.
Ver aquella bonita flor que había comprado en la tienda cercana a su casa le había hecho entender que estaba verdaderamente aterrada de lo que podría llegar a pasar si en algún momento llegaba a declararse a Dwight, temía por un amor no correspondido, porque, después de todo, la intención inicial con esas flores era hacer que Dwight se olvidara de Angela y, de paso, que se enamorara de ella, pero viendo las varias veces en las que había pillado a la contable mirarles de mala manera y con unos celos que ni siquiera podía llegar a comprender, ese temor persistía aún más.
Tenía miedo tanto de que Dwight no la correspondiera como el que aún siguiera enamorado de Angela cosa que, dentro de lo que cabe, sería un problema para varias personas dentro de su círculo que prefería no recordar o mencionar.
Había tenido una charla con su grupo, además de con Jim y Pam que parecían haber alentado a sus respectivas parejas a hacer lo que tanta incomodidad le había causado. No quería que ellos se metieran en la relación que tenía con Dwight porque, en la peor de las situaciones, quería seguir siendo su amiga y no una desconocida como era al principio; le había costado sudor y lágrimas el no decirle en más de una ocasión los halagos que tantas veces habían hecho que Harper casi vomitara en la tienda, por lo que no quería estropear todo como temía que pasaría en un futuro.
La peonía rosa representaba ese pequeño temor que tenía porque, a pesar de lo que decía la Wikipedia, claro que reflejaba en sus pétalos un "te quiero", pero el hecho de que se volviera tímida a decirlo provenía de ese temor; era una flor hermosa que escondía un horrible significado que solo aquellos que experimentaban el amor platónico eran capaces de conocer.
— Te quiero — murmuró Charlotte para sus adentros mientras agarraba con fuerza el tallo de la rosada y blanquecina flor, sintiendo sus propias uñas enterrarse levemente en las palmas de su mano.
La campanita en la entrada de la tienda llamó la atención de la fémina y su rostro, anteriormente decaído, se iluminó al ver el rostro alegre de Dwight.
¿Cómo no iba a querer a ese hombre?
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¡HEMLO!
¿Cómo andamos? Espero que bien.
Feliz día de San Valentín, por cierto :D
Yo lo paso sola, así que no pasa nada si no tenemos a alguien para celebrarlo :) Yo le regalé, o le quise regalar, una flor con dedicatoria a mi crush pero, adivinad, no se la he podido dar. Se suponía que se iban a entregar a una hora y ha acabado siendo a otra y, para entonces, él ya no estaba, así que he tenido que recogerla y actualmente está a mi cuidado hasta mañana (recemos para que no se muera antes de entregársela)
Por otro lado, ¿qué os ha parecido el capítulo? Espero vuestros comentarios con ansias sjsjs
