Alternate Worlds [Shots Taekook]

6) Scarlett

Jungkook: ¿?
TaeHyung: ¿?

Una noche oscura y tormentosa.

Las gotas de lluvia caían ruidosamente, los rayos iluminaban el oscuro cielo. Las ramas de los árboles se agitaban bruscamente con el frío viento de la noche.

Las linternas iluminaban entre los árboles, pasos apresurados se escuchaban entre la tierra lodosa.

Personas encapuchadas de negro, botas y linternas se adentraban en el espeso bosque, con una dirección en específico.

Nadie hablaba, pero sus corazones palpitaban emocionados y ansiosos.

Era hoy, está noche.

Siguieron iluminando el camino en grupo, sin importarles estar empapados por la fría agua.

Un trueno resonó en el cielo, justo en el momento en el que un enorme castillo negro se hizo presente ante ellos.

Enorme, alto, negro y desgastado.

Perfecto para un villano de película de terror.

Las puertas fueron abiertas por dos encapuchados, el sonido chirreante no alarmando a ninguno pero si causando molestias.

Entraron al castillo, frente a ellos, en una plataforma había un trono digno de un rey y en él estaba...

—Alteza. —los encapuchados no tardaron en reverenciar ante la imponente presencia de su segundo rey.

El azabache de traje negro, cabello largo ojos carmín y colmillos afilados ladeó una sonrisa.

—Mis hermanos. —jungkook se levantó de su trono— Tanto tiempo sin vernos.

Los encapuchados levantaron sus cabezas cuando escucharon los pasos del rey estar frente a ellos, todos al fin bajando sus capuchas.

Uno de ellos, de cabello rubio y ojos brillantes verdes iguales a los del resto de encapuchados, se acercó a él, con una sonrisa de labios sellados dónde sus colmillos podían sobresalir.

—Nos alegra estar de vuelta.

Jungkook sonrió a su mano derecha.

—Lo sé, YoonGi. Es hoy.

YoonGi asintió cuando jungkook le dió una mirada sería, pasando su vista por el resto de la habitación, dónde sus súbditos miraban expectantes.

El sonido de una campana se escuchó tres veces, el enorme reloj en la torre del castillo marcando las doce de la noche.

Las personas comenzaron a formar un círculo, con velas en las manos.

—Es hora. —repetían una y otra vez, como un mantra, entre ellos.

—Alteza. —YoonGi se hizo a un lado, dejando que jungkook pasará hasta quedar al frente del círculo de personas.

Alzó la vista al cielo, cerrando los ojos y extendiendo ambos brazos a sus costados, en su mano derecha un anillo de rubí brillando.

El techo del castillo se abrió, la lluvia se había detenido hace unos minutos, la luna bañada en sangre se hizo presente en el cielo.

La luz roja de la luna iluminó dentro del castillo, en el centro del círculo de personas la luz bañó el suelo.

El suelo tembló y comenzó a agrietarse.

Se abrió y comenzó a salir de ahí un ataúd en perfectas condiciones.

Jungkook bajó la vista al ataúd y caminó a él.

—Despues de mil años... —habla en un susurro, acariciando la madera pulida del ataúd.

Extiende la mano a su derecha y una estaca dorada es depositada en ella de inmediato.

—Abranlo.

El ataúd es abierto por dos castañas. Dejando a la vista el cuerpo inherte de su amado.

Pálido, labios secos, cabello rojizo y un pulcro traje negro. Con las manos cruzadas sobre su estómago y ojos cerrados.

Jungkook sostuvo la daga en su mano derecha y con la otra acarició la fría mejilla de su esposo.

—Es hoy, mi amado Scarlet.

Dejó de acariciar a su esposo y con la daga se hizo una herida en la palma de su mano y mucho antes de que la herida sanará de inmediato, coloco la mano sobre la boca de TaeHyung, dejando que la única gota de sangre que salió cayera en su boca.

Entregó la daga y esperó unos segundos, ansioso al igual que todos.

Uno

Dos

Tres...

TaeHyung abrió los ojos de golpe, dejando ver el rubí brillante en ellos, saboreó la sangre en su boca, sus colmillos apareciendo veloces.

Sus labios tomaron color, sin embargo su cuerpo no.

—Despertó.

El primer rey se sentó en el ataúd y miró a su esposo azabache.

Jungkook no podía contener su sonrisa.

—Scarlet...

—Mi jungkook.

Al segundo rey no le importó que sus subditos lo vieran lanzarse a los brazos de su esposo. Juntando sus labios en el proceso.

—Te extrañé.

—Yo también, Scarlet. No sabes cuánto.

Después de mil años en el que su primer rey fue apuñalado por una daga de plata hasta casi morir, tener que tomar una siesta de un milenio para recuperarse y despertar al fin en la noche de luna sangrienta.

Los dos amantes volvían a estar juntos.

Está historia tendrá fanfic, así que ya no habrá extras.