Alternate Worlds [Shots Taekook]

7) Silencio

Jungkook salió de su cama una vez que su hermana salió de la habitación. Con su tunica de pijama y sus pies descalzos caminó por el suelo pulido hasta acercarse al grande balcón del castillo en sus aposentos.

Se asegura de cerrar las cortinas una vez que está afuera, bajo la luz de la luna llena y las estrellas. La brisa fria de la noche lo estremece pero no lo suficiente como para hacerlo volver a la cama.

Se queda en el balcón, mirando el pueblo desde el castillo, los pueblerinos no están pues ya es muy noche, todo el mercado está cerrado y ni una sola alma se nota.

Le da tanta paz.

Pero no salió en medio de la noche de su mullida cama solo para tener paz cuando podía tenerla desde sus aposentos.

Se apoya en la baranda, sus mejillas rojas por el viento frio. Y pronto ve una sulueta alta saltar sobre un techo. Lejos, casi diminuta.

Ve a la silueta dar la vuelta y puede jurar que el hombre misterioso lo vio. Un escalodrio entero lo recorrió al ver alzar la mano en su dirección.

Suelta un suspiro cuando lo ve dar vuelta, otro hombre salta al techo, completamente vestido de negro de pies a cabeza como el primer misterioso, solo que él hombre que lo vio tenia un pañuelo naranja cubriendo su rostro.

Él sabe quienes son.

夜の忍者
Yoru no ninja.

Los ninjas nocturnos. Guerreros entrenados para pelear en el silencio de la noche.

Solo la familia real sabe quienes son, solo el rey sabe sus apariencias detras de esa manta que cubre sus rostros.

Solo quien rige el reino sabe quienes son en realidad, quien los ha entrenado.

Jungkook sabía de su existencia, pero nunca había visto a uno. No hasta que descubrió al misterioso hombre de pañuelo naranja dejar una peonía en su balcón.

Los ninjas nocturnos, entrenados para que nadie pueda derrotarlos. Para que nadie sepa que existen, para ser tan rápidos que nadie pueda ver sus movimientos.

Jungkook, siendo el menor de cinco hermanos, tenía una posibilidad minima de saber de ellos. No se le asingara un lugar en el trono a menos que todos sus hermanos sucesores mueran.

Solo el principe heredero podía saber sus verdaderas identidades y él no era ese principe, era casi ignorado por su familia.

—No...

Un puchero disconforme aparece en sus labios cuando ve al honbre desaparecer entre los arboles de bosque. Se ha ido, de nuevo. Él tenia tantas ganas de saber quien era.

Saber quien le ha estado dejando peonías en el balcón de su habitación todas las noches.

•°•

Es de noche de nuevo, jungkook porta su traje de noche impecable como siempre. Hoy fue el festejo de sus hermanos mayores gemelos, Agust y YoonGi, el primer mencionado siendo el sucesor al trono por haber nacido minutos antes que YoonGi.

La fiesta en el salón principal seguia en su mejor momento, su hermano NamJoon, tercer sucesor, y su hermana Irene, cuarta en la linea, seguían ahí junto a YoonGi, disfrutando de la velada con personas de gran importancia.

Eran en momentos como este que agradecía no ser tan importante en el linaje real, pocos ponen atención en el menor de los príncipes, así que podía escabullirse si que nadie lo note.

Ahora se encontraba en un solitario pasillo, sin guardías por alguna razón. Había visto a su padre, el rey, hablarle a Agust en silencio y luego ambos se fueron. Él no pudo con la curiosidad, así que los siguió.

Sabía que algo pasaba.

Se escondió detras de un muro al escuchar murmullos.

—Por aquí.

—¿Tiene que ser ahora, majestad?

—No me cuestiones, Agust. Todos están distraidos, nadie notará nada.

Era la voz de su padre y hermano.

—Pudo elegir un mejor momento, majestad.

—Pronto serás rey, debes conocer a quienes te protegen.

¿Quienes lo protegen? La familia real ya conocia a los guardias del palacio, tal vez se referia a...

Jungkook agudizó su oido. Per luego una puerta se escuchó y su padre padre hermano ya no se escuchaban.

—Rayos.

Miró en todas direcciones, una ventana al final del pasillo, y junto a ella una puerta, la única, ahí deberían de estar.

Camino de puntillas hasta quedar en frente de la puerta, pero se quedo paralizado al ver la ventana siendo abierta, y cinco cuerpos cubiertos de negro de pies a cabeza entrando sigilosos, sin hacer ruido.

Los cinco entraron y cerraron la ventana, para luego darse la vuelta y quedar paralizados cuando vieron al menor de los principes viéndolos perplejos.

—Ah... Yo... Yo...

Uno de los ninjas, que curbia su rostro con un pañuelo amarillo se golpeo la cara con la palma de la mano.

Empezaron a susurrar entre ellos, desesperados. Se supone que el rey dijo que no habría nadie, pero ellos debieron ser cuidadosos.

El único que no había dicho palabra fue el ninja de pañuelo matanja, que se quedaba viendo fijamente al principe jungkook.

Jungkook solo tenía vista de esos potentes ojos verdes que lo habían hipnotizado, ahí estaba frente a él. El hombre que había estado espiando desde hace varias noches.

—Vante. —una voz femenina susurró, hablándole al de pañuelo naranja. Era el de pañuelo azul.

Vante.

Jungkook podía escuchar perfectamente.

—¿Que hacemos?

—No se supone que nos viera.

—Si el rey se entera...

—Shh. —Vante los mandó a callar.

Jungkook no podía decir palabra alguna.

Vante se acercó a él y de un bolsillo sacó una peonía para luego dársela a jungkook, quien se sonrojo. Vante lleva su dedo cubierto pof un guante a sus labios, señalando que guarde silencio.

El principe asiente con la cabeza, con la flor en la mano. Y se da la vuelta haciendo la misma seña que Vante.

Cruza el pasillo y escucha como la puerta se abre y cierra de nuevo.

Vuelve y ya no hay nadie en el pasillo.