Es curioso cómo en un solo momento puede cambiar la vida de una persona. Es curioso cómo cuándo crees que estás protegido, te puede surgir una ironía de la vida. Pero creo que solo tengo que hacer una pregunta: ¿qué harías si te despiertas en un lugar que no has visto nunca?
Yo soy Eduardo , y esta historia no es de las que se suelen ver todos l os días. Todavía no sé cómo he conseguido escapar de aquel infierno mental. Eso por lo que he pasado hace ya unos años es algo que no le desearía ni a mi peor enemigo, pero os lo tengo que contar.
No sé ni en que año era cuando ocurrió. Solo sé que había sido en verano.
Ese día yo estaba con Gabriel, mi mejor amigo. Estaba anocheciendo y nosotros estábamos sentados en un claro en el bosque que había a unos kilómetros de la aldea de la casa de mis abuelos.
Estuvimos hablando de nuestras cosas, hasta que nos empezó a entrar sueño. El ambiente estaba muy tranquilo: el viento fluía lentamente entre los árboles mientras que empezaba a hacer frío. Se oían de fondo algunos grillos y las hojas moviéndose. Se empezaba a levantar una niebla bastante clara además de que la Luna brillaba con más intensidad. El cielo estaba en un azul muy claro que se iba degradando a oscuro y al final, Gabriel se durmió. Yo estaba tan adormilado que no me molesté en despertarle. Es más: me quedé yo dormido.
Tuve un sueño muy extraño, y muy macabro. Esto consistía en que estaba tirado en un pequeño claro en el bosque, y todo estaba rodeado por árboles. Si había algo que tenía claro es que era uno de esos sueños en los que tienes tú el control, no tu mente. Pero ahora no sé si estoy soñando o estoy despierto.
Yo levanté la cabeza lentamente, y vi a mi mejor amigo descuartizado y con la cabeza clavada con una gran navaja en un árbol de los que rodeaba el claro.
Yo estaba muy adormilado, así que no me estaba enterando de lo que estaba viendo. Pero ahora cada vez que recuerdo eso, me entra una angustia.
Estuve mirando durante unos tres largos segundos. Hasta que por fin, me caí.
Lo siguiente que vi, fue negro. Solamente negro. Nada más.
Al cabo de un buen rato me volví a despertar en el mismo sitio con el que había soñado. Solo que esta vez, sonaba una música como de los años ochenta. La música sonaba lejana, sonaba tan baja que casi era inaudible. Yo intentaba seguir el sonido, y este iba aumentando. Yo sencillamente tenía que seguir el camino que estaba marcado con unos troncos cortados. Entre la densa niebla que ahora cubría el lugar, pude divisar unas luces en la lejanía. Estas luces que se intensificaban con el sonido de la música, eran de un coche, que hasta que estuve al lado de él, no pude verificar si era amarillo o verde. La niebla no dejaba ver muy a lo lejos, pero aún así se podía ver una malla de alambre que cubría una zona, pero antes preferí quedarme cerca del coche.
Encima del capó de este, había un archivador rojo con un mapa y una nota. Era una impresión que hablaba sobre ciertas desapariciones de trabajadores durante la instalación de un generador en una planta eléctrica abandonada que iba a ser reutilizada. Al lado del archivador, había una linterna encendida que ya debía de tener las pilas medio descargadas. Yo estaba bastante asustado. En serio que no puedes saber lo que es despertar en un sitio tan siniestro cómo lo podía llegar a ser ese.
El tiempo pasaba, pero de repente, las luces y la música se fueron debilitando, hasta que por fín, dejaron de funcionar.
Yo apunté con la linterna a mi alrededor, con el presentimiento de que algo vendría por detrás a atacarme, pero no me pasó nada, hasta que pasó, claro está. Al cabo de un rato conseguí armarme de valor y comencé a andar. Yo andaba mientras que decía en bajo el nombre de mi amigo sin tener resultado. Pero de pronto, se reflejó sobre un charco de un líquido espeso la luz de mi linterna. De buenas a primeras yo pensé que se trataría de un charco de agua, pero cuando me acerqué a el pude contemplar que era un líquido de color carmín. En efecto era un tremendo charco de sangre en medio del camino. No era ningúna fantasía mía provocada por el cansancio. La sangre estaba ya medio coagulada, así que no debía de ser reciente.
Dejando de lado el charco de sangre, que bien podía ser la de algún animal, ese sitio no me traía buenas vibraciones.
Después de un rato mirando la sangre, la linterna comenzó a parpadear, y luego se apagó. Yo eché a correr através de aquel camino que no sabía a dónde me llevaría, pero unos metros después había una malla de alambre que tenía una puerta en el medio. En la puerta había un cartel de fibra de vidrio en el que ponía "No pasar". En serio que hay que estar allí para saber lo que se siente. Yo no hice caso de ese cartel, y abrí la puerta. Todavía no había dado ni el primer paso cuando me quedé completamente congelado. Luego empecé a oír como una alteración, y un rato más tarde, se empezó a materializar delante de mí una figura que aparentaba ser un niño. La figura estuvo allí unos segundos, pero luego desapareció, y con él se fueron sus efectos.
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Memorias frecuentadas por fantasmas
Mystery / ThrillerOtra historia con bosques, fantasmas, cosas raras, etc, etc, etc...