Bienvenido a casa

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Cogí a mi amigo a cuestas y me puse a caminar por el bosque. Las fuerzas ya no me daban, así que caí rendido en medio de un camino. Un rato más tarde, me despertó una voz ronca. Al levantar la cabeza ví a un hombre bajo y delgado, de constitución fuerte, que nos miraba como preocupado:

- ¿Qué haceis aquí?, es peligroso.

- No sé, ¿cómo?, buff...

Yo no sabía que responder, estaba cansado y no sabía lo que estaba haciendo.

Él me miró de forma amable y me dijo:

- Bueno, da igual. Mi nombre es Pedro, ¿y los vuestros?

Yo no me acordaba de nada en ese momento, así que no le supe responder.

- No me acuerdo ni de cómo me llamo. Solo sé que me quedé dormido con mi amigo en el bosque, y no sé cómo he llegado aquí.

- No pasa nada, esta noche os quedareis en mi mansión a dormir y mañana os llevaré a vuestra casa.

Yo, confuso, le dí las gracias por lo que estaba haciendo por nosotros, y nos llevó con él a su mansión.

El edificio era enorme, de dimensiones increíbles. Tenía 5 torres altísimas, además de una entrada del tamaño de un elefante. El recibidor del edificio era de un tamaño incalculable, y todo estaba lleno de armaduras renacentistas. Era cómo un castillo de los del renacimiento. Era una construcción que se perdía en la inmensidad.

Pedro nos dijo que eramos libres de movernos por la casa, pero que le esperásemos, que él tenía que ir al servicio. Yo obedecí las ordenes de ese señor que nos iba a dar cobijo durante una noche. Entonces, él se fue, y mientras yo sentaba a Gaby en el suelo, empezaron a pitarme los oídos.

Yo, me moví las orejas varias veces, pero de repente, me entró un escalofrío.

Comencé a oír unas voces hablando en bajo, que decían cosas cómo: "Vas a morir", o "Es imposible". El ambiente asustaba y yo, mirando a mi alrededor, me dirigí lentamente dando pasos hacia atrás hacia una habitación bastante pequeña con una mesa en una de las esquinas. Encima de la mesa había recortes de periódico hablando sobre desapariciones y sucesos paranormales.

Uno de ellos hablaba de la desaparición de una chica que había desaparecido al haber ido a visitar a su tío, en una mansión en el medio del bosque, pero que pasaron meses y todavía no volvió.

La dirección no había sido cambiada, y además ella estaba casada, con lo cual, no se fue por que sí, es decir, que como decía la noticia, esa chica había sido secuestrada o bien en la mansión o fuera de ella. Sentí un escalofrío al terminar de leer la historia porque dicho recorte de periódico me recordó demasiado a la mansión en la que nos encontrábamos ahora, pero para tener todavía más desgracia, en las inmensas paredes de la mansión, sonó un grito de dolor. Yo me eché hacia atrás de un salto, y fui corriendo hacia el origen del grito para descubrir de dónde había venido. Dejé a mi amigo en una esquina y fui atravesando los pasillos de mármol de la mansión, hasta que llegué al baño. Allí, estaba el candil de Pedro en un charco de sangre, mientras que a mi derecha, flotaba su cadáver sobre el agua de la bañera en la que estaba.

En la pared había un dibujo, en el cual había un hombre siendo atravesado por la espada de un caballero renacentista. Yo cogí el dibujo y lo guardé en el archivador, pero por desgracia, en ese momento, empecé a oír un ruido de metales chirriando con una especie de gritos por detrás. Después de esto, corrí hacia dónde estaba mi amigo, ignorando que había algo que me estaba siguiendo por detrás. Una vez en el salón, me di cuenta de que mi amigo estaba empezando a despertar, y solo recibí una pregunta saliendo del:

Memorias frecuentadas por fantasmasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora