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ADVERTENCIA. CONTENIDO HOMOSEXUAL +18. LEER BAJO SU PROPIA RESPONSABILIDAD. ESCENAS FUERTES.


























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"¿Quieres que tracemos un camino juntos?".

Fue la carta que Atsushi Nakajima recibió la mañana de San Valentín, con un ramo de Rosas Rojas y una caja de chocolates de la mejor calidad. Había encontrado esos regalos en su pupitre, al entrar al aula de clases.

— ¿Te gustó?

Una voz conocida le preguntó por detrás, rodeando su cintura con uno de sus brazos, haciendo que Atsushi se sonrojara y sintiera un calor recorrer su cuerpo.

— ¿A-Akutagawa? ¿Tú.. me trajiste ese regalo?

Preguntó nervioso. No era la primera vez que el azabache se le acercara tanto de esa forma. Akutagawa aprovechaba el festejo de San Valentín en el jardín de la escuela, para cerrar con seguridad la puerta del salón y ser sólo él y Atsushi.

El azabache asintió con la cabeza y se situó frente a Atsushi, atrayéndolo hacia él de manera significativa.

— Y también quiero tener una boda falsa contigo, Atsu.

Los latidos de Atsushi eran acelerados, y más, cuando Akutagawa lo recargó en la pared cercana a su pupitre y lo cargó, haciendo que sus partes íntimas rozaran e hicieran fricción con el movimiento de Akutagawa que iba de ligero a rápido, aun cuando tenían su ropa puesta.

— Ahh~ ¿Por qué se siente tan bien, Akutagawa?

Atsushi sólo podía disfrutar del roce íntimo, tanto, que incluso soltaba ligeros gemidos de placer.

— Se siente rico. Será más placentero cuando te penetre, pero ahora no.

Akutagawa se movía más rápido hasta que se corrió dentro de un condón que traía puesto debajo de su ropa interior y exterior.

— Terminé.

— Akutagawa... El tuyo y el mío están levantados, ¿qué hacemos?

— Hmm... ¿Debería lamerlo?

— ¡¿QUÉ?! ¡N-Ni lo pienses, Akutagawa! Es vergonzoso...

El azabache sonrió divertido y comenzó a bajar los pantalones del albino y su ropa interior. Atsushi estaba estático, no podía moverse en contra de eso, simplemente creía necesitarlo.

— ¿Estás listo?

— ¿Eh? E-Espera... No vas a...

Akutagawa comenzó a jugar con su lengua en el miembro erecto de Atsushi, provocándole más gemidos. Subía y bajaba con su boca hasta que alguien tocó la puerta del salón, quejándose por no poder abrir.

"Mierda"

— Akutagawa... Estoy por terminar... ¿Tendrás algo para no dejar sucio?

— Tengo otro de estos. Te ayudo.

Akutagawa puso el condón a Atsushi cuánto antes y le ayudó a vestirse nuevamente.

Ambos tenían sus bultos más sobresalientes de lo normal, pero debían actuar "normal" como si nada hubiera pasado.

Abrieron la puerta y salieron del salón, ignorando a quienes recientemente entraron.

Salieron al exterior y se anotaron en las Bodas Falsas, dónde "contrajeron matrimonio" de 24 horas.

— Ahora eres mi esposo, Atsu Jinko. Por la noche será nuestra luna de miel.

*********

Por su parte, Dazai y Chūya se entretenían besándose los labios, una y otra vez, en la biblioteca solitaria del Instituto.

— Besas bien, Chūya, pero te falta pasión. Así jamás tendrás satisfecha a tu futura novia.

— ¡QUE NO QUIERO NOVIA, CARAJO!

El pelirrojo volvió a acercarse a los labios de Dazai, con el propósito de besar mejor, más profundamente. Esta vez, comenzó a jugar con la lengua del contrario, quien le siguió el juego.

Dazai aprovechaba que estaban recargados en la pared, sobre el suelo, para deslizar su mano debajo de la camiseta de Chūya y dar pequeños pellizcos en sus pezones.

Luego, su mano recorrió el abdomen del pelirrojo y llegó hasta su entrepierna. Chūya soltó un jadeo y se separó de él. 

— ¡Estúpido! ¡Te estás aprovechando!

El castaño sonrió.

— ¿Y? Lo disfrutas, Chūya, escuché algo hace un momento. ¿Placer? De mí no te escapas esta noche. Voy a hacerte gemir y jadear mucho, lo vas a disfrutar.

Chūya estaba rojo como un tomate, tratando de fingir indignación, con sus brazos cruzados.

— Ni en tus sueños, perro.

— ¿Eh? Vas a pedir más. Porque yo, Osamu Dazai, soy el mejor en la cama.

— Eres virgen.

— Tú también, Chūya. Eso no me quita que puedo ser el mejor.

Dazai, en un movimiento rápido, dejó a Chūya en la parte de abajo y se situó sobre él, apresándolo con sus manos en sus muñecas.

— Suéltame o te mato.

El castaño dió una lamida en el cuello de Chūya, seguido de un beso.

— Usaré mi fuerza y te sacaré del edificio, Dazai.

— Si te refieres a tu gravedad, recuerda que no funciona conmigo.

Chūya lo empujaba con sus manos, queriendo deshacerse de él aunque también le gustaba sentirlo cerca.

— ¡¡LÁRGATE, MALDITA SEA!!

— Me gustas mucho, Chūya.

— No me importa.

— Serás mío esta noche.

— Nunca.

— Vas a pronunciar mi nombre, chibi.

TREMENDA ADICCIÓN [SKK & SSKK +18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora