—dale amor, levantate a desayunar que te hice un tecito y la abuela trajo budín
ni bien abrió los ojos y reaccionó a escuchar la voz de su mamá, rodrigo sintió el clásico olor al bizcochuelo que hacía su abuela. estaba en su cama, eran sus frazadas de dibujitos, era su pieza y era su casa.
—¿ma? —la llamó, sintiendo el corazón latirle rápido.— eu mami… ma, ¿dónde estás? —se levantó de la cama, primero despacio para escuchar algún otro sonido y después de oír unos platos, se apuró por el pasillo.
—dale ro, tu hermano se va a comer todo sino eh, después no te quejes
rodrigo hasta podía verla sonreír con solo escucharla, su mamá sonreía siempre, era muy cálida con todos y en todo momento.
la escuchaba en el comedor pero no había nadie, en la cocina tampoco, ni en su pieza, en el baño o el patio. estaba seguro que la había escuchado, que sintió el lindo olor recién salido del horno.
pero no había nada, ni nadie, estaba solo en una casa vacía.
—¡ma… lucas! —intentó otra vez, por ahí no lo habían escuchado.— ¡abu!... ¿están acá? ¡ma!... ¿en dónde están? porfa eu… miren que si es una joda de lucas, no me gusta
por más que la llamara una y dos y tres veces a los gritos, su mamá no volvía, no se escuchaba ni le respondía. se desesperaba, él la había escuchado, ¿o no?
—¡eu, rodrigo!
—¡la concha de tu madre! —se sentó en el asiento, despegando la cabeza del cuerpo de iván. estaba transpirado, perdido y confundido. además de asustado, obvio.— la puta madre… me re asustaste boludo
—otra vez estabas soñando mal —murmuró viéndolo fijo.— ¿te sentís bien?
—sí… tengo la espalda re dura ya —se quejó, desviando el tema.— ¿amaneció?
—pasaron como tres horas desde que llegamos acá —le dijo mirando la ruta.
llevaban dos días desde que se escaparon de la quinta, habían tenido suerte de que en la camioneta había unos tres bidones con nafta, por ahora les quedaban uno y medio.
rodrigo venía durmiendo mal, estaba nervioso todavía, le costaba dormirse e iván obviamente lo notaba, lo sabía e intentaba hacer lo posible por ayudarlo.
—¿te querés acostar bien acá y yo me voy al asiento de conductor? —le preguntó, escuchándolo decir que no.
—acostate vos acá, yo voy a seguir manejando… de paso avanzo algo, total no tengo sueño —dijo bajito, acomodándose para ir al asiento del conductor.
—ayer no dormiste, wacho… tenés que descansar un poco
—cuando lleguemos un par de kilómetros más lejos, me acuesto un rato, hay un pueblito cerca, capaz encontramos más nafta o algo —avisó y se fue al otro asiento.
iván suspiró sin querer discutir, no dijo nada y al ratito empezaron a avanzar en silencio.
unas tres horas o cuatro después, donde iván dormitaba desde su lugar y se quedaba en silencio, al fin se animó a preguntar.
—¿soñabas con tu familia? —se escuchó de golpe. rodrigo despegó la vista unos segundos para verlo.— porque venís balbuceando esas cosas dormido
—sí… creo que estos días fueron muy… no sé, estoy cansado y estoy pensando mucho en ellos —murmuró suspirando.— en sí, tanto no los recuerdo, pero algo sueño, algo de ellos me quedó
iván torció una sonrisa, era lindo que al menos los recordara, aunque sea un poquito.
( . . . )
—¿encontraste algo por ahí? —preguntó revisando unas bolsas negras grandes con ropa ya arruinada.

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Calamity
Fanfictiondonde Iván queda solo por primera vez y se encuentra con Rodrigo, quien vaga solo desde hace tiempo, buscando sobrevivir en un mundo que se fue al carajo hace rato.