Calamity

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—¿qué buscas, chiquito? —escuchó detrás suyo. estaban en el comedor, rodrigo parado en un costado de la puerta mirando a tomás.

en unas horas a las doce se iban a encontrar en la cámara, tomás en teoría iba juntando todo lo que rodrigo le había pedido, y el petiso necesitaba ahora una de esas cosas.

—¿eh? nada —soltó rápido, fingiendo nerviosismo. dejó de mirar a tomás y se enfocó en el hombre.— ¿mañana va a salir iván de ahí?
¿nos van a poner a trabajar juntos?

el tipo hizo una mueca pero asintió.

—si no te metés en líos, sí

—no me meto en líos —dijo viéndolo mirar a tomás con cierto gesto de desagrado o enojo.— ¿este lugar es muy viejo?

—¿qué? —preguntó, dejando de ver a tomás.

a rodrigo se le cruzó una idea más.

—¿por qué lo mirás tanto? —frunció el ceño. el tipo se sorprendió, pero no dijo nada, sonrió apenas.— ¿daniela tiene mis cosas? habías dicho eso

rodrigo desvió el tema al sentirse tan asqueado de golpe. a ver, consiguió la reacción que esperaba y era consciente de eso, pero asqueaba igual.

se preguntó en su cabeza, hasta qué punto iba a tener que arrastrarse ante semejante pajero para poder irse.

—ajá, dani tiene todo... pero no te pueden devolver esas cosas, ya las pediste, ya te dijeron que no

—solamente quiero sacar algo de mi mochila —chamuyó, insistiendo y contra su voluntad, lo miró con ojitos suplicantes.— es una foto y una pulsera, quiero eso nada más... ¿porfa?

cuando cortó la mirada intensa y suspiró molesto, yéndose de ahí de golpe, rodrigo respiró en paz. miró a tomás y este tenía la vista clavada en él, atento por cualquier cosa.

rodrigo no supo si al final eso era un sí o un no.

le asintió a tomás y fue a sentarse al lado suyo con una bandeja con comida, tomás le pasó por debajo de la mesa un cuchillo y rodrigo lo guardó.

—¿y?

—no sé si voy a conseguir entrar a la oficina... no sé si fue un sí o un no —susurró rodrigo.— sino tengo otra opción pero no quiero eso, vamos a tener que salir el doble de apurados

—¿no vas a...? no, se van a dar cuenta al toque y nos van a cazar —dijo tomás, bajito y serio.

—no si lo cazamos primero

rodrigo ya sabía de entrada que, esa otra opción, en realidad era la primera. dejarlo vivo a samuel no era algo que tuviera planeado, ni considerado.

menos después de que tanto él, como daniela, torturaban a iván.

antes de media noche, tomás se dedicó a terminar de juntarse las cosas y lo que rodrigo pidió, estaba ansioso, asustado.

—¿samuel?

—¿qué querés? tenés que estar durmiendo

—vos no pareces estar durmiendo —dijo como excusa por haberle ido a golpear la puerta.— ¿al final sí puedo agarrar mis cosas?

—no encontré ninguna pulsera ni ninguna foto —soltó serio, colgado de la puerta.

—¿y en la de iván?

—no sé cuál es tuya y menos la de él, revise una mochila y no había nada —simplificó molesto.— ahora andate a dormir

—no, pará —frenó al tipo de cerrarle la puerta en la cara. necesitaba algo rápido.— es que... me cuesta mucho dormir, y capaz que si tenía eso cerca, podía dormir más fácil —inventó.— iván me ayudaba a dormir, pero no lo tengo y me cuesta mucho... ¿me podés ayudar? solo esto te pido