「 𝗗𝗿𝗲𝘄 𝗦𝘁𝗮𝗿𝗸𝗲𝘆 ─ 𝗢𝗻𝗲 𝗦𝗵𝗼𝘁𝘀 」
Pequeñas historias de este hermoso humano con personalidad de golden retriever, Drew Starkey, y todos sus personajes.
❥ 𝗥𝗲𝗰𝘂𝗲𝗿𝗱𝗮 𝗾𝘂𝗲 𝗽𝘂𝗲𝗱𝗲𝘀 𝗵𝗮𝗰𝗲𝗿 𝘁𝘂𝘀 𝗽𝗲𝗱𝗶𝗱𝗼𝘀 𝗽𝗼𝗿 𝗰𝗼...
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APRETASTE CON FUERZA LAS MANOS SOBRE TU REGAZO LUEGO DE VER, DESDE EL OTRO LADO DE LA MESA, LA MANERA EN LA QUE DREW REÍA DE ALGO QUE ODESSA LE HABÍA DICHO AL OÍDO.
Soltaste un fuerte suspiro mientras te recriminabas mentalmente por la forma en la que te sentías. Drew y tú habían sido amigos desde siempre, incluso te atreves a decir que dieron sus primeros pasos juntos. Era toda una vida creyendo que siempre serían el uno para el otro, hasta esta noche, cuando llegó a la cena que organizaron sus familias. Pero no llegó solo, sino con ella.
Odessa irradiaba energía y alegría. Era increíble su habilidad para sacarle una sonrisa a todos en la mesa, y sentiste una horrible sensación en el pecho cuando la viste recostar su cabeza sobre el hombro de Drew.
"¿Qué me ocurre?" Te preguntaste. Nunca te habías sentido así antes, quizá porque la atención de Drew siempre había estado asegurada en ti.
Recordabas los momentos en la escuela donde Drew y tu eran uno sólo. Se cuidaban mutuamente y, siempre que algún chico se te acercaba con otras intenciones, no tardaba en mostrarse protector y territorial. Pero ahora, con el pasar de los años, lo notabas cada vez más lejano.
─entonces, cariño, ¿cómo va todo en la clínica?─ Preguntó la madre de Drew hacia ti, sacándote de tus pensamientos. Ahora la atención de todos en la mesa estaba en ti, y quisiste sonreír cuando sentiste los ojos azules de Drew observarte atentos.
─todo va genial, Jodi─ le sonreiste a la mujer, quien te devolvió el gesto con dulzura.
─¿Eres médica?─ te preguntó esta vez Odessa. Cuando tu mirada cayó en ella te permitiste detallarla con más cuidado. Era hermosa, eso era definitivo, y odiabas la sensación que te embargó al no sentirme de la misma forma.
─de hecho tengo una clínica veterinaria─ Fingiste tu mejor sonrisa hacia ella.
─ella quiere ser veterinaria desde que la conozco, ¿recuerdas cuando salvaste una ardilla del lago y le diste aire con una pajilla? Fue asombroso─ dijo Drew, riendo con entusiasmo mientras tu sonreías con cierta nostalgia al recordar aquellos momentos.
─O cuando salve a tu perro de perder la audición─ Recordaste, señalandolo con el tenedor en mi mano.
─Ella literalmente le sacó una araña del oído─ Detalló Drew y Odessa soltó una mueca de asco de cierta forma que se ganó una carcajada de todos en la mesa. Otra vez.
─eso es realmente asqueroso, Drew, ¡estoy cenando!─ se quejó ella, y tu corazón acabó por quebrarse cuando él dejó un beso en su coronilla como forma de disculpa. Eso era algo que solía hacer contigo, los besos en la coronilla que él te daba siempre conseguían hacerte sentir mejor en los peores momentos. Y ahora, a causa de ese mismo beso, te sentías mucho peor.
