❧─────── 𝙴̀𝚡𝚝𝚊𝚜𝚒𝚜.~

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Esa noche la había pasado junto a Liam, que se encontraba en mi casa, sabía que él vendría después de confirmar que no habría respuesta de mis mensajes, pues, estaba comiendo con aquella mujer…mujer que…me hipnotizaba con el olor del perfume que desprendía, su manera de caminar, haciéndose con el poder de cualquier lugar, demostrando que una vez más, ella sería el centro de atención.

Liam siempre tenía información sobre Khum Sam fuese buena o mala, el siempre recordaba cada detalle, de su ropa, de sus accesorios e incluso de su pelo negro ondulado, aveces percibía la sensación de que el sentimiento hacía Khum Sam era de ambos.

-El caso entonces fue… ¿Qué te llevó de compras? .- Liam preguntó interesado.

-¿Si?.-

-No puedes decirme que no pasó nada más.- Se convenció de que me atrevería a hacer alguna cosa, como por ejemplo… ¿Besarla?

-Debiste besarla.- 

-¡Estas loco!, ¿Pretendes que me repruebe?.- 

-Ella será la que te repruebe si no la besas.- Él estaba seguro de lo que decía.

-Liam, no voy a besar a Khum Sam.-

-¿Acaso no te mueres por besarla?, ¿Acaso no?.- Volvía a repetir una y otra vez.

-Incluso imagino que ella no apartaba la vista de tus labios.- 

-¿Estabas espiandonos? .- Me sorprendió lo que dijo y mi reacción fue inmediata.

-Claro que no.-

-Pero sabes que tus labios son muy bonitos, alguien como Khum Sam no debe resistirse mucho.-

Estaba igual de emocionado que yo, no podía creer que ahora ella se comportaba de otra manera cuando estaba a solas conmigo, e incluso, sentía celos de mi amigo o eso fue a la conclusión que llegué mientras hablaba con Liam. 

El ya se había marchado, mientras que yo, antes de dormir quise darme una ducha caliente para relajarme y no pensar más en todo aquello, me tenía tan eufórica y a la vez tan asustada, ella era mi profesora…

Además tenía a su prometido, ¿En qué estaba pensando, porque de repente sentía la curiosidad de besarla?.

A la mañana siguiente, como era de esperar, me desperté tarde, mi amigo se había quedado hasta muy de noche en mi casa, aunque él sabía que a la mañana siguiente volvería a ir a la escuela.

Mis pasos se hicieron ligeros cuando alcé mi teléfono móvil para comprobar la hora, quedaban 15 minutos para que empezará la primera clase y sin embargo, yo me encontraba aún con mi blusa y mi pantalón de pijama.

Antes de salir de casa mamá me alcanzó para darme dinero para ese día, lo acepté y cerré la puerta,diez minutos más tarde sentada en los asientos del autobús, mi teléfono volvía a vibrar, intuía quíen sería la causa de ello, Khum Sam había estado mandando mensajes a mi Line antes de que empezará las clases, pero no fuí capaz de responder, simplemente apagué la pantalla y apoýe uno de mis brazos sobre la ventana para dejar todo el peso de mi cuerpo sobre el cristal.

¿Por qué buscaba tanto mi atención?, ¿Solo era una alumna?... mi mente se llenaba de dudas, pensaba en declarar mis sentimientos para que así se alejara de mi, ya que si lo hacía eso retomaría nuestro papel en la sociedad y nunca podríamos ser algo más.

Pero tenía miedo.. ¿Por qué invitaría a una alumna a comer a solas?. 

- Deja de hacerte tantas preguntas.- susurré en mi asiento para que nadie lo escuchará.

Después de un largo recorrido en el autobús paró enfrente de la escuela, bajé rápidamente para entrar en la próxima clase lo más puntual posible.

Abrí la puerta y allí se encontraba, de brazos cruzados, su rostro serio…, era tan hermosa, tan perfecta.

-Perdón, llegu…

-Has llegado tarde.-

Puso sus ojos sobre mí, mirándome de arriba hacia abajo, veía el cuerpo de una niña exhausta después de casi toda una noche en vela y mi pelo desordenado.

-Lo siento mucho Srta Sam.-

-Tome asiento y no interrumpa más la clase.-

Ahora me trataba como una extraña, como una alumna, ahora podía sentir como odiaba esa sensación, después de todo lo que pasó el día anterior no había dejado de pensar en ella

Me senté en la silla junto al pupitre y saqué mis pertenencias, solo me concentré en lo que estaba escrito sobre aquella pizarra

-Astrid, ¿Me puede decir lo que acabo de dictar?.-

-¿Qué?.-

-Está claro que no estabas atendiendo.- 

¿Volvía a regañarme?. No podía entenderla.

Nuestras pupilas de nuevo se volvieron a encontrar mientras se acercaba a mi pupitre de forma sutil, sentía mi corazón palpitando fuerte.

45 minutos después sonó la campana del receso y suspiré aliviada, al fin saldría de aquella aula para ir a por algo de comida. Recogí de inmediato mis pertenencias y me dirigí hacía la salida, cuando algo me detuvo, su mano estaba agarrando fuertemente la mia sin dejarme escapar, e hizo un gesto para que me acercara a ella.

-¿A dónde vas?.- Me preguntó decidida.

-¿Que haces?, ¿Porque me agarras?.-

-No puedes irte.-

-¿Por qué?, Déjame irme.

-No.-

¿Por qué insistía tanto?.-

-¿Qué es lo que quieres?.-

-Me tratas como si fuera alguna persona cercana, pero después…aquí,¿no soy nada?.-

-No lo entenderias.- Ella mordía sus labios una y otra vez.

No se inmutaba y mis ojos se volvieron cristalinos.

Khum Sam cerró la puerta del aula, la miré asustada y ella seguía tan relajada, como si nada pasara.

-¿Qué es lo que quieres de mí?.- Volví a preguntar sin más demora, ya no aguantaba este sentimiento.

Por un instante su cuerpo estaba pegado junto al mío, sus manos ahora se posaba sobre mis caderas y podía escuchar su respiración mientras acercaba sus labios a los míos y chocaron produciendo un beso, un beso que fue infinito en ese momento, solo estábamos ella y yo, no existía pupitres, sillas, ni si quiera compañeros ni profesores.

Me aparté rápidamente.

-¿Estás loca?, Nos podría haber visto alguien.-

-Esto es lo que quiero, tus labios.-

-Pero esto no está bien Khum Sam.-

-¿Qué importa ahora?.-

Volvió a agarrarme, esta vez con más fuerza y sacudió todo lo que había sobre el pupitre del profesor para apoyarme allí, sabía que esto estaba mal, pero no había vuelta atrás, me había besado, nos estábamos besando, besos que se hacían cada vez más pesados mientras que nuestras lenguas se juntaban produciendo asi una infinita línea de saliva cuando aparté mis labios de los suyos y su cuerpo se volvia a pegar al mio y sus manos estaban esta vez sobre mis muslos.

-Khum sam…-

Soñaba con ese momento todas las noches desde el día en que mi corazón se quedó impregnado de su olor, de su frialdad… 

-Srta Sam.

Esta vez no fue mi voz la qué la estaba llamando ni mucho menos a punto de gemir.

Las dos nos separamos inmediatamente y nos miramos avergonzadas, pero cuando giré mi cabeza para saber quien había interrumpido aquel momento…

-Kirk…- Dijo aquella mujer hermosa con voz arrepentida.

-¿Kirk?, ¿Su prometido?, ¿El director de la escuela?...

-No podía creerlo..

Lost loverDonde viven las historias. Descúbrelo ahora