❧─────── 𝙻𝚒𝚌𝚘𝚛 𝚊𝚖𝚊𝚛𝚐𝚘.~

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Pasaron los días y Sam seguía conmigo en aquel hotel, en ningún momento nos separamos, ella siempre se quedaba conmigo, incluso si no quería ese día salir de la cama, se recostaba junto a mi y podíamos pasar horas abrazadas dejando pasar el tiempo y las horas.Pero ese sábado estaba dispuesta a hacerlo, me desperté antes que Sam por lo que fuí al baño a preparar un baño de agua caliente y burbujas para cuando la bella durmiente abriera los ojos, también llamé a cocinas para que trajese comida del restaurante, que tocase tres veces en la puerta, la dejase en la entrada y el mesero se fuera.

Y así tal como quise que se hiciera, me acerqué lentamente al rostro de la mayor dejando mi cuerpo posar sobre el piso, agarrando una de sus manos y entrelazando los dedos, entre caricias Sam despertó.

- Buenos días Bella durmiente .- Saludé con buen humor mientras que en mis labios se notaba una leve sonrisa.

- ¿Te atreves a burlarte de mí nada más despertar? .- Su voz ronca pareció quebrar mis expectativas, hasta que empezó a reírse a carcajadas.

- No me des estos sustos, de verdad pensé que te molestaría. - Hablé en un tono burlón.

- Ya deberías conocerme cariño .- 

- Déjalo esto no es gracioso .- Crucé mis brazos y fruncí el ceño.

Ella se levantó lentamente, posando sus pies descalzos sobre el piso, cuando se acercaba a mí de esa manera algo en mi interior quería explotar y expandir la felicidad que sentía cuando me miraba tan apasionadamente.

- A veces te pareces a mi .- 

- ¿Seré otra Khum Sam?. -

Siempre hablaba de ella misma por encima de cualquiera, todos podrían pensar lo egoísta que era, sin embargo eso no le importaba en lo más mínimo. Mostraba seguridad en sus propias decisiones y eso hacía verla lucir de una forma tan jodidamente sexy…

Unos minutos después abracé su cuerpo por detrás de sus hombros haciéndola caminar hasta el baño mientras tapaba sus hermosos ojos, sabía que quería verla allí, conmigo, desnuda, en la bañera, llena de burbujas, frotando su piel contra la esponja mientras que su cuerpo se llenaba de espuma con olor a caramelo, quería tenerla desnuda conmigo en la bañera, quería sentir el agua caliente recorrer mi espalda, que su aliento recorriera todo mi cuello, erizando los cabellos de este y que sus ojos partieran de deseo.

-Eres hermosa, hermosa…- Le repetí una vez más.

Sus labios se clavaron junto a los míos haciendo que nos besaramos, ponía húmeda a cualquiera, sus labios eran suaves y carnosos, eran de color rojo claro y era lo que mas sobresaltaba de ella.

Después de aquel baño, terminamos poniéndonos la misma ropa del día anterior, sonaría un poco inusual, pero todo lo que pasó había sido improvisado por Khum Sam, por lo cual, no teníamos ropa.

-Iremos luego a por ropa.- Especificó que iríamos a comprar ropa, ropa que ella me compraría, porque nunca me dejaba pagar.

Desayunamos lo que el mesero nos dejó sobre la entrada, me encargué abrir la puerta y recogerlo sobre la bandeja que este traía, había dos vasos de café caliente, con un bowl lleno de frutas, como fresas, arándanos, piña y mucho más, unas tostadas y unos croissant.

Después de comer, bajamos a recepción para pedir unas toallas para la piscina que el mismo hotel proporcionaba, Khum Sam quería desconectar el día de hoy, por lo cual solo le seguí la corriente, al fin y al cabo yo también lo necesitaba y siempre me sentía cómoda a su lado.

Las horas transcurrieron como esperábamos, todo estaba tranquilo, hasta que unas chicas extranjeras se acercaron a donde estábamos tumbadas en el césped del jardín de la piscina, nos pareció un poco extraño, ya que todo el mundo en ese lugar iba a lo suyo, también porque era una zona de "retiro del silencio" normalmente nadie hablaba con nadie.

Lost loverDonde viven las historias. Descúbrelo ahora