POV Adrien
No puedo dormir
¿Es porque estoy acostado en un cama increíblemente enorme? ¿Es por qué la cama se siente como una balsa, a la deriva del océano al que llamo mi habitación? ¿Es por la brillante luz de la luna que entra a través de mi ventana?
¿O es solamente que estoy solo por primera vez en mi vida?
No puedo evitarlo.
Yo mismo fui de la idea. Estaba tan decidido cuando le dije a Nathalie que ya no quería seguir llegando a su cama en medio de la noche por miedo, porque yo ya soy un niño grande.
Ahora la echo mucho de menos.
Yo no soy un niño pequeño, bueno, en realidad lo soy, pero no le tengo miedo a la oscuridad. No puedo tener miedo. ¡Soy un famoso niño modelo, hijo del gran Gabriel Agreste!
Soy un niño inteligente, y los niños inteligentes no le tienen miedo a estar solos en las noches. Saben que no hay nada que temer. Solo los niños pequeños creen en los tontos cuentos de monstruos y pesadillas.
Pero, ahora mismo, me siento bastante pequeño.
Cada vez que intento dormir creo que veo algo justo al borde de mi visión. Me doy la vuelta para mirar pero todo lo que veo son los rayos plateados de luz de la luna, que se reflejan en las estanterías a un costado de mi cama.
Cojo a Plaga, mi peluche de gato negro y lo acurruco contra mí, sosteniéndolo cerca de mi pecho. Él es suave al tacto y me da algo al verlo bajo mio, recordando como Nathalie me lo obsequio para la navidad pasada. Sin embargo, rápidamente me estremezco, incapaz de sentirme cómodo y abrigado en esta cama.
Hasta hace poco solía despertarme aterrado por cada sombra en mi habitación que pareciese querer agarrarme, salía de mi cama y corría a la habitación de Nathalie. Ella me dejaba acurrucarme a su lado, ayudándome a dormir.
¿Tal vez pueda acurrucarme con Plaga?. No, lo aprecio mucho pero no es ella.
- Vamos Adrien. Puedes hacerlo - me dije a mi mismo.
De repente una idea. Tal vez pueda encender la luz de mi lámpara de noche y así, espantar a los monstruos que quieren comerme.
Me levanto y camino uno centímetros antes de acercarme por completo a la lámpara de noche.
Pero, ¿que es eso?
Me detuve, mi mano a medio camino. No esperaba escuchar el sonido de alguien, en especial cantando; y ciertamente no en medio de la noche.
Quienquiera que estuviera cantando, lo estaba haciendo lo suficientemente silencioso como para que solo pudiera escuchar la mitad de lo que decia.
- ¿Me estaré volviendo loco?
Me limpio los oídos y ahí esta de nuevo, relajante, suave y melodioso.
Fue instintivo, pero no me di cuenta hasta que llegue a la puerta de mi habitación que había caminado en busca de esa dulce voz. Puse mi oreja sobre la puerta, escuchando el sonido con mejor frecuencia.
Dude si debía, después de todo mi hora de dormir había pasado, si Nathalie o mi padre me encuentran despierto de seguro me retarían; aunque ¿por que alguien estaría cantando a esta hora?
Claramente esto requería mayor investigación.
Me arme de valor y con cuidado abrí la puerta, arrastrándome hacia el gran pasillo oscuro.
Trate de controlar mi miedo, tragué por simple inercia como si fuera lo necesario para convertirme en un valiente niño. Todavía temeroso di un paso, después otro, mientras seguía la voz.
Mire alrededor buscando alguna ayuda, pero solo habían muebles y retratos colgados. Los faroles de luz apagados en la penumbra de la noche. Me deslice hacia delante con cuidado de caminar sin hacer algún ruido.
A medida que me acercaba al final del pasillo el canto se hizo mas fuerte. Contuve la respiración y mire lentamente hacia la puerta de la última habitación.
Conocía esa puerta, la había abierto muchas veces en situaciones como estas. ¿Acaso Nathalie...?
Esa canción suena como una de cuna, una maravillosa canción de cuna, cantada por una voz tan cristalina que puedo sentirla en lo profundo de mi pecho. Pero también tiene algo extraño.
La voz de Nathalie es tranquila y... ¿triste?
¡Eso no puede ser! Ella es la persona mas fuerte que conozco; es sabia, hermosa, responsable, amable y trae felicidad a mi vida.
Entonces, ¿por qué estaría cantando esta hermosa canción de cuna, aparentemente a nadie, con suficiente tristeza en su voz como para enviar escalofríos por mi columna vertebral? Su melancolía es profunda, lo suficientemente profunda para que yo también la sienta.
Mi pecho se aprieta y tengo lágrimas incipientes con hipo.
No quiero que se sienta así.
Así que también lucho contra el impulso de correr. Yo no debería estar aquí pero ella... ella esta... no puedo dejarla sola.
No se cuanto tiempo haya estado de pie frente a la puerta, absorbido por lo miles de sentimientos y pensamientos que me desconectaron de la realidad, que no me percate de que la oscuridad había disminuido por la presencia de una gran luz proveniente desde dentro de la habitación ahora que la puerta estaba abierta.
- Adrien, ¿que estas haciendo aquí a esta hora?
Rápidamente Nathalie se limpio la cara con una de sus manos, pero no lo suficiente rápido como para no darme cuenta de las huellas de lágrimas que corrían por su cara.
- Estas llorando - dije.
Me miró unos segundos antes de bajar para estar a mi altura. Su mano se posó en mi mejilla, acunándola, permitiéndome sentir ese calor que me faltaba esta noche.
- ¿Qué haces aquí? - me preguntó.
- No podía dormir. Tuve miedo Nathalie, intente encender la lámpara de noche al lado de mi cama cuando te escuche cantar. Tu voz es tan... Así que vine aquí y tú... Pero...- No podía contenerme mas - Por favor no te enfades conmigo.
No puedo ver lo que pasa a continuación pero los brazos de Nathalie me rodean, sosteniéndome lo mas cerca posible de ella.
- Shhh, esta bien Adrien, no estoy molesta. Todo esta bien - dice, su voz tranquila y amable - Ven, te llevaré de vuelta a tu cama.
Me mantuve fuerte y lentamente fui calmándome. Uniendo su mano con la mía caminamos hasta llegar de nuevo a mi habitación, donde Nathalie me vuelve a meter en mi cama, envolviendo las mantas cómodamente a mi alrededor.
- ¿Por qué llorabas mientras cantabas esa canción tan linda? - Tal vez no fue correcto preguntar, el silencio entre ambos me hizo duda.
- Estaba recordando a alguien muy especial para mí - me dijo sonriendo - Mi madre solía cantarme esta canción cuando era pequeña y no podía dormir. Ella murió hace algunos años.
- ¿Podrías... cantarla para mí?
Vi como Nathalie frunció su ceño sorprendida, abrió la boca como si fuese a hablar pero se detuvo; luego de unos segundos que se sintieron eternos me sonrió de vuelta, sentándose a un costado de mi mientras me arropaba con uno de sus brazos.
- Por supuesto cielo.
La suavidad y calidez de su voz hacen que las horas de esfuerzo se hagan notar. Empiezo a sentir... sueño.
You are my sunshine, my only sunshine
You make me happy when skies are gray
You'll never know, dear, how much I love you
Please don't take my sunshine away
Mientras me quedo dormido Nathalie comienza a tararear, esta vez la melodía resonaba de bondad amorosa, llevándome suavemente a dormir.
Todas mis preocupaciones de antes se han ido y olvidado. La cama ya no es enorme y solitaria, si no familiar y acogedora una vez que veo como Nathalie me sonríe antes de quedar profundamente dormido.
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La maternidad no siempre es biológica
Fanfiction𝐴 𝑣𝑒𝑐𝑒𝑠 𝑙𝑎 𝑠𝑎𝑛𝑔𝑟𝑒 𝑒𝑠 𝑢𝑛 𝑑𝑒𝑡𝑎𝑙𝑙𝑒, 𝑙𝑜 𝑞𝑢𝑒 𝑖𝑚𝑝𝑜𝑟𝑡𝑎 𝑒𝑠 𝑒𝑙 𝑡𝑖𝑒𝑚𝑝𝑜 𝑞𝑢𝑒 𝑙𝑒 𝑑𝑒𝑑𝑖𝑞𝑢𝑒𝑠 𝑎 𝑐𝑟𝑖𝑎𝑟 .・。.・゜✭・.・✫・゜・。. Volvimos no solo con una historia, ¡con 10!. Historias sobre maternidad enfocadas...