Head First

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Jimin acababa de cumplir los 18 años cuando su padre le presentó a Jongin, con la clara intención de que ambos tuvieran algo más que una amistad.

A Jimin no le importó que así fuera. En algún momento se enteró que algo así pasaría y tuvo años para prepararse mentalmente. Además, tuvo una buena primera impresión del chico: guapo (dentro de sus estándares), caballeroso, fuerte, amable y, muy probablemente, un futuro querubín.

En pocas palabras, el chico perfecto para continuar con el legado de la familia. 

Nadie se opuso a una relación amorosa, ni siquiera las dos personas involucradas. Tanto Jimin como Jongin aceptaron el plan de sus padres y se adaptaron a él. Continuaron pasando tiempo juntos hasta que se sintieron como una auténtica pareja.

La pareja perfecta para suceder a sus padres.

Desde entonces, tuvieron muy pocos problemas de convivencia. Nada más allá de pequeñas discusiones propias en una relación. Especialmente por consecuencia de sus diferentes puntos de vista, solían chocar, pero ambos aprendieron a convivir con ello.

Jimin pensó que no tendría problemas en pasar el resto de su vida con Jongin, genuinamente le gusta como novio. Era todo lo que esperaba y no se cuestionó nada por años. 

Hasta ahora, que su cabeza es un auténtico desastre. Nunca hubiera imaginado que las cosas cambiarían de un momento para el otro. La desesperación de no entenderlo la llevó a querer regresar a los momentos cuando vivía sin preocupaciones. Trató de regresar en el tiempo, su cuerpo y alma tenían que estar en paz, debía olvidar lo que ha pasado en los últimos días.

No está funcionando.

Jimin abrió pesadamente los ojos cuando un rayo de luz dio directamente en su rostro. No sabe qué hora es, pero quiere quedarse todo el día allí, tal vez un descanso le ayudaría a despejar la mente o le daría el tiempo suficiente para reorganizar sus pensamientos en base a la racionalidad y no a la emocionalidad del momento.  

-Arriba, bella durmiente- Jongin se acercó a la cama con una bandeja llena de comida al ver que Jimin se removió de un lado al otro hasta finalmente abrir los ojos y mirarlo directamente -Te traje el desayuno- Anunció, sentándose al borde de la cama. Sonrió enternecido por la tierna escena de su novia despertando perezosamente.

-Gracias- Jimin sonrió cariñosamente por el gesto, se acomodó en la cama de modo que pueda comer y miró un tanto a Kai, quien se levantó rápidamente. 

-Lo siento, debo irme. Mis clases empiezan pronto- Comentó, dándose la vuelta para arreglar innecesariamente su traje blanco, en un torpe intentó por mantener el control de su propio cuerpo.

Por suerte tiene la excusa perfecta para escapar antes de que sea demasiado tarde.  

-Vale- Jimin ladeó la cabeza, notablemente confundida por el comportamiento de su novio. Sin embargo, decidió dejarlo pasar -Cuídate- Le dijo antes de que salga por la puerta.

-Tú también- Jimin sonrió tontamente cuando Kai se giró por un segundo para arrojarle un beso que ella fingió atrapar para llevarlo a sus labios.

La corta conversación se dio por terminada cuando la puerta se cerró, dejando a la arcángel sola en la inmensa habitación.

Jimin suspiró aliviada. Kai no pregunto nada con respecto a lo que pasó la noche anterior. De hecho, lucía bastante contento, lo que la hizo sentir más tranquila.

No había arruinado su relación perfecta por una reacción impulsiva. Estaba agradecida de que su novio sea tan comprensivo. 

Con su aura mucho más brillante se dispuso a comer.

I'M YOUR GIRLFRIEND 《WINRINA》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora