CAPITULO 1. UN ENCUENTRO EN LA PLAYA

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Una lanza estaba en su cuello, el acero estaba frío y su cuerpo se erizó, las cuerdas que lo ataban era el impedimento para su escape, ¿cuántas veces había sido atado en todo este viaje?, Tang puede contarlos con los dedos.

"Eres mudo?!" un hombre en armadura le había gritado.

Tang ya estaba demasiado asustado para ese entonces. Muchos ojos lo miraban, personas extrañas que habían llegado a contemplar al nuevo 'prisionero'. No pudo decir nada, ni explicarse, cada que lo intentaba era fuertemente amenazado.

Así que debía repasar los acontecimientos.

Luego de separarse de sus amigos, Tang usó otro sello para moverse a través de muchos lugares, usar el báculo del monje para moverse en busca de sus amigos que perdió en ese descuido. Se vio envuelto en una situación, era más difícil teletransportarse que cualquier otra cosa.

Tang voló por el aire y se estrelló contra la arena, cuando se levantó, su boca estaba llena de arena, su boca sintió el sabor salino y de inmediato la escupió. Sólo entonces pudo enfocar su mirada en el lugar donde se encontraba, el glu, glu de las olas del mar en la orilla de la playa, los cangrejos que corrían en sus caparazones.

Las aves del cielo no eran más que gaviotas en su pesca, lejos de la playa, el mar chocaba con las piedras, el arrecife no estaba lejos. Entonces Tang había entrado en pánico, se había equivocado, otra vez.

No sabía cómo funcionaba su poder o cómo funcionaba ese lugar, pero si no estuviera tan preocupado por Xiaotian y los demás; se habría tomado un tiempo para relajarse en la playa. Pero sus amigos eran primero, sujetó su personal y antes de que pudiera agitarlo; algo le cayó encima.

Gritos de niños, voces infantiles. Tang supo que eran niños, niños que se atrevieron a aplastarlo. El erudito no podía estar más confundido y sorprendido.

Los niños gritaban y gritaban.

"Lo atrapamos!, ¡atrapamos al demonio!"

"¡Que no se escape, avisaremos a Ne Zha!"

"Si!, ¡ve rápido!"

Tang luego gritó.

"¡No soy un demonio!"

Los niños gritaron cuando Tang los asustó, su situación parecía mejorar, pero luego fue golpeado, quedando inconsciente.

Luego estaba rodeado por guardias enormes, gente mirándole y lo que creyó era el emperador Li Jing...

'¡El Emperador Li Jing!' Los ojos de Tang brillaron como estrellas, literalmente, estaba sin palabras ante la emoción. Tang supo que debía estar en ese lugar en particular, pero se preguntó en qué tiempo de la historia.

Luego hubo un golpe en el suelo, algo que llamó la atención de todos, entre la multitud, haciendo que guardaran silencio.

"¡Fuera del camino!"

Los guardias despejaron el camino, Tang entonces logró ver el causante de ese silencio de muerte en todos. En frente de Tang estaba de pie un niño, de cabello negro, rasgos afilados, su rostro adornado por las cejas fruncidas. Este era Ne Zha.

'Reconocería esa expresión donde sea.'

Tang se sumergió en una infinita emoción, estaba encantado por la aparición de Ne Zha en este lugar. Era Ne Zha de doce o tal vez catorce años, con ropas rosas, infantiles y rostro como un tierno bollo, era tan tierno que calentó el corazón de Tang. Pero este Ne Zha no se parecía nada a un niño, pues era un poco más alto que uno.

Una Historia Del Loto y el TéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora