CAPÍTULO 6. EL MIEDO POR SER ATRAPADO

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Para Ne Zha, notar que el monje estaba distraído no fue difícil.

Tang estaba mirando siempre por encima de su hombro, estaba en guardia, su búsqueda por todo el jardín empezó desde muy temprano, estuvo buscando rastros de la serpiente.

Los demonios son difíciles de acabar y una serpiente, no puede dejar de sospechar que hubiera otra, acechándolo.

Por otro lado, el chico seguía con la mirada al monje, los que vivían alrededor del jardín del pabellón que se ocupaban de las del monje, expresaron su molestia sobre lo extraño que estaba actuando el monje. Ne Zha escuchó lo que decían los sirvientes y cuando vio al causante de los rumores. No ha tenido palabras para gastar, Tang estaba buscando por los arbustos y debajo de las piedras.

El chico había llegado más temprano, el sol seguía en lo alto después de la hora del almuerzo. Ese día se había propuesto estar con el monje antes, le ha traído el bastón que tanto estuvo pidiendo el monje.

Pero ya que algo inquietaba a Tang, hizo que no notase la presencia del chico.

Ne Zha expresó su preocupación, aunque su forma de decir las cosas era como quejarse: "¿Ocurre algo, Gege?"

"No..." Tang le prestó atención a Ne Zha. Tang luego cubre su boca con las manos. "Oh mi..."

Ne Zha le da el bastón de anillos a Tang, ligeramente indiferente y poco alegre ahora: "Ahora que lo tienes, supongo que te irás."

El temperamento del chico cambió, Ne Zha estaba deslumbrante y feliz, pero ahora parece enojado, lleno de ira.

'Oh vamos, sabes que eso pasará.' Tang asiente.

"Tch... ¿Es que acaso no eres feliz conmigo?" Ne Zha no entendía la necesidad que mantenía Tang por irse. Sintió incomodidad en su pecho.

¿No le había dado razones suficientes para que quisiera quedarse?

"..." Tang piensa que puede decirle la razón del porqué tiene que irse, tal vez eso ayudaría, el chico entendería la situación pesada, sin embargo, no lo hizo.

En cambio, salió con: "Tendrás la compañía de Ao Bing, no estarás solo cuando yo ya no esté."

"¡¿Así que es eso?!" Ne Zha se muestra enfurecido con las palabras del monje. "Entonces pasaré más tiempo contigo y te demostraré lo mucho que me harás falta cuando te vayas."

Ne Zha apretó sus puños, decidido en que su advertencia se cumpliría, lo haría, se mantendría con el monje para que no se fuera de su lado.

Solo no quiere alejarse, ni que el monje se aleje de él. Le ha preparado comida, le ha dado ropa, una mejor habitación, mucho más grande, le ha regalado todo su tiempo. Ne Zha solo le había dedicado todo su tiempo al entrenamiento, pero con la llegada del monje, ha notado que cambió de forma drástica; al principio le molestó el cambio.

Sin embargo, no se queja por haber puesto sus ojos en el monje, por pasar todas las noches con el hombre, con tal de ver la sonrisa del monje, Ne Zha estaba dispuesto a todo y acechar al monje.

Sin que este lo notara, lo cual resultaba fácil, porque Tang siempre estuvo dispuesto a dejarlo entrar a su habitación sin preguntar o negarse, el monje era muy dócil y gentil como la brisa primaveral.

No niega que hubo muchas veces que el monje imponía su autoridad como un adulto y regañaba a Ne Zha por solo responder las preguntas que quería y no a las que el monje le ponía interés.

En aquel momento no tuvo más remedio que hablarle de Ao Bing, por lo que Ne Zha pensó que debía tener más territorio alrededor del monje, se le permite ser mezquino.

Una Historia Del Loto y el TéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora