Capítulo 2: Lo que el corazón guarda

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—No uses los dientes. Creí que lo habíamos practicado bien, A-Ling.

Jin Ling no podía contestar de mala manera por más ganas que tenga, ya que tenía la boca ocupada. De todos modos, si lo intentara, definitivamente sería algo que a Lan Sizhui le agradaría; pero por obvias razones no quería darle ese gusto al mayor, así que se mantuvo callado mientras trataba que su cavidad bucal se acostumbrara al tamaño del miembro desvergonzado.

—Puedes empezar a moverte.

Lan Sizhui revisaba alguna de las prácticas que había dejado a su clase. La mayoría de estas estaban correctamente resueltas y se sentía orgulloso de todos sus alumnos. En su mente quería planear bien alguna actividad para incentivarlos a que sigan mejorando cada día; pero teniendo la cálida boca de Jin Ling envuelta en su miembro no le estaba ayudando mucho a pensar. No estaba enojado por ello, en cambio, agradecido porque era una forma de poder desestresarse de lo que era un día pesado por la búsqueda intensiva que hay.

—Ah...lo haces bien.

Dejó a un lado las prácticas y se concentró en el chico. Mirarlo era todo un deleite, incluso la excitación aumentaba y en el rostro del Jin lograba notarse su dolor debido a que el miembro aumentó un poco su tamaño. Lan Sizhui comenzó a acariciar sus cabellos del menor con cuidado, siendo una forma de recompensar el buen trabajo de su querido novio e incentivar que siga.

Aunque Jin Ling ya sabía que estaba obligado a seguir si es que no quería que Lan Sizhui tomara cartas en el asunto “educándolo” una vez más. 

La saliva salió a montones por los bordes  y los ojos de Jin Ling se volvieron más acuosos que antes. La mano de Lan Sizhui se apretó en su delicado cabello y empujó un poco más, dejando a Jin Ling casi sin aire. El mayor estuvo consciente de eso, alejando un poco a Jin Ling del fondo; pero no era paciente  y volvió a hacer que recibiera casi todo el miembro con la boca. Jin Ling realizaba sonidos de ahogo producto a los movimientos constantes del Lan que lo hacían dar algunas arcadas. No sabía que el mayor no se detendría en ningún momento y trató de acostumbrarse a la rudeza empleada de las embestidas rápidas a su boca.

No podía realizar ningún movimiento erótico con la lengua, tampoco quería. Usando algo a su favor,  Jin Ling conocía la única regla de Lan Sizhui: el no quejarse. El miembro podía entrar y salir de su cavidad bucal con fuerza, follándolo y derramando semen dentro cada vez que Lan Sizhui quisiera; pero no encontraría su acción correspondida o gustosa.

Los cabellos del miembro de la secta Jin estabana amarrados en su coleta larga característica, de ese modo evitaría que fueran un estorbo en su tarea. Lan Sizhui se había encargado de peinarlo antes, como si ya supiera que obligaría a Jin Ling a tomar su miembro con la boca del menor. Aunque sonara algo paranoico, Jin Ling lo creía demasiado porque, exactamente, la acción venía de Lan Sizhui.

No fue hasta que sintió como un líquido espeso y blanquecino se deslizaba por su garganta. Lan Sizhui lo quitó de inmediato, Jin Ling pudo finalmente respirar, aunque su rostro fue manchado por varias gotas que era desagradable de sentir. En cambio, Lan Sizhui solo lo veía demasiado hermoso, incluso más que antes.

—Fuiste muy bueno, A-Ling. Te dejaré descansar. 

Lan Sizhui se vistió correctamente y fue tras un paño. Volvió y limpió el delicado rostro del Jin, quien solo se dejó hacer sin decir ninguna palabra, avergonzado de lo que acababa de ocurrir y enojado porque otra vez dejó que el Lan fuera el que lo controlara. Jin Ling pensaba que no debía de sorprenderle, después de todo este último mes Lan Sizhui lo había obligado a hacer cosas que no quería y él había hecho cosas que no le gustaba.

El día de ayer, Lan Sizhui lo había follado tan fuerte que por la mañana Jin Ling no pudo levantarse como siempre. Todo inició por uno de sus muchos pleitos, por lo que Lan Sizhui no encontró otra idea maravillosa que tomar las muñecas de Jin Ling, atarlas con su cinta para después sacarle el pantalón y empujar su miembro dentro, sin ninguna preparación previa como al inicio solía hacerlo. Por suerte el menor podía descansar por las mañanas, cuando Lan Sizhui se iba a trabajar. De lo contrario, su cuerpo no podría soportar mucho tiempo a las tonterías del mayor.

Peonía de dos [MSDZ] / ZhuiLingYiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora