Peonía de dos [MSDZ] / ZhuiLingYi

Capítulo 6: Jin Chan

Lan Sizhui se percató que la trampa que puso hace unos días junto a Lan Sizhui había funcionado a la perfección. Sonrió para sus adentros cuando los gritos aumentaron, aunque a la misma vez le aturdiá y preocupaba que alguien pudiera escucharlo. Por suerte se aseguró de absolutamente todo. Miró a Lan Jingyi unos momento y este también se mostró preocupado, no por la intensidad de los gritos, sino por el hecho de que alguien haya ido mucho más lejos de los parámetros actuales del Receso de las Nubes.

Jin Ling trató de taparse los oídos. Lan Sizhui observó eso y le dio un suave beso en la mejilla.

—Iremos a ver, quedate aquí.

Ambos Lan se vistieron correctamente, sus cintas fueron colocadas en sus frentes. Jin Ling quedó libre, pero no se movió, cansado de la actividad sexual que tuvieron. Solo cuando vio desaparecer a Lan Sizhui y a Lan Jingyi pudo pararse, tomar sus túnicas sueltas y vestirse, quería estar presentable al menos por si los dos locos traían a alguien a quien debían eliminar.

Lan Sizhui se acercó a la persona, observó en su pierna la trampa, mordisqueó con mucha fuerza y probablemente tendrían que amputarlo. Lan Jingyi pareció flaquear al verlo, pero por dentro una satisfacción enorme creció, pues quien se encontraba al frente no era nada más ni nada menos que la tortura de Jin Ling todos estos años, el principal idiota que estuvo detrás de su puesto, el familiar más irritable que alguien pudiera tener: Jin Chan.

—¡Ustedes! ¡Ayúdenme! —Exigió Jin Chan con lágrimas en los ojos. Sufría y mucho.

En cambio, recibió como respuesta un dolor extra. Lan Sizhui presionaba contra su pierna adolorida con mucha fuerza y una sonrisa retorcida se mostró en su gentil rostro.

—Iba a ir por ti de todas maneras, me ahorraste el trabajo —mencionó Lan Sizhui haciendo presión contra la pierna—. Solo eres un inútil que debió morir hace tiempo.

Lan Jingyi no tenía problemas con eso. Desde hace tiempo tenía ganas de torturar a Jin Chan por todo lo que le hacía al amor de su vida. Aún así, no entendía las razones del porqué Jin Ling jamás se defendió como se debía, si bien escuchaba sus disputas seguidas, nunca hubo algún enfrentamiento serio. Eso le dolía. Jin Ling siempre se alteraba con él, llegaron a intercambiar espadas muchas veces gracias a la poca paciencia de los dos.

Entonces, ¿por qué con Jin Chan era distinto?

La idea lo puso nuevamente celoso. Lan Jingyi tragó saliva.

—¿¡Qué dijiste!? —gritó Jin Chan en medio de sus quejidos.

Lan Sizhui dejó de presionar la herida y lo miró con repugnancia. Lan Jingyi no pudo aguantar las ganas y terminó por patearlo con fuerza.

—¿De dónde viene todo ese enojo? —Preguntó Lan Sizhui, riéndose un poco.

—Quiero matarlo —dijo fríamente Lan Jingyi.

—Aún no —contestó Lan Sizhui—. Vamos a desquitarnos con él, pero quien lo termine matando será Jin Ling. Él merece vengarse.

Jin Chan no comprendía las palabras de ambos. El miedo comenzó a invadirle con la idea de la muerte. Aún era joven, ¿cómo podría morir así, sin más? ¡Necesitaba hace algo! Como un gusano trató de arrastrarce hasta la salida, pero no avanzó ni diez centímetros y sintió como Lan Sizhui lo jalaba de regreso de la misma pierna adolorida. Observó a Lan Jingyi cruzarse de brazos y permanecer tranquilo.

—Tiene sentido —Lan Jingyi alzó de hombros.

Con dificultad ambos llevaron a Jin Chan a una habitación cercana a la principal. Lo sentaron en una silla para después amarrarlo tanto de piernas como de muñecas. Lo tenían inmovilizado, ambos no querían que aquella rata se moviera porque tenían muchos planes para él.