I asked to love her

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Música alta, demasiado alta, retumbando en sus oídos y de la cual no escuchaba, pues su pensamientos eran más fuertes.

Una botella de alcohol de cuarenta grados era suficiente para embriagarse y olvidar a la castaña, o eso pensó ella, pues mientras más tomaba, más recordaba el dolor en el rostro de Jennie, aún tenia las palabras necesarias para explicarle todos esos mensajes y el mensaje de Felix, del cual solo le dijo que dejara de molestar y lo bloqueó.

Tomo el vaso de vidrio con tanta fuerza que sentir romperlo pero solo lo llevo a su boca, haciendo una mueca por el alcohol quemar su lengua y paladar, para que luego bajar por su garganta, sintiendo como si fuera una bola de fuego bajando por esta, llego a su estómago del cual sintió cada vez más pesado por todo el alcohol que llevaba. No solo fue una botella de la que tomó, ya llevaba tres pero sentía que no era suficiente para perder la conciencia.

Se odiaba por no poder decir la cosas a tiempo, no solo hablaba por los mensajes, sino por mucho tiempo antes y ahí recordó el dos mil dieciocho, recordó el dolor en su pecho, quizás un poco más doloroso que el de ahora pero ese recuerdo no se iba.

― ¡Quiero otra botella! ― gritó al barman.― Por favor.

― Señorita, lo mejor es que se retiro ahora, ya no le puedo proporcionar más botellas.

― Una más y me voy. ― dijo en un susurro.―

― Dale ya esa botella, es nuestro trabajo darles alcohol a las personas, con esto te pagarán. ― dijo el compañero del chico que le negó la botella.― Se la daré yo entonces.

Y así como dijo, se la dio, las cuatro botellas, tres vacías y una llena, eran de la misma marca.

Dos mil dieciocho.

Jennie estaba en una relación con Jongin o Kai de EXO, ella lo sabía y lo toleró hasta cierto punto pues siempre que había una reunión el hombre tenia que estar ahí, abrazando a su unnie, dándole besos en la boca y haciendo más cosas. Ella ya lo tenía claro desde dos mil diecisiete, le gustaba Jennie, le encantaba y enloquecía, nunca tuvo el valor de revelarlo, ni a su mejor amiga, Lisa, eso hasta que Dispatch reveló la relación de ambos, explotando el internet por la confirmación de ambas empresas de ambos. No supo la razón, tampoco la busco pero cuando se confirmó le dolió tanta que no salió de su departamento por una semana, tomando alcohol, comiendo comida chatarra y una que otra sesión de sexo con quien sea para quitarse ese mal de amores.

Lisa, quien vio ese proceso en ella y fue la primera quien le contó sobre su gusto a su mayor y de cómo sufrió por ella, se enojó con Jennie, al punto de salir más rumores sobre ellas dos. Es que Lisa está enojada con Jennie por la relación con Kai. Esta relación es una farsa para ocultar el jenlisa. El Jenlisa esto, el Jenlisa lo otro. Odiaba con todo su corazón como emparejaban a su mejor amiga y ex novia, pues su relación no era nada más ni nada menos que el de unas hermanas y amigas.

Luego de un tiempo el odio que caí en ambos los obligó a separarse, no supo cómo reaccionar, sabía que Jennie amaba a Kai y viceversa, pero ese dolor se había ido por un rato. La noticia fue clara para saber que habían terminado. Unos tres meses de su ruptura estaba feliz, se iba a declarar a Jennie, llevaba un oso y gomitas, pero lo que menos se espero era ver como Jongin y la morena se besaban con tal pasión que le daba envidia.
Hizo ruido ambos se separaron, Jennie le dio una sonrisa y le dijo; Rosie, te quería decir que Jongin y yo vamos a intentarlo de nuevo, ahora seremos más cuidadosos para que no haya más rumores. Simplemente felicito y se fue, llorando de nuevo. Esa vez se mantuvo en sobria, el dolor era más presente, se comía las gomitas que iba a regalar y abrazaba con fuerzas al oso de peluche.

Y ahora estaba peor, ahora la había perdido por su manía de no hablar a tiempo.

Se sentía miserable, sus lágrimas no salían pero el nudo de la garganta iba creciendo y se quedaba ahí, como si fuera una manzana e iba siendo diferente fruta o verdura.

Suficiente de su propia miseria, de levantó del taburete y ahí fue cuando el alcohol subió a su cabeza, todo daba vueltas, sentía su cuerpo sudando y como la música ya entraba a su cabeza. Camino a la entrada/salida y salió tambaleándose, fue a su carro y subió, lo prendió, comenzó a conducir sin rumbo fijo.

Paro en la carretera, sentía que ya no podía, el sueño era más fuerte, el alcohol aún seguía haciendo efecto, cuatro botellas de cuarenta porciento de alcohol eran suficientes como para estar borracha por dos días o más.

No lo evito y ahí cuando comenzó a llorar, su llanto lo.podia escuchar cualquier auto que pasara por ahí, era desgarrador, tan triste y dolido, como si fuera digno para una película.

Entro una llamada a su celular, con su vista borrosa no pudo ver quien llamó pero aún así contestó.

― ¿Quién? ― contestó arrastrando las palabras.―

― ¿Dónde estás idiota?

― Lisaaaa. ― río un poco.― No l- hip se.

― ¿En qué lugar está? ― escucho al fondo.―

― Dice que no sabe. ― contestó la tailandesa.― Roseanne, comparte tú ubicación, iremos por ti.

― ¿Quienes?

― Jisoo, Irene, Seulgi, Jennie y yo.

― Oh... Jennie, ¿está ahí? ― agarró su celular.― Ya te la envié. ― comenzó a dormirse.―

― Esta en la carretera rumbo a Busan. ― dijo Lisa a las otras personas.― Ya vamos por ti.

Escucho esas palabras y cerraron la llamada. Vio por la ventana por unos cuantos minutos y sus párpados ya pesaban, dejándola dormir.

Until I Found You ( Chaennie )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora