Sexy no Jutsu

Pauta

Disclaimer: Los personajes de Naruto son propiedad de Kishimoto. La historia es de Ms. Videl Son

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Segunda parte: Pauta

Sasuke se dejó caer en el asiento más cercano, arrastrando a Hinata con él. Ella chilló un poco cuando aterrizaron en el banco con un fuerte golpe, pero por lo demás no se quejó de las dominantes acciones de Sasuke.

—¡Maldita sea! —oyó decir llena de rencor a una voz femenina desde algún lugar detrás de él.

Otra compartió el mismo sentimiento.

—Hinata lo ha tomado... No es justo.

—Y yo que tenía tantas ganas de enseñarle el santuario que hice en su honor en mi armario, además...

El último comentario hizo que Sasuke se estremeciera. Había estado a punto de perder, por no decir otra cosa. Si hubiera dudado solo unos segundos, una de esas arpías delirantes podría haberlo agarrado y... Y... Bueno, lo que pudo haber pasado era algo que a Sasuke le generaba náuseas de solo de imaginarlo.

—Um... S-Sasuke... ¿San?

Sasuke inclinó ligeramente la cabeza para mirar a su compañera, que estaba sentada un poco más cerca de lo que era absolutamente necesario. Decidiendo que lo mejor sería fingir que no se dio cuenta, Sasuke respondió con simple y rudo.

—¿Qué?

Hinata se estremeció como si le hubiera dado una bofetada.

—Uh... M-me estás lastimando l-la muñeca...

Al darse cuenta, tardíamente, de que efectivamente seguía sujetándola de la muñeca y que además la estaba apretando, Sasuke la soltó como si se una serpiente venenosa se tratara. En su alivio por haber tomado a la única compañera adecuada, debió olvidarse de soltarla. Tenía que ser eso.

—Lo siento —murmuró, cruzando los brazos sobre el pecho. Al hacerlo, Sasuke apartó la mirada de Hinata, declarando en silencio que la conversación había terminado.

Hinata pareció captar la indirecta y se calló, ganándose otro punto con Sasuke. Podía verse a sí mismo odiándola cada vez menos a medida que avanzaba el proyecto, siempre que ella mantuviera la actitud de no hablar si él no se le hablaba, cosa que a Sasuke le estaba gustando mucho.

—¿Todos tienen pareja? —Iruka gritó a través de la clase, alzando la voz para que lo oyeran por encima del ruido.

—Yo no —dijo una voz hosca desde el otro lado del aula. Sasuke se inclinó para ver a Naruto levantando una mano por encima de su cabeza para que Iruka lo viera, mirando con desprecio a la pareja que estaba a su lado; como si se hubieran aliado para matar a un cachorro. Sakura le devolvió la mirada triunfante y se aferró más al brazo de Kiba, a pesar de que él intentaba quitársela de encima.

Iruka miró un par de veces alrededor de la sala, contando a los estudiantes y comprobando si había alguien más sin pareja. Pero no encontró a ninguno.

—Supongo que tendremos que hacer un grupo de tres. ¿Quién está dispuesto a dejar que Naruto trabaje con ellos?

Hubo muchos murmullos inquietos, pero ningún voluntario. Parecía que, como siempre, Naruto era el raro. En opinión de Sasuke, él se lo merecía por ser tan idiota.

Una voz suave y temblorosa desde un lugar peligrosamente cercano al oído de Sasuke habló en nombre de Naruto.

—Um... P-puede t-trabajar con nosotros, Sensei.