07. Peluche

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Desayunar con Manjiro empezaba a ser su parte favorita del día, el cenizo mayor calentaba agua para un café y para el biberón del infante, Chibi Mikey miraba la televisión en espera de su desayuno mientras que Takemichi sólo se quebada sentado sin...

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Desayunar con Manjiro empezaba a ser su parte favorita del día, el cenizo mayor calentaba agua para un café y para el biberón del infante, Chibi Mikey miraba la televisión en espera de su desayuno mientras que Takemichi sólo se quebada sentado sin hacer nada.

Era extraño.

—¿Quieres un café?— Manjiro parecía más feliz que de costumbre, abrazó a Takemichi por los hombros y plantó un beso en los labios del teñido, Hangaki negó.

—Es amargo— contestó entre bostezos, era curiosos como Manjiro amaba los dulces pero el café que bebía siempre era amargo —¿Ya pensaste en que haremos? Si le hablo a Chifuyu podría ayudarnos, Baji también vendría— habló nuevamente Takemichi, no es que se quisiera desader de su hijo simplemente que se supone no debería estar en ese tiempo y no sabía como eso podía afectar.

Manjiro bufó, observó al pequeño cenizo sentado en el piso de la sala frente al televisor y sonrió.

—Quiero quedármelo, de todas formas es nuestro— soltó sin rodeos, Takemichi lo miró incrédulo, ¿Era una broma? —Podemos conseguir una cuna para él, y tu te deberás quedar para ayudarme a cuidarlo— agregó, con una enorme sonrisa en su rostro.

—No creo que funcione así…si se queda haría algún tipo de paradoja ¿no?— la sonrisa alegre de Manjiro se borro, Takemichi noto eso y al pensar cómo arreglar sus palabras sus mejillas se sonrojaron notoriamente —A-ademas…en un futuro estará en mi vientre…no importa si lo extrañas porque pronto lo verás de nuevo

—Podemos hacerlo ahora— soltó coqueto Manjiro, olfateando el cuello del teñido en busca de una reacción, Takemichi se sonrojo aún más.

—P-primero debemos pensar en cómo regresarlo a casa…deben estar muy preocupados por él— contestó, acariciando el cabello de mayor, Manjiro solo bufó algo decepcionado pero terminó por aceptar. El café fue servido, un plato de cereal y un biberón, Chibi Mikey parecía adorar ser cargado por su padre.

El desayuno fue tranquilo y después de limpiar un poco la casa decidieron que era buena idea salir al árcade para matar un rato el tiempo. Chibi Mikey exigió vestir un lindo overol café con un osito bordado en su pecho, una playera blanca de manga larga y unos tenis blancos, Takemichi no dudó en tomarle una foto al verlo tan adorable.

—Mami, besito— pidió el infante, tocando su regordeta mejilla.

Takemichi cargó al pequeño y plantó varios besos en su mejilla, después de un rato los 3 salieron por fin a su destino. Chibi Mikey abraza a su madre y de vez en cuando le daba un beso en la mejilla, algunos adultos los miraban de mala manera pues "eran demasiado jóvenes para ser padres" aún así siguieron, sin darle importancia a los malos comentarios.

—Bien, ¿Qué quieres intentar primero cariño?— Manjiro colocó al niño en sus hombros, dejándolo ver con mayor facilidad todos los juegos que habían dentro del local, Chibi Mikey no dudó en señalar un juego de baloncesto
—Bien, intentamos eso entonces

El juego no era complejo, simplemente debían lanzar un balón al aro, pero el pequeño Mikey no lo lograba y eso lo empezaba a frustrar, sus ojitos se llenaron de lágrimas al intentar por 5tha vez y fallar, miró al teñido quien solo le sonrió dulcemente.

—¿Quieres que te ayude?— preguntó Takemichi, pero el infante negó.

—Mikey sólo— habló el pequeño, con sus ojitos llenos de lágrimas y determinación. Manjiro solo lo observaba con curiosidad, era una mezcla peculiar de Takemichi y él
—Papi, yuda— habló nuevamente el pequeño cenizo, después de intentarlo nuevamente y no lograrlo.

Manjiro solo sonrió con diversión, tomó un balón y encesto sin problemas, la pantalla cambió de 0 a 1 haciendo feliz al infante quien aplaudió emocionado pidiendo que Manjiro lo volviera hacer.

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Y pronto fueron 100 puntos los que había logrado el cenizo, 100 boletos ganados listos para ser canjeados por algún juguete, decidieron jugar un poco más antes de irse a casa y en cuanto el reloj del local marcó las 3:45 pm caminaron hacia la caja para ver qué premio llevarían.

—¡Peluche!— el pequeño grito emocionado al ver algo familiar, un peluche rosado de unicornio enorme, aquel juguete siempre estaba en la cama de sus padres cada que él iba a despertarlos. Chibi Mikey empezó a hacer pequeños quejidos mientras estiraba sus manitas indicando que pesquería.

—Son 1,000 puntos— habló sin emoción el encargado se la caja, mirando con aburrimiento al pequeño.

Takemichi sonrió dulcemente y cargó al pequeño, habían logrado 921 puntos, parecía un chiste.

—¿No quieres otra cosa cariño? Puedo conseguirte el peluche más bonito— Manjiro intentaba negociar con el infante, no iba a armar una pelea por un peluche pero Chibi Mikey insistía en tener aquel objeto no tendría más opción.

—Peluche, papi, peluche or avor— y eso fue suficiente para que Manjiro quisiera darle el bendito peluche al niño.

—Dame el peluche y te pago la diferencia— habló con simpleza, pero el encargado lo ignoró y volvió a repetir que necesitaban 1,000 puntos —Takemicchi, ¿Por qué no sales un rato a buscar algo de comer?

—No creo que sea una buena ide

—Cariño, lleva a mami a buscar algo de comer— interrumpió el cenizo mayor al notar que Takemichi no accedía, el infante solo asintió y abrazó el cuello del teñido. Bastaron unos cuantos minutos, una pacífica charla donde el encargado fue amenazado con la misma muerte para que el peluche sea entregado al Sano.

Hanagaki y Chibi Mikey esperaban pacientemente sentados en una banca comiendo una crepa, la feliz que el niño expresó al ver el peluche era simplemente hermosa, aplaudió y rió mientras abrazaba al peluche.

—¡Mami, peluche!— el pequeño cenizo abrazaba el juguete con emoción, restregando sus regordetas mejillas en el suave muñeco de felpa.

—¿Te gusta? Es tuyo— habló con suavidad Manjiro, mirando con ternura al pequeño niño.

—¿Peluche Mikey?— cuestionó y Manjiro solo asintió, el pequeño solo sonrió aún más —Mami, regalo— sus pequeñas manitas extendían el peluche en dirección a Takemichi, el teñido no entendí del todo a que se refería el pequeño.

—Te está regalando el peluche, no seas grosero— reprendió Manjiro.

Las mejillas de Takemichi se tiñeron de rojo pero tomó el peluche sin problema, el pequeño cenizo acomodó su cabello para dejar ver su frente y se acercó a Hanagaki en espera de un beso. Haciendo suaves quejidos y tocando su frente indicando lo que quería.

—¡Mami, beso!— exigió algo molesto, Takemichi lo cargo con cuidado y besó varias besos las mejillas del infante para al final besar su frente, leves risitas salían de la boca del pequeño.

—Vamos a casa— pidió Manjiro, con una linda sonrisa.

Takemichi era demasiado lindo y más cuando besaba y miraba a su pequeño futuro hijo. Manjiro cargo al pequeño en sus hombros y los 3 caminaron hacia la residencia Sano.

 Manjiro cargo al pequeño en sus hombros y los 3 caminaron hacia la residencia Sano

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¿De quién es ese bebé? [MiTake] ✅️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora