Capitulo 5 Corre Rubi Corre

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En esta ciudad no sale el sol, las nubes grises y densas cubren todo el cielo hasta donde se pueda ver, la ciudad concurrida, llena de basura y gente que va de un lado para el otro, todos viajan en tren, el único medio de transporte permitido por el gobierno, el país cruza por una recesión económica inmensa , el gobierno gasto millones en un programa especial para fabricas móviles, el cual termino siendo un maldito fracaso, pese a sus fallas el sistema sigue en pie, las medidas que le gobierno ha tomado son catalogadas de extremas, desde prohibir la circulación de autos para no tener que invertir en mantenimiento de carreteras, ni peajes, señalizacion de transito ni nada que se le parezca, la venta de combustible esta controlada para uso exclusivo de las fabricas, un ciudadano normal no puede adquirirlo, por eso el metro se ha vuelto tan importante para las personas que habitan la ciudad.

Las estaciones del tren al ser lugares públicos se llenan de vagabundos, proliferan el sitio con su pestilencia, cajas de cartón, ropa vieja, humedad y desechos humanos, muchos de ellos por todos lados, en este sitio una chica ríe junto con tres desconocidos, mientras cuenta experiencias pasadas.

—Ese día no teníamos dinero para comer,mi hermana estaba llorando tirada en su sucia cama , muy patética, así que le dije, perra ¿sabes que voy a hacer?, voy a ir a la tienda de electrodomésticos del medio oriente que esta esta al otro lado de la estación, voy a robar  uno de esos malditos televisores de pantalla plana y lo iré a vender—, lleve mi cigarro a la boca luego de contar esta parte de la historia, ahora uno de ellos preguntara que paso después, los chicos están recostados en la pared de la estación mientras yo como anfitriona estoy enfrente de ellos.

—Y que? lo robaste?—pregunto el delgado chico cuya cabellera parece una esponja.

Deje en suspenso a los chicos con un silencio, mientras miraba al horizonte de la estación, recordando ese día, las piernas me dolían, gente me perseguía, si no hubiese sido por los vagabundos de la zona que se abalanzaron encima de mis persecutores, probablemente ese día me hubiesen roto las piernas para que nunca volviera a cometer una fechoría de esas, tenia tanto miedo, pero no podía parar de correr, aguante las lagrimas al recordar ese día, pero no fue por el miedo que pase, fue porque recordé lo felices fuimos al lograr vender ese bastardo por  mil billetes, voltee a ver a los chicos.

—Hubo carne de res para cenar ese día perros—, dije expulsando humo de mi boca mientras recitaba estas palabras, los chicos gritaron como imbéciles, extasiados por la supongo genialidad de lo que acababan de escuchar, todos chocaron sus manos con la mía en señal de respeto

—Maldita sea Rubi, deberías regresar al colegio, nos la pasaríamos genial contigo—, el chico rizado menciono con ademanes exagerados.

—Y tener que estudiar materias que no me interesan para complacer a personas que no me importan, Zeus me libre de esa basura—, mencione mientras el humo salia al pronunciar cada palabra.

—Es verdad, esta semana me fue fatal en los examenes—, el chico alto reprocho.

—A mi me fue bien pero, tuve que desvelarme a diario—, al parecer el robusto es el mas listo.

—Oigan, que dicen si celebramos que terminamos los exámenes.

Todos volteamos a ver al chico de cabellos rizados, al parecer tenia algo en mente, luego las miradas se posaron sobre mi, ya se a donde va esto...

—¿Alguna vez han tomado alcohol siquiera en sus vidas?—, pregunte a los tres chicos que realmente tienen la pinta de ser unos auténticos perdedores , los chicos bulleados de la escuela o algo así.

—Cerveza—, dijo el pelirrojo.

—Ponche navideño—, el chico de cabello rizado dijo decidido y solté una ligera carcajada, el chico alto le da una palmada en la cabeza.

Cuando las fabricas caminanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora