Renjun iba a matar a sus guardaespaldas. Siempre y cuando los Cuervos no se precipitaran sobre ellos e hicieran antes el trabajo por él.
Mientras que esto último parecía una mejor opción, ya que Renjun no tendría que esforzarse ni manchar sus nuevos jeans de sangre, en realidad no iba a funcionar, puesto que al primero que atacarían los pájaros sería a él. Era de conocimiento público que las aves siempre iban primero a por el miembro más débil de la manada. Ya que había nacido pequeño y seguía tan pequeño como siempre, Renjun se ajustaba a ese modelo aun más. Además, como hermano menor de Changjo, era como si llevara una diana en su espalda. Tenía que aceptarlo, sería mejor que se pusiera una camiseta que dijera 'carne fresca' y terminaría antes.
Suspiró... Jodía ser el hermano menor del lobo que estaba a la cabeza de la actividad ilegal de la mayor parte de ese lado del Estado. Corrección, ex jefe de la actividad ilegal. Desde que Changjo había encontrado a su compañero, se había vuelto legal en el acto. Ahora que tenía dos nuevos cachorros que cuidar, era todavía aun más un Boy Scout. En los últimos seis meses, lo peor que había hecho era arrancar las etiquetas de los colchones.
La verdad era que su pequeña manada no necesitaba hacer nada por un tiempo. Mientras Changjo había llevado la voz cantante de las ilegalidades, había amasado una pequeña fortuna. Pero ahora Renjun estaba descubriendo rápidamente que solo jugar y no trabajar, era una vida muy aburrida.
Por el momento, estaba sentado en un pequeño restaurante italiano con sus dos guardaespaldas, Bangchan y Yuta. Habían estado con él durante años, sin embargo, nunca se habían convertido en amigos cercanos, ya fuera porque les molestaba tener que cuidar las espaldas del más pequeño de la manada, o porque pensaban que era un mocoso. Cualquiera que fuera la razón, nunca se habían acercado a él.
Dejando escapar un suspiro, Renjun hizo girar su tenedor sobre el mantel de plástico barato a cuadros rojos y blancos. Al mismo tiempo, miró hacia arriba desde debajo de sus pestañas al grupo de Cuervos que estaban sentados a sólo dos mesas de distancia.
Renjun volvió a suspirar. —Me gustaría que atacaran y acabar de una vez.
—Probablemente no quieren llamar la atención sobre sí mismos, ya que estamos rodeados de seres humanos —dijo Yuta.
Peludo, con un pelo castaño que le llegaba hasta la barbilla y profundos ojos color ámbar, Yuta sería un placer para mirar si no fuera por la eterna expresión de fastidio en su jeta. Incluso Bangchan era caliente, a pesar de que tenía el nombre de un anciano. Llevaba el pelo más corto... tipo militar, pero tenía unos penetrantes ojos azules que captaban la atención de ambos sexos. Por desgracia, Bangchan también usaba siempre expresiones hastiadas.
—¿Desde cuándo un poco de atención ha detenido a los Cuervos? Por lo que he oído, en los últimos días han estado haciendo todo lo posible para anunciar su presencia — respondió Renjun.
De hecho, gracias a los malditos pájaros, los seres humanos habían descubierto la existencia de los cambiaformas.
Aunque eso era exactamente lo que la mayoría de ellos había esperado. Pero cada día surgían más grupos de cazadores. Ya habían atacado a varias pequeñas manadas y sus familias. Renjun sabía que eso iba a empeorar, antes de empezar a mejorar.
Bangchan se acercó y golpeó una mano sobre el tenedor. — Deja de jugar, que se enfría. Solo estamos aquí para tomar un bocado.
Renjun le lanzó una mirada exasperada. —A menos que tengan aquí carne en mal estado, este lugar no tiene nada de lo que a ellos les gusta llamar cena.
Una mirada de asco apareció en el rostro de Yuta. —
¿Realmente comen eso? Pensé que era sólo un mito.
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Serie de los CP 18 - Chenle y el Pequeño Lobo
FanfictionSerie de los Cambiaformas Perdidos 18 - Chenle y el Pequeño Lobo RESUMEN Desde el momento en el que se conocieron, hubo una atracción innegable entre Chenle y Renjun. A pesar de que han transcurrido algunos meses desde que se han visto, las chispas...