Capítulo 6

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—Por cierto, bonito chupón —sonrió Jimin, mientras se acercaban al claro que conducía al parque.

Ya era la vigésima vez que el tigre se había lanzado sobre ese tema, y Chenle optó por ignorarlo. Como Jimin era uno de sus mejores amigos, Chenle había aprendido hacía mucho tiempo que era mejor no alimentar el hombre cuando se encontraba en uno de sus estados de ánimo divertido.

Con una complexión delgada, ojos azules y pelo rubio teñido con rayas de colores del arco iris, Jimin era visto a menudo como un mujeriego ya que nunca iba a ninguna parte sin su harén de niñas. De lo que muchos no se daban cuenta es que era simplemente porque prefería su compañía, y no porque no tuviera ningún sentimiento romántico hacia alguien del género femenino.

Como Chenle, Jimin se sentía intimidado por los miembros más grandes de la coalición. Incluso después de haber sido entrenado como soldado y haberse unido a sus filas, seguía siendo cauteloso. Eso hacía que Chenle se preguntara qué había ocurrido en el pasado de su amigo para que tuviera tanto miedo. Debía haber sido algo bastante malo. Cada vez que alguien le preguntaba sobre su infancia, o bien se callaba, o cambiaba de tema rápidamente.

Victoria inclinó la cabeza hacia un lado mientras estudiaba a Chenle. Muchos pensaban que era tonta o lenta, pero él no podía estar más en desacuerdo. Claro, tenía algunos hábitos y gestos

excéntricos, pero eran sólo una máscara. Sabía y veía más que la mayoría de la coalición junta.

También había sido una de los pocos que se habían acercado a él cuando estuvo en estado catatóYuta y con demasiado miedo para salir incluso de su cama. Gracias a su gentil persuasión y su amistad, finalmente fue capaz de aceptar su nueva vida.

—Nunca conseguí verle el asunto a hacer un chupón. Si quisiera chupar algo, no sería el cuello de alguien. No cuando hay tantas otras áreas de interés en el cuerpo que explorar —ella musitó.

Chenle contuvo una carcajada, mientras Jimin sonreía y negaba. —Será mejor que no dejes que tus hermanos te atrapen diciendo eso. Te encerrarán y no te permitirán salir de la Sede de nuevo.

Ella le dio un giro desdeñoso a su oscuro cabello. —Por mí pueden morderme.

Esta vez, Chenle no pudo contener una risita. Atesoraba esos momentos en los que Victoria bajaba los escudos y mostraba su lado más auténtico. Lo hacía sentirse como si fuera el único al que le permitía ver una pieza de arte que no tenía precio. Aunque jamás se lo diría a ella, ya que le daría un golpe en el brazo y le diría que dejara de ser tan cursi.

—Estoy seguro de que amarían escuchar eso de ti — arrastró las palabras Jimin.

Ella se encogió de hombros. —No sería la primera vez, y seguro que no será la última.

—Tal vez me puedas dar una lección. Sé que Johnny me ama, pero tiene que dejarme respirar.

—Está tan preocupado por perderte otra vez, que no se da cuenta de que está apartándote —respondió ella.

Chenle se preguntó cómo alguien podía pensar que era lenta. Su comentario incluso lo ayudó a calmar su frustración un poco. Ya que atesoraba tanto los consejos de ella como los de Jimin, preguntó: —Entonces, ¿qué debo hacer para que afloje un poco?

Victoria se apartó algunos mechones de pelo que le habían caído sobre su pálido rostro. —Honestamente, creo que va a llevarte algún tiempo. Míralo desde su punto de vista. En primer lugar, te perdió cuando eras un bebé durante el ataque en masa de los Cuervos. Entonces, después de años buscándote, finalmente te encuentra, sólo para ver que estas atrapado en tu forma de león. Probablemente siente que te ha fallado dos veces, y está aterrado de que si permite que vuelva a suceder, no seas capaz de volver por tercera vez.

Serie de los CP 18 - Chenle y el Pequeño LoboDonde viven las historias. Descúbrelo ahora