CAPÍTULO 1

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Theodore Nott

La guerra había terminado, Potter había ganado, ya no hay ningún señor tenebroso.

Los gritos emocionados de la gente se escuchaban, los gritos eran tan escandalosos que podía jurar que sentía como el piso temblaba ante la emoción de la derrota de el señor tenebroso... De Voldemort.

Y eso solo significaba una cosa, tenía que buscar a Draco.

Si Voldemort ya no existía más, significaba que Draco era libre, que el y su familia ya no tendrían que sufrir a manos de ese ser...

Draco y yo podríamos cumplir nuestra promesa.

Comencé a buscar a Draco rápidamente, ya luego buscaría a Zabini y a Pansy.

En este momento era mas importante encontrar a Draco, ya que en ningún momento lo había podido ver en la batalla. 

Mi corazón latía fuertemente, tenia miedo de que el simplemente estuviera tirado en algún lugar del castillo, herido...

Evito pensar en la posibilidad de encontrarlo muerto, por que, claramente él es muy egocéntrico como para permitirse morir en una batalla como esta y más por algún alumno o maestro, o incluso por algún mortifago cualquiera.

Draco simplemente es muy egocéntrico. Él no puede estar muerto. 

Cuando llego a el puente de la escuela, lo veo, esta con su madre, Draco esta de espaldas, cada vez se están alejando más, intento correr entre todos los escombros y cuerpos que se encuentran ahí.

Me tropiezo con algunos pero eso no evita que siga corriendo. 

Quiero gritarle, pero mis pulmones me arden, la batalla me había cansado, estaba corriendo con mis últimas fuerzas, y no era capaz de alcanzarlo. 

Doy mi último rastro de fuerza y estoy cerca de tomar su mano. 

- Draco... - grite

Él me mira. 

Cuando creo poder tomar su mano él desaparece en un humo negro.

Caigo al suelo, mi barbilla pega con alguna roca de los escombros, puedo sentir el sabor a sangre saliendo de mi boca, ni si quiera estoy seguro de dónde sale esa sangre.

Mi cabeza se siente como si tuviera una neblina y al mismo tiempo como si estuviera llena de adrenalina, siento que las cosas están pasando muy rápido pero al mismo tiempo tan lento que no soy capaz de pensar en nada más que no sea en Draco y en qué no lo había podido alcanzar.

Mi cuerpo rápidamente se rinde, comienzo a sentir el cansancio y el dolor de las heridas. Al parecer mi cuerpo se había hecho conciente de si mismo de golpe, mi cuerpo había cedido ante el  cansancio. 

Pero el dolor de mi cuerpo no era nada equivalente al dolor que sentía de no a ver podido alcanzar a Draco. 

Nuevamente lo había perdido... Nuevamente se había alejado de mi. 

Nunca te olvideDonde viven las historias. Descúbrelo ahora