El día fue pasando poco a poco, y también lo fueron haciendo las clases. Kat y yo éramos el centro de todos los cotilleos que circulaban por el campus. Nos reunimos con Liz y Jason, lo que nos dejó apartarnos un poco de todos los ojos curiosos y pasar un buen rato a solas. Llegó la última hora, que era la clase de Educación Física, por lo que al llegar a los vestuarios nos separamos; Liz y Kat fueron al vestuario de las chicas mientras Jason y yo fuimos al de los chicos. Salimos sin empezar ninguna pelea, aunque había varios chicos echándome miradas asesinas. Imaginé que serian amigos de Jared.
La clase trataba de superar un circuito con distintas pruebas físicas, como trepar por un muro con una cuerda y cosas así. Yo era el nuevo, así que me debería de tocar el último, pero pude ver cómo los amigos de Jared convencían al entrenador para que me sacara el primero. Al verlos reírse empecé a sentir rabia poco a poco, y cuando llegue al punto de salida, estaba muy enfadado. Nada mas oír el pitido que indicaba el inicio de la prueba, me levanté y empecé a correr a una velocidad extraordinaria. Antes de un minuto ya había recorrido más de la mitad del circuito, pero no era capaz de controlarme, estaba furioso, muy furioso.
La otra mitad del circuito la pasé sin darme cuenta hasta que llegue al muro. Tenía al menos unos seis o siete metros de alto y lo único que veía para subir, era una cuerda. Sin pensármelo dos veces, salté hacia el muro. Cuando cogí la soga ya había saltado los tres primeros metros de aquella pared improvisada, y el resto lo subí sin problemas. Al llegar arriba, en vez de bajar otra vez por la cuerda decidí dejarme caer, y aterrice sin ningún problema.
Al levantar la cabeza vi que todos me estaban mirando. Kat estaba delante de mi, mirándome con una mezcla de sorpresa y miedo. No sabía qué estaba pasando, hasta que me giré y me vi reflejado en el cristal de una vitrina llena de trofeos. Al principio no me percaté, pero no tarde en mirarme la cara. Tenía los ojos de un color rojo sangre. En cuanto observé aquel fenómeno, salí corriendo del pabellón hacia el bosque.
Seguí corriendo, adentrándome entre los árboles hasta que llegue a un pequeño claro en el que había un lago. Me puse de rodillas en la orilla y vi mi reflejo en el agua. Seguía teniendo los ojos de ese rojo sangre. Mojé un poco la cara para tranquilizarme, y luego dejé caer todo mi cuerpo en el suelo, con los ojos cerrados y los brazos estirados, respirando el aire fresco del bosque. Poco a poco me fui calmando.
Estuve así un rato, relajándome todo lo posible, intentando no pensar en nada.
-¿Así que alguien ya ha encontrado mi lugar secreto, eh? Qué pena, pero, bueno, por lo menos no estas mal.
Al oír esa voz abrí los ojos y me quedé atónito con lo que vi. Era una chica preciosa, de pelo largo y de color miel, con un par de mechas rojas. Lo llevaba recogido en una cola alta, que le quedaba genial. Sus labios estaban pintados de un color rosa claro y llevaba puesto el uniforme del instituto, pero de forma distinta. La falda era algo mas corta y la camisa que vestía tenía las mangas recogidas hasta la altura del codo y con un nudo en la parte de abajo, dejando al aire parte de su tripa y su espalda. Estaba con una mano apoyada en la cintura y comiendo un chicle, haciendo pompas. Pero lo que más me llamó la atención de todo, fueron sus ojos. Tenía uno de color azul y el otro amarillo. Me quedé atontado mirando esos ojos, sobre todo el amarillo, tenia algo especial que me atraía.
Antes de poder decir nada la chica se sentó a mi lado apoyando las manos en el suelo detrás de la espalda y mirando al cielo.
-Heterocromía. Es una mutación genética y es lo que provoca que mis ojos sean de distinto color. -Me dijo aun mirando al cielo. Entonces, giró la cabeza hacía mi y me miró. -Aunque veo que los tuyos también son bastante especiales.
En cuanto dijo esa frase, giré la cabeza en la otra dirección para que no viera mis enrojecidos ojos. No sabía por qué se me habían puesto así, pero no estaban volviendo a su color normal, y tenerlos de esa manera me perturbaba mucho, podía notar que algo iba mal.
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Lobo Solitario
Teen FictionUn chico destrozado, hundido debido a una terrible desgracia, que encuentra un leve rayo de esperanza, que se desvanece casi al instante. ¿Podrá seguir viviendo después de haberlo tenido tan cerca y haberlo perdido, o acabara hundido a causa de los...