04 | v i s i t a

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𝘓𝘦𝘫𝘰𝘴

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𝘓𝘦𝘫𝘰𝘴.

Veía a alguien a lo lejos, estaba de pie, y parecía extender su mano hacía mi.

¿Quién era?

Trato de agudizar mi visión pero no logro distinguir su rostro.
Esta vez intento avanzar, pero no logro moverme de mi lugar.

¿Qué está pasando?

Miro a mi alrededor, los árboles nos rodean, y de repente empieza a llover.
Quien sea que este enfrente de mi empieza a avanzar, así que voy detrás; esta vez logro moverme de donde estaba, pero no logro acercarme por más rápido que corra.

—¡Espera! ¡Por favor!

¿Qué estoy pidiendo? ¿Por qué quiero que espere? ¿Quién es?
Las dudas comienzan a golpear mi cerebro, una a una llegan a instalarse.

«Necesito alcanzarte.»

Quién sea que esté ahí, gira, y ahí noto qué no tiene cola.

No es como yo.

El saber que es un humano hace que mi pecho se sienta pesado, se siente como una decepción.
De pronto ganas de llorar me invaden.

¿Por qué a mi? ¿Por qué justo ahora?

Nunca me había preocupado demasiado sobre los humanos... Mejor dicho, nunca les había prestado la atención suficiente, sabía que era peligrosos, y eso me bastaba para mantenerme a raya, pero desde ella...

Desde Aroa...

La persona se comienza a hacer visible. Primero sus manos, luego sus brazos, estos son delgados, lucen frágiles, demasiado.

Espero en mi lugar, el aire comienza a faltarme, sigo mirando expectante por ver de quien se trata. Aún no logro distinguir el género, podría ser hombre o mujer.

Antes de poder ver su cara, siento como si estuviera cayendo.

¿Acaso el piso se abrió?

S T A R S | AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora