|| Quién diría que un Tokio retorcido y un chico prodigio con problemas de ansiedad se llevarían tan bien ||
|¦ Igualmente nadie pensaría que en ese lugar encontrarías una razón para seguir existiendo ¦|
¦¦ Pero nada es para siempre ¦¦
(chishiya x m...
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Bla, Bla, Bla... Eso era la que salia de la boca de mi maestra de calculo diferencial, no era que me aburriera el tema o los numero, al contrario, amaba las matemáticas y todo lo que se podía medir y saber con exactitud gracias a ellas, pero su maestra se esforzaba por hacer de su clase un martirio con su voz monótona y parecida a la de un robot.
Lo bueno de sentarte hasta atrás es que puedes recargarte un poco en la pared y dormir sin que nadie se percatara, y eso fue lo que hizo, poco a poco se quedaba más y más dormido, una ventaja de la voz de su maestra era que te arrullaba de lo aburrida que era, le daba puntos por eso.
Mientras se quedaba dormido solo pensaba en lo aburrida que era su vida, solo clases, estudiar, comer, dormir (a veces descartamos esta última), tenía unas ganas aterradoras de que algo pasara, algo que lo obligará a apreciar más lo que tiene y le quite lo mal agradecido que era. Lo único que lo podía salvar era esa increíble beca en el MIT para estudiar física que le estaban ofreciendo, una vez superado el examen, adiós Tokio y adiós asquerosa Japón, probablemente los resultados se los enviarían ese mismo día.
La campana del almuerzo sonó interrumpiendo su siesta, con pesadez se incorporó y sacó de su mochila un tope con arroz y una leche con chocolate, además de su libro "historia del tiempo" de Stephen Hawking que estaba releyendo ya que era uno de sus favoritos. Una vez terminado el desayuno se levantó de su silla con la intención de salir a dar un paseo por su instituto.
Por los pasillos pasaban personas corriendo y haciendo ruido, era completamente molesto, pero mas que lo que estaba a punto de suceder. Una chica tímida se le acercó siendo empujadas por sus amigas que estaban a unos metros detrás de ella.
Hola Souichi, soy Sayuri.
Y que.- Respondió de manera seca, odiaba que lo interrumpieran mientras leía.
Yo... quería darte esto.- La chica le extendió un sobre rosa sellado con un corazón.- Leelo por favor.
No me interesa.- Pase a un lado de la chica y seguí mi recorrido, aveces la gente era demasiado extraña, se acercaban a los otros buscando su aprobación para cualquier cosa, ¿como pueden vivir de lo que dictan los demás?, pues supongo que el ser humano siempre será social por naturaleza.
No era como si pudiera ser igual, tenía amigos, eran pocos pero los tenía o eso pensaba, cuando se juntaban sólo platicaban de cosas al azar o de temas de la clase ¿eso no contaba como socializar?.
Igual no importaba, estaba en su último año, pronto pasaría a la universidad y no tendría que volver a ver sus rostros.
Un sonido de notificación lo sacó de su ensimismamiento, vió la pantalla de su teléfono y ahí se encontraba el correo que con tantas ansias esperaba. Cerró su libro de golpe y salió corriendo a los baños donde se encerró en uno de los cubículos para tener más privacidad.
Con las manos temblorosas abrió el correo y comenzó a leer su contenido.
-Buenos días, me comunico de él instituto tecnológico de Massachusetts para informarle de sus resultados en el examen de ingreso. Resultados: 100 (promedio) Usted ha sido aceptado en nuestra institución, favor de corroborar que todos sus datos sean correctos en su carta de aceptación. Su solicitud de beca ha sido rechazada, la boleta de pagos está adjunta, favor de reportarse en el instituto el día 16 de septiembre a la 7:00 horas.
