|| Quién diría que un Tokio retorcido y un chico prodigio con problemas de ansiedad se llevarían tan bien ||
|¦ Igualmente nadie pensaría que en ese lugar encontrarías una razón para seguir existiendo ¦|
¦¦ Pero nada es para siempre ¦¦
(chishiya x m...
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Souichi llevaba aproximadamente dos semanas en borderland y no era muy diferente a su vida normal, solo que ahora tenía que arreglarselas para tener acceso a sus necesidades básicas como bañarse o comer.
Después de ser apuñalado se las arregló para recolectar agua de lluvia y poder bañarse o lavarse las manos con ella, también tuvo que jugar para juntar más días en su visa, según el dejaría que su herida sanará antes de participar de nuevo, pero una apuñalada no se cura en pocos días.
De hecho comenzaba a preocuparse ya que gracias a los esfuerzos en los juegos los puntos se habían abierto y eso pasó unas dos veces a lo largo de los días, el se esforzaba por mantener la herida desinfectada y volverla a coser, pero ahora sentía mucho dolor y sospechaba que esta comenzaba a infectarse y eso era un problema.
Había jugados tres juegos más, dos de treboles y uno de diamantes, con eso su visa sumaba 15 días, tal vez si tenía tiempo para sanar, pero debía admitir que jugar era adictivo.
En esos días pudo descubrir más cosas del mundo en el que ahora habitaba, como que el tiempo pasa de manera más rápida y no es lineal, o que los treboles eran trabajo en equipo, también sospechaba que había una clase de refugio, había encontrado más tipos con brazaletes de gimnasio que los distinguían.
Tenía el presentimiento de que eran una organización tipo las luciérnagas o fedra de the last of us, o algún grupo maniático que al igual que el juntaban las cartas, si era así no tenía ningún interés en unirse, estaba bien por su cuenta (ignorando su herida infectada).
No estaba en un apocalipsis zombie y aún si así fuera sigue siendo mejor idea viajar solo, si se encontraba con algún clicker no se preocuparía por algún tonto que hiciera ruido y los condenará.
Tal vez los juegos de treboles eran un poco riesgosos al estar solo, pero siempre podría usar sus dotes de manipulación para que lo ayuden, lo tenía todo calculado, su herida eran simples detalles sin importancia.
Con tanto tiempo libre incluso se tomaba el tiempo de estudiar astrofísica y su cerebro generaba teorías que terminan en tardes enteras de ecuaciones y cálculos, incluso aún sabiendo que era imposible plantear la teoría de cuerdas matemáticamente, el trataba de hacerlo.
No era tan malo, jugaba, conseguía provisiones y agua, cuidaba su herida y ampliaba su conocimiento, la falta de compañía no era un problema.
Desde que tenía memoria nunca pudo socializar bien con las demás personas, incluso llegaba a odiarlas por ser tan felices, por ser tan vulnerables, todos vivían en la ignorancia. Y el por otro lado, tenía una mente brillante, podía entender y memorizar conceptos en minutos y recordarlos casi al pie de la letra, nunca se le dificultó ninguna materia y sus actividades extracurriculares como las artes marciales también las desempeñaba de manera satisfactoria.
Con tanta capacidad siempre se dedicó a explotarla, siendo de los primeros en la clase, o practicando actividades que requerían un gran esfuerzo, aveces se cansaba pero al final todo valía la pena por ser mejor, por ser superior a todos los que lo rodeaban.
