Capítulo 4

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Ambos decidimos quedarnos ya que yo estaba demasiado borracho como para manejar mi motocicleta.
Decía y hacia estupideces que hacían que Viky se riera a carcajadas. Su risa era demasiado contajiosa, me causaba reír tan fuerte como lo hacía ella, y sin embargo lo hacía.
Ella se llevaba bien con todos.

Al paso de las 3 de la noche, todos estábamos bien locos, a excepción de Coulson y Fury, y obviamente Banner, si no, ¿quién nos llevaría a casa?
Viky no estaba tan ebria como los chicos y yo, pero sí estaba un poco borracha y mareada, me daba ternura verla caminando tan torpemente, al igual que yo, pero en ella se veía tierno.
Cuando subimos al auto, ella iba fuertemente abrazada de mi y se reía de la nada, de hecho, todos nos reíamos por la nada. Pláticabamos de algo, y si alguien estaba en silencio, comenzaba a reír muy fuerte y a todos nos daba risa. Era algo estúpidamente divertido.

Cuando ya estábamos dentro en mi departamento, nos tropezabamos con todo buscando los interruptores de la luz y poder ver mejor para no tropezar tanto y no romper nada. Viky no dejaba de reír fuertemente.
Ambos entramos a mi habitación, ella se dejó caer en mi cama y me hizo una seña para que me acostara a su lado.

-Primero voy a apagar las luces y tomo un poco de agua -le sonreí, me miraba con demasiada inocencia.
-De acuerdo, señor Capitán América -dijo sonriente, se veía demasiado cómoda en la cama y me entraron una terribles ganas de dormir, y a la vez de abrazarla, besarla y hacerle de todo. Pero no, la acabo de conocer, solo dormiré con ella, y ya.
-Solo dime Steve -reí un poco y me retiré a apagar las luces y tomar agua. Después tuve que hacer mis necesidades y decidí regresar a la habitación sólo con mis boxers puestos y mi camisa, la chamarra la dejé en un perchero que está en la entrada, mis pantalones y calcetines en la ropa sucia y después me fui a mi habitación.
Pero cuando entré, Viky no estaba acostada en la cama, no estaba en ninguna parte de mi habitación. ¿Cómo podía ser posible que no estuviera? ¿A dónde había huido? ¿Y si en realidad solo era un sueño?
Me comencé a preocupar demasiado. Quería comenzar a llorar desesperadamente pero, supe controlar mis emociones y comencé a buscar rastro alguno de ella, miré al piso y ahí estaba su falda y su blusa, luego miré en una silla su chamarra . Sentí un gran alivio de ver su ropa en el piso, incluso la toqué para asegurarme de que fuera real.
Pero, ahora comencé a pensar y analizar la situación.
Viky está en mi departamento: Sí
Su ropa está en mi piso: Sí
Entonces ¿ella está semidesnuda en mi departamento? ¿Ahora mismo?
Ahora ya no estaba preocupado, estaba nervioso. Tal vez ella halla querido hacer algo conmigo y estaba buscándome para hacerlo donde sea que a ella se le ocurriera.
Fue cuando escuché que se acercaba una mujer caminando a mis espaldas. Sentí una mano tibia en mi hombro; una mano pequeña y delgada. Me sentí aliviado de que fuera ella.
Volteé a verla, se cubría el cuerpo con una toalla mía. Ella era muy pequeña, pues esa toalla le cubría todo el cuerpo, y para mi, esa era la toalla mas pequeña que tenía. O tal vez yo era demasiado grande y por eso la veía pequeña (a la toalla).

-Viky...
-Sorpresa -me interrumpió sonriendo ampliamente.
-¿Qué haces con esa toalla puesta? -comencé a ponerme nervioso.
-¿No te gusta? -arqueó una ceja- ¿Quieres que me la quite? -ahora su sonrisa era perversa.
-No es que no me guste, es solo que me pones nervioso -tartamudeé. Ella me ponía demasiado nervioso.
-Pues qué gran pena, porque tengo calor y la toalla no ayuda.

Dejó caer la toalla al piso, no traía nada puesto. Nada de nada. Eso me puso aún mas nervioso y tenso. Yo no quería tocarla ahora.
Giré mi cabeza, no quería hacerlo pero a la vez sí quería. Así que, cuando ella lo notó, me tomó de las mejillas y me hizo que mi cabeza regresara al frente. Estuve a punto de desviar la mirada, pero ella chocó mi frente en la suya de manera delicada, haciendo que nos miraramos a los ojos. Su linda mirada era tierna y felina a la vez. Sonrió de una manera traviesa y después pegó sus labios a los mios para besarme tal y como lo hizo en el bar. Me encantó tanto que lo hiciera de nuevo.
Pero esta vez, intensificó mas el beso. Introdujo su lengua en mi boca para buscar la mía. Y fue cuando la cosa se puso más intensa aún. Guió una mano suya a mi cabello y comenzó a acariciarlo suavemente. Juntó mas nuestros cuerpos, de forma que nuestros pechos se tocaran. El roce de sus encantos me hizo sentir una sensación agradable.

Ella fue quien me guió a la cama y nos lanzó a ésta sin dejar de besarnos. Me estaba dominando. Y me gustó tanto que me dominara como sólo ella lo hizo.

************

Desperté con un fuerte dolor de cabeza. No aguantaba el dolor. Al parecer tomé demasiada cerveza anoche, ya que no me acuerdo de nada de lo que sucedió.
Me senté en la cama sin descubrirme de las cobijas, noté una tercera pierna en mi y me asusté un poco.
Volteé a un lado de la cama y ahí estaba una pequeña mujer de cabello rosa. La chica del bar... ¿cómo se llamaba? ¿Viky?
Sólo recuerdo que ella y yo nos besamos y abrazamos hasta quedarnos dormidos. A no ser que esos besos y abrazos eran más que eso... ¡No puede ser! ¿En serio? ¿Lo hice con ella?
No puedo creer que en serio perdí mi virginidad con ella. Apenas sé quién es.
No, no, no y no. Ahora estoy furioso con ella.
Y como por arte de magia, ella despertó. Tenia tantas cosas qué decirle.

-Hola, Steve -ella sonrió picarona. Me gustó tanto, pero a la vez me molestó.
-Viky... no me digas que tú y yo... -me interrumpí a mi mismo, haciendo referencia a que ella y yo tuvimos relaciones. Ella rió suavemente ésta vez a diferencia de anoche, su risa me causó ternura, mas no gracia como para reírme con ella como anoche.
-Claro que sí, -dijo de golpe- y te gustó tanto -continuó- que me pedías a gritos por más, y más, y más -se rió un poquito fuerte, ésta risita sí me causó gracia, y reí levemente como ella lo hizo por primera vez desde que despertó.
-No puede ser... Viky, perdón pero...
-Tranquilo, Steve, -me interrumpió- cada mes me hago un chequeo médico, no tengo ningún tipo de enfermedad que haga que te mueras por tener sexo -tal vez fue brusca, pero me sentí mas tranquilo.- y... Tony me dijo que te dijera...
-¿Qué cosa? -me intrigue demasiado, ya que Tony nunca mandaba a alguien a decirme algo. Siempre me decía todo directamente.
-Bien... puedo notar que ustedes dos casi no se llevan como amigos, pero lo son, y él estaba muy borracho y en ese momento te apreció como amigo de verdad, y me dijo que no quiere que yo te hiera... así que, te diré quien soy...

Comenzó a hablarme de ella. Su historia. Me habló de su familia, su niñez, parte de su adolescencia, no puedo creer que tenga 17 años aún. Hasta que llegó a cierto punto que tocó el tema del divorcio de sus padres, y en seguida la muerte de su madre. Fue ahí cuando ella y si hermana decidieron trabajar en lo mismo, ya que su padre se fue a vivir a Europa. Me impacté obviamente cuando supe a qué se dedicaban ella y su hermana, Verónica.
Apenas dijo esa palabra y yo de inmediato le dije:

-¡¿Que eres qué?! -ella se estremeció un poco, y podría jurar, que pensó que no la comprendería, o la seguiría viendo igual.
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Boys don't cry (Steve Rogers/Capitán América)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora