Boys don't cry (Steve Rogers/Capitán América)

Capitulo 5

A decir verdad, su historia era similar a la mía. Ambos nos quedamos solos desde muy jóvenes, comenzamos a trabajar después de la muerte de nuestra madre, claro que yo no iba a ser prostituto, pero simplemente ella no tenia por qué obedecer a su hermana si no quería.

-Entonces, ¿no puedes huir de tu hermana y dedicarte a lo que quieres, solo porque ella es mas fuerte?
-Es la ley de los hermanos menores... -se escuchó triste- siempre somos los más débiles -bajó la mirada. De verdad se sentía débil.
-No puedes simplemente huir cuando ella esté... bueno... tú sabes -me sentí incomodo hablando de eso con ella. Y no solo con ella, no me era tan cómodo hablarlo con chicas, temía que fueran a asquearse o algo por el estilo.
-Desafortunadamente, nos toman a las dos al mismo tiempo... rara es la vez en la que vamos con alguien por separado.
-Y supongo que ayer era una de esas veces.
-No -negó con la cabeza y levantó su mirada hacia mi- era nuestro día libre y ella quiso ir a estafar a los borrachos en los bares del centro.
-¿Qué? ¿No le basta con ir todos los días con hombres extraños?
-Mi hermana es una completa perra, Steve, -tomó una bocanada de aire- incluso me avergüenzo de decir que es mi hermana.
-Tranquila -la estreche en mis brazos, ella me apretó fuertemente. De verdad estaba muy mal. Y voy a ayudarla.- Mira -le dije- te voy a llevar conmigo, a las instalaciones de SHIELD y...
-¿Qué? -me interrumpio- Pero sólo ahí se encuentran personas geniales como tú, todos los vengadores. Incluso Coulson es genial y yo... yo soy solo una prostituta abandonada... -me miraba con tristeza. Parecía que estaba a punto de llorar, pero fue muy fuerte, y evitó que las lágrimas salieran de sus ojitos.
-Mira, Victoria, -tomé sus pequeñas y delgadas manos- apenas te conozco, y tal vez anoche me tomaste desprevenido por estar borracho -eso la hizo sonreír un poco- pero sé que eres una persona genial, una persona que puede ser valiente si se lo propone. No me importa que seas una prostituta, yo voy a ayudarte a salir adelante, aunque tu hermana no quiera, eres menor de edad y no tienes por qué pasar por esto, ¿de acuerdo?

Ella no sabía qué decirme. Parecía estar pensándolo muy seriamente, se notaba que temía de su hermana, y le temía mucho. No tiene por que ser así, yo la voy a ayudar a salir adelante, cueste lo que cueste.

-Está bien -dijo finalmente- dejaré que me lleves a... esa cosa que dijiste -me reí un poco, ella estaba temblando de nervios.
-SHIELD, -dije- y no estés nerviosa, todo va a estar bien -ella asintió y en seguida me abrazó con todas sus fuerzas. Yo le respondí el abrazo pero, ella es tan delgada que temí de romperla si la abrazaba mas fuerte.- Ahora ponte tu ropa, -concluyó nuestro abrazo- y llevame a donde vives, no tienes por qué quedarte ahí.
-Pues que sea pronto -se quitó las cobijas de encima lo más rapido que pudo- cuando mi hermana va a estafar, llega a casa a mediodia.

Ella se levantó rápidamente de la cama y tomó su ropa. Yo miré al reloj que tenia al lado de la cama en una mesita de noche, eran las 10:26. En seguida me levanté y también fui a por mi ropa.
Nos vestimos lo mas pronto que pudimos y tomamos una comida rápida de mi alacena: barritas de cereal.
Salimos del edificio y nos subimos a mi motocicleta. Le pedí a Viky que me indicara por dónde ir y llegar a donde sea que viva. Conduje lo mas rápido que pude y era permitido para no ganar una infracción de transito.
Viky se abrazó fuertemente de mi abdomen para no caer, incluso parecía que estaba muy cómoda, ya que sentí su cabeza recargada en mi espalda.
Cuando finalmente llegamos al lugar, me quedé sorprendido. No parecía que fueran tan pobres; esa casa esta muy bonita y grande.

-No te impresiones, Steve -me dijo mientras estaba bajando de la moto- la casa era de mis abuelos, -continuó- de parte de mi mamá. Ellos se la heredaron a madre, y madre a nosotras cuando murió.
-Entonces por dentro...
-Sigue siendo linda por dentro -me interrumpió- pero está bastante descuidada, sin aseo, -suspiró. Dijo todo mirando a la casa, al cielo y al suelo- en breve, es un desastre.
-¿Y su padre no hace nada para ayudarlas desde Europa? -miré a la chica.
-Nos manda dinero para las dos al mes pero, no es lo suficiente como para mantenernos vivas -su voz sonaba impotente ahora, me miró, estaba llorando ahora.- Él nos odia.
-¿Por qué las odia? -me acerqué a ella para consolarla, pero se apartó un paso hacia atrás.
-Esa es una historia que luego te voy a contar -miró ahora a la casa- vamos por mis cosas antes de que Verónica llegue.

Asentí y me dirigí con ella al interior de su casa, y tenia razón, estaba muy descuidada.
Ropa en el piso, zapatos en las escaleras, medias de maya en las puertas colgando de las perillas, basura en todas partes. Ya me imagino la reacción de las chicas si ordenaran todo y vieran la cantidad de cosas que creían perdidas.
Ella iba tomando cada cosa que se encontraba y la iba guardando en una mochila que tomó del sillón en la sala de estar. Cabían muchas cosas en ésta, y la mochila se veía algo pequeña.
Subió por las escaleras, al parecer se dirigía a su habitación. Me fui detrás de ella y entré al lugar, era algo grande, estaba pintada de color rosa pastel, la cama estaba destendida y había montones de ropa en el suelo. Ella solo tomaba lo que creía importante, lo demás lo dejaba en el piso, hasta cierto punto que la mochila cerraba difícilmente y tuvo que tomar otra, la cual también se llenó, no solo con ropa, también con maquillajes, accesorios, en pocas palabras: cosas de chicas.
Miré en la pared una foto de una pequeña niña castaña, junto a su madre. Supe que era ella al ver que en la blusa de la pequeña dice ''Viky'' en letras de colores rodeadas de mariposas, flores y abejas. El retrato era pequeño pero, a mi parecer, era importante así que lo tomé y lo guardé en un bolsillo de mi chamarra. Y sobre la mesita de noche, había una foto suya, mas actual y tomada con una polaroid, sólo que en ésta tenía el cabello de un fuerte color carmesí, el cabello estaba completamente lacio y le llegaba a los senos. Usaba una camisa negra de los Sex Pistols, unos shorts de mezclilla bastante cortos y debajo de éstos unas medias de maya como las que se encontraban en una de las puertas en el piso de abajo. Hacia la famosa seña obscena del dedo medio con una mano y con la otra sostenía una botella de cerveza. Se veía adorable y ofensiva a la vez. En el borde blanco de la polaroid estaba escrita la fecha. Fue tomada hace dos semanas, en una fiesta aparentemente, muy salvaje. La guardé en mi chamarra igualmente y me volví a mirarla, ya tenia todo listo.

-Vamonos pronto, Steve -ella estaba muy nerviosa, estaba temblando, sus piernas delgadas parecían dos espaguetis, y sus ojos parecían volver a romper en llanto.
-Tranquila, Viky, vas a estar bien, cuando volvamos a mi departamento...

No pude seguir, el ruido de la puerta principal me interrumpió. Verónica había llegado a la casa temprano.
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