Quackity estaba siendo molestado por los tres chicos,hasta que sé escuchó a alguien decirles:
–¡DEJENLO!–Apareció un chico delgado,castaño,ojos rubíes y algo muy peculiar,un mechón blanco.
Se fueron de inmediato,me sentí muy aliviado y agradecido con ése chico extraño.
–Muchas gracias, en serio–Dije muy feliz.
–No hay de que,¿Cómo te llamas?– Preguntó el chico random.
–Me llamo Quackity,¿Y tú?– Contesté.
–Wilbur, Wilbur Soot. Un gusto.–Dijo mientras me daba la mano, ahí sentí un papelito.–Llamame.–Me guiñó el ojo y se fue.
WOW,tal vez sólo quería ser mi amigo,tal vez sólo quería ser amable.. No lo sé.
Todo pasó tan rápido que ya iba a pasar lo peor.
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Esa pesadilla siempre tenía aterrorizado a Quackity, siempre sé despertaba en ese momento exacto.
Y está vez no fue la excepción, revisó todos los lugares,¿Porque le pasaba ésto a él?,¿Porque ésas personas sé llamaban igual que ellos?,no tenía respuesta.
Tal vez sólo lo quería espantar su sueño. Así eran todos sus sueños,haciendo que sé sienta inseguro.
–Wil,no puedo dormir... ¿Puedo dormir contigo?–Quackity y Wilbur tenían un cuarto diferente,desde que murió su hijo Quackity a querido estar sólo.
–Claro, ven, ven.–Dijo haciéndole un espacio para que se acueste.
–¿Qué hubiera pasado sí Wilby seguiría aquí?– Preguntó Quackity volteando a ver a la nada.
–No lo sé, tal vez y seamos felices y hubiéramos envejecido y ver nuestros nieto y morir juntos.– Dijo abrazando de la cintura a Quackity y acomodándose.
–Aún somos jóvenes,¿Podemos rehacer nuestra vida,no?– Dijo con curiosidad Quackity.
–Así es,pero sólo es sí queremos.–Dijo el castaño.
–Yo... Yo quiero rehacer nuestra vida,quiero tener una familia contigo.. Otra vez.–Dijo el pelinegro.
–Yo también quiero hacer eso,pero por el momento quiero descansar.–Dijo dándole un beso en los labios a Quackity y dormirse.
Quackity no lograba dormir, trató de acomodarse pero no podía.. En la mañana, Quackity se levantó primero y se puso a hacer el desayuno,Wilbur se paró un poco más tarde.
–Buenos días Darling,¿que cocinas?,huele muy bien.–Lo abrazo por atrás y le dió un beso en el cuello.
–Estoy cocinando comida un palillo mexicano, ¡tacos!–Dijo feliz.
–Han de saber ricos.– Dijo Wilbur ayudándole a cortar cebolla y cilantro.
–¡NO SABÉS LO RICOS QUE SABEN!–Dijo entusiasmado el pelinegro.
–Ya sé me hizo agua la boca.–Dijo con una sonrisa.
–¡No bromeó!,¡Son deliciosos!–Dijo con una sonrisa de felicidad.
–Sí cariño,lo que digas.–Se acercó y beso al menor y lo subió a la mesa mientras lo besaba.
Y tocaron la puerta, rápidamente el menor sé arregló la ropa y fue a abrir,era George y Slime.
–¡Hola, Quackity!–Dijo Slime.
–¡Hola Bro!–Dijo George .
–¡Hola!,¡Pasen,no sé queden afuera!– Dijo para hacerce a un lado y dejarlos pasar.
–Oh,no sabía que vendrían ellos,amor..–Dijo Wilbur.
–Huh, sé me olvidó decirte... ¿No te incómoda que ellos estén aquí,verdad?–Dijo Quackity.
–No,¿Porque me incomodaría?–Pregunto el mayor abrazando a Quackity por atrás.
–Bueno,tomen asiento. Yo y Wilbur serviremos la comida.–Dijo para llevarse a Wilbur. –Bien,ayúdame a servir los tacos y llevarlos.–Dijo y sintió unas manos que lo manoseaban.
–Está bien cariño~.– Lo soltó y agarró los tacos ya servidos,dejando a Quackity sólo y muy nervioso.
–Shit..–Dijo el de gorro.
Quackity llegó y tomó asiento,esperando a que alguien rompa el silencio. Aunque no sea uno incómodo.
–Esta buena la comida.. Gracias por invitarnos Quackity.–Dijo Slime rompiendo el silencio.
–Sí, cuándo gusten pueden venir y/o quedarse.–Dijo con una sonrisa.
–Mmm,hablando de quedarse,hoy podríamos quedarnos.–Dijo George y miró a Wilbur. Quién mostraba una cara de desesperación.
–Emmm, sí, sí podemos.–Dijo Slime. Él sabía las intenciones de Wilbur hacía Quackity...
Ya terminando de comer, Quackity levantó los trastes y les mostró la habitación de invitados.
–Wilbur,me voy a meter a bañar.–Dijo en lo que llenaba un jacuzzi.
–Nos vamos.–Corrigió.
–¿Q-que?– Se sonrojo pero vio a Wilbur meterse al baño.–Mierda..– Dijo Quackity, sabía lo que se venía..
–¿Miedo,cariño?–Preguntó el castaño con una risa burlona.
–Y-yo no tengo miedo.–Respondió el menor.
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