「¡𝐄𝐧𝐭𝐫𝐞 𝐚 𝐦𝐢 𝐯𝐢𝐝𝐞𝐨𝐣𝐮𝐞𝐠𝐨! - 𝐋𝐢𝐱𝐣𝐢𝐧」(CANCELADA)

Perder

Su mente se desconecto totalmente de la situación, sintió un fuerte miedo al unir sus ojos con los del rubio.
—¿no es cierto verdad? — inquirió con la voz temblorosa temiendo lo peor.
—¿acaso me crees una mentirosa?, felix sabes bien lo que estoy implica —
Colocando los papeles sobre la mesa el rubio se levanto con total seriedad.
—Jihyo ve a mi despacho y esperame allí —
Haciendo caso la joven dedico una sonrisa ganadora al pelinegro para luego irse a un paso tranquilo.
—Cariño dejame solucionar esto si?—
Tomo sus manos con suavidad acercando estas hasta sus labios, depositando un suave beso en estas.
—¿Tiene arreglo? —totalmente serio hyunjin miro a felix notando como este votaba su cabello para atras con su mano.
Sin responder a su pregunta el rubio deposito un dulce beso en su mejilla para luego mirarlo fijamente cambiando el color de sus dorados ojos por unos morados brillantes que pronto lo hicieron sentir perder fuerza en sus piernas y cerrar completamente sus ojos, perdiendo la consciencia.

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—Sabes las leyes felix, no puedes simplemente dejarme sola —quebrandose frente al rubio la bonita castaña dejo salir gruesas lagrimas de sus ojos color esmeralda.
—No te amo jihyo, como pretendes que mantengamos una relación —
Diciendo esto ultimo la joven lloro aun mas colocando una de sus manos en su ombligo, acariciando este en un intento de calmarse.
—Felix, tu antes decías que me amabas, juntos nos prometimos de pequeños casarnos y tener pequeños niños que lleven tu apellido. — la mujer levanto su mirada llevando su dorso a sus ojos limpiando estos de las lágrimas que caían sin control.
—Eramos niños jihyo —se acerco hasta la pelinegra agachándose a su altura acercando un pañuelo a sus mejillas, limpiando estas con cuidado.
—Yo si te amo felix, este sentimiento no desapareció, solo aumento mientras crecimos, tu eres lo que mas he amado en mi vida. —
—yo.. Ya encontré mi otra mitad jihyo, amo a hyunjin —
deteniendo su acción, miro a la joven a los ojos demostrando toda la sinceridad en sus palabras.
—Pero tu eres mi otra mitad lix —aseguro con desespero tomando la mano de felix.
—Jihyo no te engañes a ti misma, crecimos con las palabras de nuestros padres influenciando nuestros sentimientos, siempre recordándonos que eramos el uno para el otro, que ambos algún día reinariamos con sabiduria, teniendo una hermosa familia, pero jihyo tu y yo no somos el uno para el otro. —
—Eso no es verdad lix, yo te amo y no es por las palabras de mi padre — Insistió la joven.
—Siempre eres alguien obediente y constantemente pidiendo alguna aprobación de tus padres jihyo, estoy seguro que este embarazo ya estaba planificado por ellos no es así? —
Ante la nula respuesta de la muchacha felix soltó un suspiro cansado.
Levantándose miro a la pelinegra que permanecía con la cabeza gacha.
—Vuelvo a afirmar mi rotunda negación a casarnos —
—Felix, conoces las leyes, es imposible que no te cases conmigo, espero un pequeño niño de ambos —
—Sabes que soy el rey, puedo cambiar esas leyes —
—¡Eso es imposible! Esa ley la establecieron tus antepasados, como te atreverías en deshacer sus escritos.— molesta por ver sus planes caer a un precipicio oscuro y sin salida saco su mejor opción.
—De igual manera no puedes proceder sin la aceptacion de todo el consejo—
—No importa lo que tenga que hacer y si es posible disolvere el consejo— fruncio ligeramente su ceño y torno sus ojos a un color rojizo.
—¿sabes que de igual manera hay un contrato de por medio cierto? —
Levantándose de su asiento la joven encaro al rubio.
—Estoy al tanto jihyo, como también se que ya cumpliré de acá a dos días la mayoría de edad, ese contrato no tendrá validez— sentencio.
—Felix, es que acaso además de no casarte conmigo planeas no reconocer a nuestro hijo?— a punto de romper en llanto nuevamente con molestia se acerco hasta felix.
—Por su puesto que no, se que es mi hijo jihyo, por eso quiero que tu y mi hijo vivan conmigo —
—¿quieres que sea solo la que cargara con tu bebe?— pregunto molesta.
—claro que no felix, no te permitiré que manejes esto a tu antojo, sabes bien que si el consejo se alza pueden distituirte de ser el rey, piensa mejor en tus palabras.
—amenazo la castaña.
—jihyo te daré la oportunidad de tomar la decisión nuevamente, ¿vivirás conmigo y nuestro hijo aca, si o no? — conteniendo su molestia y procurando mantener la paciencia fijo su mirada en la castaña notando como esta volvía a tomar una posición nerviosa.
Pensó seriamente en la gran desventaja que se encontraba pero trato de encontrar un lado positivo, este tiempo le ayudaría a conquistar nuevamente a felix.
—Esta bien— dijo con seguridad.
Con un leve asentimiento felix se encamino hasta la puerta del despacho saliendo por esta y mandando a sus guardias a organizar una reunión con los padres de jihyo y ordenando que trasladen las cosas de la castaña ahora para la mansion Lee, desde ahora viviría allí.

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—Solo dime la verdad felix— sentencio con molestia notando como el rubio frotaba con frustración su rostro.
—Ella... ella vivirá ahora aca —
Con la mirada fija en un punto de la habitación el pelinegro soltó una risa seca —por supuesto, ahora tendré que convivir con ella acá, no me basto con enterarme que llegaste a embarazarla y peor aun saber que según lo que decían en esos papeles ella lleva ya 3 días de embarazo, el día de tu coronación felix, ese dia discutimos, ¿acaso no fueron por tus celos sin sentido?, ¿y luego que? te fuiste a acostar con ella sin pensar en que yo llore toda la noche por saber que la preferías a ella antes que a mi. —
limpio con brusquedad su mejilla por las lagrimas que bajaban sin control de estas.
—Hyunjin, cariño, se que no tengo justificación alguna de mis actos, se que ahora te encuentras demasiado lastimado, pero quiero reparar los daños que yo mismo hize, dejame poder mostrarte que eres mi todo, y que fui un completo idiota al tratar de cambiar estos sentimientos, intente pensar que lo único por lo que me volvía loco por ti era tu sangre, pero estaba equivocado, tu sonrisa, tu calidez, tu singular risa, tus hermosos ojos que parecen que esconden una hermosa constelación dentro, todo hyunjin, todo de ti me vuelve loco, no puedo pensar coherentemente contigo cerca. Pero me niego a permitir seguir lastimando lo que mas amo, no puedo permitir seguir haciéndote daño, te amo hyunjin y si quieres dejarme, yo... yo lo entenderé. —
Soltando gruesas lágrimas de sus ojos felix se acerco hasta hyunjin tomando con delicadeza sus manos uniendo estas sutilmente.
—Sera mejor tomar un tiempo felix —sentencio alejando despacio sus manos.
Tratando de deshacer el nudo en su garganta hablo con dificultad —esta bien cariño, si así lo quieres—
Tomando su celular de su saco llamo a su pequeña.
—Sully pequeña ¿puedes venir?— pregunto, escuchando la respuesta al otro lado, luego de un momento corto la llamada, fijando su mirada en hyunjin quien permanecía con la cabeza gacha y bajando incontrolablemente varias lágrimas de sus mejillas.
—s-sera mejor que vaya bajando —solto con dificultad mientras intentaba controlar el llanto que intentaba salir desde lo mas profundo de su pecho.

Sin decir mas se encamino hasta la sala de aquella gran mansión, escuchando como detrás suyo le seguia felix a paso lento.
—hyunjin dejame poder visitarte por favor —murmuro con la voz rota el rubio.
—Yo... — antes de poder responder vieron como entraba la pequeña castaña con un rostro preocupante.
—Lixie, jinnie, porque ambos están así? —Acercándose hasta ambos los miro en busca de respuestas.
—pequeña, por favor permite que hyunjin se quede contigo en tu casa— Dijo esquivando la pregunta de la castaña.
—Claro que si, per — antes de finalizar se quedo en silencio al ver a hyunjin caminar hasta afuera de la mansión, entrando en silencio en el carro de la menor.
—por favor sully, cuida de el, yo iré a verlos seguido, cualquier cosa que necesiten no dudes en acudir a mi. —acariciando lentamente el cabello de la castaña se alejo de ella dandole la espalda, se encamino rápidamente hasta su habitación encerrandose en esta pues sabía bien que si seguia mas tiempo allí, terminaría de romperse y pediría a su otra mitad que se quede con el y no se vaya.