trece. (especial 4/4)

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nicolás.

— ¿ustedes creen que está bien este trajecito de Superman?

eran las seis de la mañana cuando, después de veinticinco llamadas perdidas, logramos que lionel y pablo dejen de mandarse mano como ciego buscando el timbre y nos busquen.

no sé cómo, rodrigo terminó con un gato obeso y blanco arropado en su buzo y nos mostraba ideas de ropa para ponerle mientras tomábamos un café en mi living.

— yo digo que si conseguís una sábana de dos plazas azul y le dibujas el logo de Superman, le va a entrar.— tira ale. lionel soltó una risita que fue callada por un codazo de su marido en las costillas.

— ale, no hay que opinar así de los cuerpos. es de mala persona lo que dijiste.— regaña pablo con suavidad. ante eso, rodri le saca la lengua al más bajo.

— yo no estoy opinando, estoy haciendo una observación. no soy mala persona, soy un observador astuto.— se defiende.

— sigo sin entender cómo lo conseguiste...— tomo un sorbo de mi taza.

— se lo robé a un cheto muy pelotudo.

suspiro.

me lo esperaba.

— mientras tu crimen no me haga caer a mi en cana o no me siga arañando el tapizado del sillón, todo bien.— aclaro y todos nos dedicamos a ver al animal. este por la atención repentina se asusta y se esconde entre las piernas de rodrigo. — ¿cómo se llama el coso?

— ñoño.

— ¡alejandro!— lo reta rodri escandalizado mientras le tapa las orejas al felino.— no digas eso enfrente suyo, vas a romper su autoestima.— explica y luego se dirige a mi para responder mi pregunta:— se llama tini.

—pero es mach-

— se llama tini.

— ¿y como la pasaron?— pregunta pablo, sonriente, tratando de cambiar de tema y evitar una pelea.

ja, la pregunta del millón.

bueno mirá pablito, mientras vos la pasabas de diez, yo fui acosado de todas las formas posibles, me arruinaron las zapatillas y encima tuve que escapar de un chabón enorme por un quilombo que ni era mío. tuve que esconderme en un lugar asqueroso con un flaco carnicero y ver su pésimo intento de tirarme onda.

encima, lo peor de todo, es que funcionó.

— fue una noche tranquila.— sentencia ale y nos mira como diciendo 'no cuenten que casi nos revientan a palos' muy disimuladamente.— ¿y ustedes?

vemos a pablo sonrojarse por la sonrisa cómplice que su marido le dedica.

— digamos que necesitábamos una noche así.

tomo otro sorbo.

son unos conejos.

°~°~°~°~°

cuando se van a eso de las 8:30, me dedico a limpiar las tazas y dejar toda la cocina en condiciones. me voy secando las manos con el trapo de cocina en lo que llego al living y me tiro al sillón.

no tengo una pizca de sueño.

hago zapping en el televisor, reviso twitter, me lleno de mala onda y salgo para revisar instagram. justo cuando veo la historia de un familiar, me llega a la mente algo que estuve evitando hace días.

el casamiento de leo.

me queda menos de tres meses, calculo mientras miro la tarjeta en mis manos, misma que como me llegó la dejé en el mueble más lejano de mi vista para evitar el estrés.

el carnicero - licha martinez x nico tagliaficoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora