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después de aquel lunes, seonghwa había decidido tomar una completa distancia de mí, me parecía graciosa la forma en que evitaba mirarme cuando pasaba por su asiento, enfocando toda su mirada en el pizarrón o en su libreta, sin titubear un sólo segundo y mirarme.

no pretendía acosarlo, tenía claro que el lunes había roto todo código de la moral conmigo, al momento de deshonrar la confianza del maestro min, no quería agobiarlo con mi presencia, mucho menos incomodarlo, pero aún quería saber más de él, en sí, más de nosotros.

tuve dos largos días para pensar qué seguiría después de la "mano" que le di a seonghwa, quería hacerme creer que solo había sido el deseo de probarlo y acabaría ahí, pero era una directa infidelidad a mis verdaderos pensamientos, deseaba a seonghwa de una manera muy distinta a cómo lo había hecho antes con alguien. recordar su voz suplicante por mí y cada jadeo de deseo por sólo tocarlo me gustaba más de lo que podía admitir, seonghwa me hizo descubrir un nuevo deseo; él.

durante el día busqué una manera de acercarme a él, una discreta, una que me ayudara a saber si seguiríamos teniendo las tardes de lunes y jueves para nosotros, pero tan pronto me veía cerca suyo, su mirada huía, y junto con ella, él. fue así hasta que el día estuvo a mi favor, y en clase de tecnología, mi computador falló, siendo la única computadora vacía la última de la fila, justo a lado de seonghwa, quien no pudo correr al ver cómo tomaba asiento en el lugar junto a él. afortunadamente para mí, la fila estaba vacía, no éramos más que él y yo al final de salón.

tan pronto como encendí el computador pude ver cómo su pierna comenzaba a saltar de manera inquieta, no pude evitar que una enorme sonrisa saliera de mis labios al notar aquello, y con delicadeza, moví mi silla para acomodarme sólo unos centímetros más cerca suyo

—tranquilo park,— mi mano reposó en su rodilla, evitando que siguiera moviéndose, y tan pronto como sintió mi tacto su mirada cayó sobre mi mano, para después mirarme a mí con un rostro serio —no te voy a comer— una sonrisa salió de mis labios y me separé para continuar con la actividad de clase.

tampoco era mi intención dejar de prestar atención y atrasarme, tener a park a mí lado me era una ventaja, pero también una distracción, así que, como todos en la clase, seguí trabajando en el algoritmo que el maestro había pedido. para mí suerte, esta era una materia que comprendía a la perfección y programar no me era tedioso, pero parecía que para el pelinegro a mi lado no era de la misma manera, pues no dejaba de soltar quejidos cada vez que su programación no salía.

le escuché llamar al profesor y expresarle su duda, este como cualquier otro maestro sólo le tendió la opción de 'identificar su error' cosa que sólo dejó más frustrado al pequeño, quien se rindió después de una última vez.

quise ignorarlo, pero no pude al ver la desesperación en su rostro; era una actividad en la que fallaría, y no podía pasarle al futuro del año. así que, con cuidado moví mi silla, esta vez quedando casi frente al ordenador, justo a su lado —¿con qué no puedes?— le miré, esperando una respuesta, en cambio, sin mencionar una sola palabra, su dedo apuntó a la pantalla, donde se marcaba en rojo la acción de correr el programa debido a un error.

supuse entonces que ni él sabía dónde estaba ese error, entonces tomé el mouse y por mi propia cuenta comencé a buscarlo, aún enfocada en su pantalla, pude notar cómo buscaba alejar su cuerpo del mío, no me distraje de ayudarlo con la actividad, y una vez encontré su error se lo señalé  —no asignaste los valores— le miré y esté miraba en la pantalla, tomó rápidamente el mouse y corrigió su problema, y así finalmente pudo correr el programa —de nada, park— me separé y regresé mi silla hasta mi lugar, que no era ni a un metro del suyo.

❝dirty game❞ psh +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora