1.3K 57 23
                                    

debía confesar que tener el control me agradaba, más de lo que podía comprender. ¿cómo podría explicar la sensación que recorría por mi cuerpo al verlo agachar el rostro cuando nuestras miradas chocaban?, la sonrisa que inevitablemente pintaba mis labios cada que lo veía separarse más de un metro cuando pasaba a su lado en los pasillos.

era divertido ocultar esto que no tenía nombre. me entretenía saber que tenía a park seonghwa, el futuro del año y la imagen pura de la inteligencia y vocación, deseando ser tocado por mí. saber que a quién todos veían como el más recto y educado de la escuela, más de una vez se ocultó en los salones a realizar actos tan impuros que la gente no podía siquiera entrelazar su nombre junto a ellos.

—¿desde cuándo es obligatorio asistir a estas asambleas?

—te quejas por algo que pasa una vez al mes, doyeon. además así perdemos clases, no sé qué es lo que te molesta— yunho contestó.

—ver a todos estos imbéciles recibiendo reconocimientos cada mes, es como si se burlaran en nuestras caras.

—¿crees que se burlan de tí, o solo te molesta no ser lo suficientemente inteligente para recibir un reconocimiento en las asambleas?— mingi respondió y todos reímos al unisono. a fortuna de él, estaba sentado en la orilla del pasillo, lo suficientemente lejos de doyeon.

—imbécil— pronunció doyeon antes de cruzar sus brazos y recargarse en su asiento.

—al menos no tendremos cálculo— comenté antes de que la ceremonia comenzara con la subdirectora dando su discurso de siempre.

—¿te preocupa?, si últimamente eres la más inteligente y la favorita del maestro min— lucy comentó, inclinándose lo suficiente para que pudiera verla, pero fue inmediatamente callada por un maestro pasando por nuestro lugar.

agradecí aquello, pues el comentario de lucy había venido con cierto toque de sarcasmo, como siempre pequeñas acciones me ponían a dudar sobre el conocimiento de cada uno sobre lo que pasaba.

prestar atención o no, no era opcional, pues cada minuto maestros pasaban a nuestros lados, sin embargo mi atención no era hacía los maestros y directivos dando su plática del por qué debíamos esforzarnos más de lo que ya lo hacíamos, más bien no podía evitar que mi mirada cayera más de lo socialmente aceptable sobre seonghwa, sentado junto al comité escolar y demás alumnos, esperando a recibir su reconocimiento.

no podía evitar verle, se veía más atractivo con su uniforme de gala, su corbata adornando su cuello y su traje apretando sus músculos, dejando ver su cuerpo entallado por el boton que sostenía su saco. me preguntaba por qué nunca había notado tan exquisito físico acompañado de un rostro tan atractivo. y la única respuesta que venía a mí mente eran las personas sentadas a mí lado.

maldecia todo el tiempo que había perdido jugando a ser la abusiva del salón, pues justo ahora era lo que más deseaba. sabrá Dios qué tanto conocería de seonghwa en este punto si tan sólo hubiera pedido asesorías antes, o qué tanto conocería él de mí. no pude evitar sonreír al ver pasar todas esas imágenes en mi cabeza, e intentando controlarla mordí mis labios y casi de manera involuntaria mis piernas se cruzaron. me avergonce tanto de mi reacción que no tardé en agachar la mirada y volverme a reincorporar en mi asiento, fue entonces cuando ví frente a mí a taeyang, volteando hacia atrás, mirándome con una sonrisa, su única misión era que me diera cuenta que vió mi comportamiento, pues no tardó en reír y regresar la vista al frente, mientras tanto mi pierna no dejaba de saltar de manera incontrolable por los nervios.

la ceremonía había terminado, y junto a ella las clases. el tema de conversación era únicamente sobre la fiesta de graduación, como era obvio, pues este era nuestro último año. aunque el tema del qué llevar y a quién a la fiesta de graduación no era algo que me quitara el sueño, la fiesta después de esta era la que llamaba mi atención y me mantenía en hilo en la conversación.

❝dirty game❞ psh +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora