Capítulo III

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¿Por qué habia aceptado el ir a la habitación de un chico que apenas conozco? No tengo ni idea...

—¡Siéntate donde quieras! Si quieres puedo traerte un té si gustas— Dijo Nagi con amabilidad en su voz.

Ryuu solo se limitó a aceptar el té que le estaba ofreciendo el peligris, que por cierto, sabía muy bien. Con algo de nervios, se quitó lentamente la capucha, dejando a la vista sus orejas.

Nagi las miró con estrellitas alrededor de sus ojos, tratando nuevamente de acercar sus manos a las orejas de su compañero sin tener el permiso de él. Ryuu por un momento quiso alejarse y evitar todo tipo de contacto, pero antes de que pudiera hacerlo, Nagi ya se encontraba tocando sus orejas.

—Es fascinante...nunca había visto algo así...!— Nagi las tocó con delicadeza, eran muy suaves.

Rápidamente el de menor estatura se levantó de la cama en la que se encontraban sentados él y Ryuu, para buscar en la estantería llena de libros que tenía en la habitación, todo visto bajo la atenta mirada de Ryuu, quién tenía las mejillas levemente sonrojadas.

—En este libro no dice nada sobre las personas que tienen orejas de lobo...— Dijo Nagi ojeando en el libro que tenía entre sus manos, le mostró el título del libro a Ryuu, era un libro que trataba sobre la raza de los hombres lobo.

—Ya...lo sé, yo también trate de buscar algún tipo de información sobre el porqué tengo estas orejas...pero no encontré nada que hablara sobre ello en algún libro— Ryuu dejó el té sobre la mesita que había cerca de la cama de Nagi.

—Entiendo...y tus padres? ¿Ellos también las tienen?— Preguntó Nagi con curiosidad.

Ryuu puso una mueca en su rostro, sus padres...el también se preguntaba eso, lo más probable es que no fuera así y que al nacer él con unas orejas sus padres lo abandonaran a su suerte. Pero posteriormente fue encontrado por una amable mujer de la misma raza, una mujer lobo, quién lo aceptó tal y como era.

—No lo sé...yo creo que no, quizás por esa razón al nacer yo con estas orejas me abandonaron— Dijo Ryuu despreocupadamente.

Nagi sintió que había hecho mal en hacer aquella pregunta, se disculpó con Ryuu pero este le aseguro que no pasaba nada, que no le importaba. Nagi decidió hacerle caso aunque no estaba convencido del todo.

—Quizas Shiba pueda ayudarte a descubrir la razón del porque las tienes, puede ser un poco tonto...pero estoy seguro de que con su ayuda podrías descubrir algo!— Dijo Nagi mientras volvía a poner aquel libro en su estantería, fallando en el proceso y cayendo el libro al suelo, abriéndose en una página en concreto, Nagi soltó un chasquido.

—¿Shiba? No estoy muy seguro...no me gustaría que más personas supieran de estas cosas en mi cabeza— Ryuu apretó levemente sus orejas, al mirar hacia abajo, se encontró con Nagi mirando aquel libro en el suelo.

Nagi agarró el libro para revisar mejor lo que ponía en la página, y una vez que estuvo seguro de lo que estaba leyendo, se acercó a Ryuu a pasos rápidos, extendiendo el libro hacia el. El de cabellos azabaches agarró el libro entre sus manos, leyendo la página que Nagi le indicaba.

❝ Hay un muy pequeño porcentaje en que algunas personas de la raza de los hombres lobo, lleguen a poseer orejas y cola ❞

—¡Tú perteneces a ese pequeño porcentaje! Y hasta existe la posibilidad de que seas el único que las posee...Un momento...tambien tienes una cola?— Nagi lo miró con aún más de sorpresa en su mirada, Ryuu no podía creer que la respuesta que durante tanto tiempo había buscando, se encontraba en la estantería de la habitación de Nagi...que sorpresa.

Ryuu estaba a punto de decir algo con respecto a la cola de lobo, pero fue interrumpido por el sonido del timbre, dando a entender que el receso ya había acabado.

¡Después podremos seguir hablando sobre esto si quieres! Ya sabes dónde queda mi habitación por lo que puedes venir aquí cuando quieras — Nagi sin pensarlo ni un segundo, agarró con delicadeza la mano de Ryuu, quién rápidamente se puso la capucha para ocultar sus orejas.

Nagi y el aparecieron en la clase, ambos agarrados de la mano, uno con una sonrisa en el rostro y el otro con una cara de cansancio, antes de entrar a clases quería soltarse de la mano de Nagi, pero el de menor estatura no lo había dejado. 

Nagi lo guió hacia su sitio, haciendo que Ryuu se sentara a su lado, aún con las manos entrelazadas.

—Emm, Nagi? ¿Te das cuenta de que no has soltado en ningún momento la mano de Ryuu?— Shiba se acercó a los dos con confusión, ¿En que momento se conocían esos dos y ya se llevaban tan bien?

¡Ah, si! Perdona Ryuu...— Nagi soltó de golpe la mano de Ryuu, no se había percatado en que aún sostenía la mano del contrario y ahora se encontraba avergonzado pero con una leve sonrisa en su rostro.

—No hay problema, y hola Shiba— Saludó Ryuu al de ojos dorados, quién le sonrió dejando a la vista sus colmillos de lobo.

Veo que ya te llevas bastante bien con Nagi...el suele ser muy tímido al conocer personas nuevas!— Shiba le dio un leve golpecito a Nagi en su hombro— ¡Me sorprende que ya tenga tanta confianza contigo! Conmigo tardo varias semanas, creo que hasta me odiaba— Shiba alborotó los cabellos grises de Nagi.

—¡No te odiaba! Es solo que...pensaba que te burlabas de mi por ser de una raza de clase baja— Dijo Nagi volteandose para ver a Shiba, quién se encontraba en medio de los dos, de Nagi y de Ryuu. 

—¿Queee? Yo no me burlaba de ti...solo te hacía pequeñas bromas al principio, pero era porque me caías bien!— Dijo Shiba acercándose a Nagi— Aunque en realidad nos hicimos amigos con ayuda de Erica—

—Es cierto...con ella me di cuenta de que en realidad eras un tonto— Dijo Nagi mientras sacaba sus cuadernos.

—¡Oye, eso no es cierto! Erica te hablo muy mal de mi...— Shiba se volteó para ver dónde se encontraba la chica demonio, estaba hablando animadamente con la misma chica rubia que a Ryuu le había parecido muy linda.

—Ryuu, si aquella chica de allí te habla mal de mi, no le creas, solo trata de hacerme ver mal, es muy mala conmigo— Shiba miró a Ryuu en forma de súplica, no soportaría que todos sus amigos lo llamaran tonto o idiota.

—Pero Shiba, si siempre me pides a mi que te haga los deberes...no te esfuerzas ni siquiera en tratar de entenderlos!— Acusó Nagi a Shiba.

—Bueno...eso no te lo discuto, pero si hay algunas veces que quiero que me los expliques!—

—Pues son muy  pocas veces— Nagi se concentró en escribir en su libreta, ya estaba cansado de discutir con Shiba, ese tonto.

Ryuu miró a los dos chicos con diversión, esa pequeña pelea que habían tenido era graciosa, Shiba se había alejado de ellos al escuchar como la puerta era abierta por el profesor, el de ojos dorados reposó sus brazos en su escrito mientras que colocaba un libro delante de él para que el profesor no lo pillara dormido, el único que había notado lo que había hecho Shiba, fue Ryuu, el hizo lo mismo en la biblioteca y por esa razón llegó a conocer a Nagi.

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¡Espero que os haya gustado este capitulo, si es así darle a la estrellita ★! ¡Si hay alguna falta de ortografía, agradecería que me lo dijerais!

¡Nuevo estudiante! [Ephemeral: Los residentes de la oscuridad x MaleReader]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora