Capítulo VII

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Ryu estaba sentado bajo un árbol, sin su habitual capucha que cubría sus orejas, pues en aquel lugar no solía pasar mucha gente… o al menos eso pensaba él

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Ryu estaba sentado bajo un árbol, sin su habitual capucha que cubría sus orejas, pues en aquel lugar no solía pasar mucha gente… o al menos eso pensaba él.

Intentaba calmarse después de aquella extraña conversación con su compañero de trabajo, Ray. Las cosas que el vampiro le había dicho seguían dando vueltas en su cabeza. ¿Convertirse en su mascota? ¡¿En serio?! ¿Quién se creía que era para pedirle algo así? Sí, Ray pertenecía a la clase alta y tal, pero… no parecía que estuviera bromeando.

—Pareciera que le gusta molestarme más a mí que a Shiba… Ahh… —suspiró pesadamente, jalando de sus orejas de forma inconsciente, frustrado.

«Además, ¿por qué reaccioné así con él? Qué vergüenza… Así nunca lograré que me tomen en serio.»

Mientras seguía perdido en sus pensamientos, una mano se fue acercando lentamente a una de sus orejas, hasta tocarla suavemente. Sobresaltado, Ryu pegó un brinco y miró hacia arriba, donde alguien estaba escondido en las ramas del árbol.

—¡¿Qué haces allá arriba?! —preguntó sorprendido.

—¡Es increíble! —respondió Shiba, con una expresión de asombro y curiosidad.

Shiba intentó bajar del árbol, pero al hacerlo perdió el equilibrio y acabó cayendo al suelo. Ryu hizo un amago de acercarse a ayudarlo, pero Shiba se levantó rápidamente como si nada, y lo agarró por los hombros, observándolo con una mirada traviesa.

—¿Por qué nunca me dijiste que tenías eso? —preguntó, sonriendo de forma maliciosa mientras lanzaba una mirada de reojo a las orejas de Ryu.

—Pues… yo pensaba que sería raro que yo… —trató de explicar Ryu, pero Shiba lo interrumpió.

—¡¿Cómo va a ser raro?! Erica tiene cuernos, y que tú tengas orejas de lobo no es nada extraño comparado con eso—Shiba pasó una mano por el cabello de Ryu, despeinándolo.

—Bueno, es cierto, no tendría por qué esconderlas… —murmuró Ryu, contagiado por el ánimo de Shiba. Poco a poco empezó a considerar la idea de dejar de usar la capucha.

Al fin y al cabo, todos terminarían enterándose, y llevar la capucha todo el tiempo comenzaba a ser agotador y algo molesto. Además, Shiba tenía razón; no era algo tan raro.

Ryu se quedó mirando a Shiba, aún sorprendido por la reacción que habia tenido. Siempre había pensado que sus orejas serían motivo de burlas o de malos comentarios, y por eso se las arreglaba para ocultarlas. Sin embargo, la emoción que mostraba Shiba y también la de su amigo Nagi, le daban algo de confianza.

—¿Sabes? Tienes razón… —murmuró Ryu, bajando la mirada y soltando una sonrisa un poco avergonzada —Creo que he estado exagerando todo este tiempo.

—¡Claro que sí! —exclamó Shiba, rodeando el cuello de Ryu con un brazo y acercándolo hacia él.

Ryu soltó una risa suave.

—Supongo que… probaré a no llevar la capucha por un tiempo —dijo al final, aunque se notaba que todavía estaba algo nervioso.

Shiba le dedicó una gran sonrisa y volvió a revolverle el cabello, dejándoselo aún más desordenado.

—Además, ¡así tus orejas mostrarán cómo te sientes! ¿A que sí?

Ryu asintió despacio, recordando lo que pasó en la biblioteca y cómo sus orejas se movían solas todo el tiempo sin que él pudiera evitarlo.

—Por ejemplo, ahora mismo están como un poco caídas… Lo que significa que… —Shiba se llevó un dedo a la barbilla, pensando en lo que podía significar —Mmm… ¿que tienes vergüenza?

Las mejillas de Ryu se pusieron rojas al instante, que mostraran lo que sentia en cualquier momento tal vez no era tan buena idea…Pero no podia hacer nada para evitarlo.

Ryu y Shiba siguieron hablando acerca de ello, finalmente fue convencido para dejar de llevar la capucha y dejar ver sus orejas. Seguro que Nagi se sorprendería al verlo en clase.

Fueron juntos a la siguiente clase, con Shiba aún manteniéndolo cerca suyo y hablándole sobre lo molesta que era Erica con él.

—¿Sabes? Creo que te ves muy bien así— dijo Shiba de repente, deteniéndose en medio del pasillo y mirando fijamente a Ryu.

Ryu lo miró, sorprendido y confundido.

—En serio, eres muy lindo— continuó Shiba mientras levantaba una mano y la pasaba suavemente por la mejilla de Ryu.

Ryu sintió que sus orejas se caían un poco y su rostro comenzaba a ponerse levemente rosado. Otra vez comenzaba a actuar extraño y Ryu no lograba entender por qué.

De pronto, Shiba se dio cuenta del nervioso rostro de Ryu y retiró su mano rápidamente, como si se hubiera quemado.

—¡P-Perdón, no quería decir eso!— exclamó Shiba, con el rostro enrojecido de vergüenza. Trató de cubrirse las mejillas con una mano mientras se alejaba bruscamente de Ryu. —¡Solo quería decir que te ves bien, nada más!

Luego, sin decir otra palabra, el hombre lobo se dio la vuelta y se fue casi corriendo hacia su salón de clases, dejando a Ryu solo en medio del pasillo.

Ryu se quedó mirando en la dirección en la que Shiba había desaparecido, todavía confundido. ¿Por qué estaba tan avergonzado Shiba?

 ¿Por qué estaba tan avergonzado Shiba?

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⏰ Última actualización: Nov 05, 2024 ⏰

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