Capítulo 3

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                                                         Capítulo 3

Salí del Café y me di cuenta de que no le había contado sobre la visita a la casa y la experiencia que tuve. Que boba.

Llamé a Carla nuevamente.

-Carla, ¿estás cerca? – dije mordiendo mis uñas.

-Pues, del café, sí. Estoy a unas, más o menos, tres cuadras. ¿Por?

-Ven, me olvidé de una cosa, que debo contarte.

-Qué sea rápido, tengo que regresar a casa antes de que mamá llegue antes que yo.

-¿Te has escapado? – dije sobresaltada -. Bueno no importa, no es de lo que quiero hablar. Si quieres te quedas en casa a dormir, y hablamos mejor, ¿te parece?

-Okay, llamaré a mamá antes.

-Listo. Te espero en casa. Cualquier cosa, llámame.

Corté y me subí al auto.

Llegué a casa. Busqué las llaves y entré.

-¡MAMÁ! – grité -. ¡Viene Carla a dormir!

-Bueno – dijo medio dormida.

Fui a mi habitación.

Tomé el móvil y llamé a Carla, sí, de nuevo...

-Emilia, estoy por salir  ¿qué pasa ahora? – dijo cansada de que le llamara.

-Bueno, mujer, quería saber si te habían dejado venir.

-Pues sí, estoy en casa, despejándome un poco, y ordenando el bolso con el cepillo de dientes y una ropita.

- Te espero, beso – hice con mis labios un sonido de beso.

-Beso - dijo cortando.

En diez minutos ya estaba acá.

Sonó el timbre y abrí.

-Pasa, pasa – le dije haciendo señas con mis brazos-.Vamos a mi cuarto – ya estaba subiendo la escalera.

-Vamos – ya estábamos sentadas en mi cama-. Empieza...

-Bueno, lo que quería contarte, en un principio, qué cuándo recibí la carta, fui a esa dirección. Era un camino muy oscuro y muy abandonado, tenía mucho miedo – parpadeaba lentamente -. Llegué a la casa y me atendió una mujer. Le dije lo sucedido y me cerró la puerta en la cara. Asique no hice nada más y me fui.

-Emilia, todo esto es muy raro. ¿No sabes por qué dejó esa dirección?

-Si supiera no estaría con tanta duda – dije tirándome hacia atrás en la cama.

-Emi, tranquila, estoy yo, está tu familia y tus amigos, tenemos que hacer algo...

-No, no puedo contar esto. No, no es lo mejor – dije con los ojos muy abiertos y con mucha duda.

-Pero...

-NO – la interrumpí -. No, no y no – fue un ''no'' rotundo.

-Está bien... cambiemos de tema, ¿dale?

-Sí, sí, por favor...

-Emm... - dijo pensando algo de qué hablar para cambiar el ambiente -. Baile, sí, eso, baile... ¿Empezarás este año?

-No, porque ya casi el año termina, no vale la pena, pero las inscripciones para el año que  viene son en dos semanas. Estoy tan feliz de volver a empezar – me apretaba muy fuerte una mano con la otra -. El año anterior no hice por la escuela, había muchos exámenes.

-Sí, lo creo.

Hubo un silencio profundo, que duró un largo rato.

-Emilia, ya. ¡No he venido para qué estemos con estas caras largas! – dijo mirándome a los ojos. Yo tenía la cabeza gacha -. Oye, hagamos algo divertido, ¡COMO ANTES, MUJER! ¡VAMOS!

La miré y sonreí.

-Vamos.

Y empezó todo. Esmaltes por aquí, esmaltes por allá, música, del móvil, claro. Mis padres cada tanto hacían un ''Shhhhhhhh'', por cierto, dormían...

Y así pasamos la noche entera. Pintándonos las uñas, maquillando nuestro rostro, haciéndonos peinados, cambiándonos de ropa, en fin, millones de cosas.

Fue genial.

Nos dormimos a las ocho de la mañana, sí, a las ocho, y nos despertamos a la una para comer...

Uf, no nos podíamos el cuerpo, ¡Dios Santo!

Mi celular comenzó a sonar. Era una llamada entrante, con un número desconocido

-Hola – tenía mucho miedo de que fuera algo relacionado con la carta -. ¿Quién habla?

-Hola – hubo un silencio -. Soy... soy Hilario.

Sentí un alivio dentro de mí y dije-: ¡Hilario! ¿Cómo andas?

-Muy bien, por suerte. ¿Te acuerdas de lo qué te pregunté?

Reí.                                                                             

-Claro – dije sonriendo-. ¿Cuándo puedes?

-Eso lo pregunto yo – volví a reír -. ¿Cuándo puedes? – largó una risita.

-Pues... Cuándo tú me digas – sonó más como una pregunta.

-Por mí, hoy, ya, ahora.

-Esta noche, ¿te parece? – dije muy nerviosa.

-Claro, te buscaré a las ocho y media.

Le dije mi dirección, y corté la llamada.

Eran las seis y ya estaba pensando que ponerme. Estaba muy nerviosa. Hilario era muy guapo. Y me atraía mucho.

Bajé las escaleras.

-Mamá, saldré con Hi... - me quedé en silencio -. Con... Carla, sí, eso, Carla. – no sabía dónde meterme-. ¿Puedo?

Me miró fijamente a los ojos. Los suyos estaban entrecerrados.

-Me mientes – no sabía qué responder -. Lo veo en tus ojos. ¿Saldrás con un chico?

-Mamá...

-Dime. ¿Es lindo? ¿Te trata bien? ¿Cómo es? ¡¿Dime?! – dijo casi gritando mientras me hacía cosquillas y se reía.

Yo me reía a carcajadas.

-Sí, mamá, ya.

-Luego me cuentas todo.

-Bueno – dije subiendo las escaleras.

Me duché, me hice unas mascarillas – que tenía guardadas y nunca había usado –, y me fui a la computadora a buscar peinados fáciles para esta ocasión. Opté por uno muy fácil y muy simple – no quería algo muy producido, no era la ocasión, y aparte no me iba a salir –. Me peiné y fui a elegir la ropa.

Me maquillé, lo más discreto posible y me vestí. Me puse un vestido de un color cremita, con unos zapatos negros. Me puse una cadenita y un brazalete.

Bajé. Eran las ocho y diez, estaba muy ansiosa.

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Perdón por la demora, espero que les guste :)

Besosssssssss

¿Les gusta el nombre Hilario?


Si quieren pueden dejar preguntas

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