Capítulo 10: Miracle?

85 8 2
                                    

¡Por Dios!

¡Era... Shannon!

Los ojos de los dos no lo podían creer. El chico delante suyo se parecía mucho al hermano fugitivo de Jared solo que un poco más alto y facciones de casi un hombre; el cabello, al igual que el de Jay, estaba largo y vestía unos jeans viejos y holgados con una camiseta negra tapada casi totalmente por una casaca.

Se veía tan bien, indudablemente era Shannon.

-¿Qué? ¿Te vas a quedar toda la noche parado ahí, tarado? Ven, dale un abrazo a Shan.- Dijo el chico incorporándose del sillón y acercándose un poco a Jared, él imitó el gesto creyendo que todo eso era un sueño y ese muchacho no podía ser su hermano mayor.

-¡Shannon! ¡Al fin, tú!

Los dos Leto se quedaron abrazados mientras Lola se quedaba parada sin saber qué decir. Cuando se separaron Jay tenía lágrimas en sus ojos.

-Seguís siendo el marica de siempre, je, je.- Rió el mayor.- ¿Y ella? Te volviste rompe-corazones ¿Eh, hermanito?

-Shan, ella es Lola.- Fue lo único que atinó a decir, las ganas de llorar se iban acrecentando con el tiempo. Encontrar a Shannon y vivo, era casi un milagro.

Él abrió los ojos perplejo ¿Esa era la niñita que se escondía detrás del regazo de su madre? ¡Wow! Cuánto había cambiado. No era una niña dulce, no lo parecía.

Se acercó a ella y la miró de pies a cabeza. No podía ser posible. Lola, cambiada.

-Hola...-Le dijo sin poder creerse todavía la identidad de la chica que estaba frente a él.

-Shan.- Su voz sonó fría, distante, muy lejos de la casa de los Leto. ¿Esa era la dulce niña que fue su primer amor?

Hubo un silencio incómodo, demasiado. Jared seguía en un estado de shock asimilando todo lo que pasaba esa noche, Lola sentía un nudo en la garganta ¿Ver a Shannon le causaba emoción alguna? No, no por el momento, igual pasó cuando su madre murió. En ese instante ella no sintió nada; días después, cuando regresó de la casa de Constance, un vacío enorme se apoderó de ella al hallar la casa sola. No la volvería a ver, su madre no iba a volver.

Hace un buen tiempo que no lloraba.

Jared volvió a abrazar a Shannon.

-¡No te vuelvas a ir, por favor!-Le dijo al borde de las lágrimas, nuevamente.- ¡Shan!

-Ya basta, Jared, me ahorcas.- Dijo el mayor intentando separar a ese pequeño niño, como él lo veía, de su cuerpo. La chica los seguía mirando de reojo, con ella no era la cosa, quería fundirse en la pared.

El menor obedeció y se puso al lado de su amiga.

Silencio.

-¿Cómo es que...?

-¿Sí,Lola?

-¿Cómo es que llegaste?-Terminó de decir.

-¿Enserio quieres saberlo?- En ese momento el picaporte de la puerta principal sonó, una Constance cansada entró a la habitación. En una primera instancia no le dio importancia a la situación, suponía que eran Jared y Lola con un amigo más, pero al pasar por su lado lo miró de reojo detenidamente, fue cuando se dio cuenta.

¡Shannon!

Abrazó a su hijo perdido con emoción. Tantos años sin perder la fe de encontrarlo algún día, y ese día había llegado. Tantas noches en vela observando desde la ventana la calle solitaria esperando que él volviera caminando entre la noche. La espera había valido.

La familia Leto se dio un abrazo. Lola los miró con nostalgia. Sabía que jamás tendría una familia así, es más, no tenía a nadie a su lado. Sus padres se divorciaron luego de saber que su progenitor tenía otra familia a solo unas casas de la suya, junto a su madre fue botaba por ellos y tuvieron que mudarse al pueblo donde vivían ahora. Su muerte le había afectado demasiado y que su padre no hubiera hecho nada, ni siquiera acogerla en su casa. A pesar de que Jay tampoco tenía un padre, Constance cumplía ese otro rol. A veces le daban celos.

La señora Leto la agarró del brazo incorporándola al abrazo grupal.

-¡Hijo mío!-Dijo con emoción.- No sabes cuanto te hemos extrañado.

-Mamá, no tienes idea.- Dijo Shannon.- Los extrañé a todos.

-¿Pero por qué?-Preguntó.- ¿Por qué te fuiste?

-Yo...-El chico se quedó con la boca cerrada y frunció el ceño, no quería contestar eso.

-No importa, ahora estás aquí.-Dijo Constance sonriendo.- ¿Y ustedes? ¿Qué hacen vestidos así?

Jared se miró, no se habían cambiado.

-Fiesta.- Respondió como si nada.

-Cuándo no.- Bromeó ella.- ¿Quieren que les prepare algo para beber? Shannon, debes estar muy cansado por el viaje.

-Solo un poco, mamá.- Dijo el chico dejándose caer sobre el mueble al igual que los otros dos.- Estoy bien.

-Haré un poco de café.- Los ojos de Shan se iluminaron al escuchar eso.- Sé que te gusta. Jared, ven a ayudarme.

El menor no le tocó de otra que obedecer y acompañar a su madre hasta la cocina a preparar la tan ansiada bebida. Se quedaron solos Lola y él. Como ella no quería un silencio incómodo volvió a hablar.

-No respondiste mi pregunta.- Dijo apenas moviendo los labios.

-¿Eh?

-Digo...- Calmó sus nervios. Hablar con el mayor de los hermanos Leto después de años era una cosa que hasta ahora no asimilaba.- ¿Cómo volviste? ¿Por qué?

-No son preguntas que quisiera contestar ahora, Disaster.- Dijo mirando sus zapatillas.- He vuelto, por mis propias razones y no, no quiero contártelas.

El Shan de siempre había vuelto. El mismo tono de voz, las mismas palabras arrogantes y a veces despreciativas, las expresiones que demostraban lo poco que le importaba ese tema.

- Ahora dime ¿Por qué andas vestida así?-Ella lo miró directo a los ojos.- ¿Fiesta? ¿Es enserio?

-No me conoces, Shan.- Le contestó desviando la mirada.- He cambiado en estos años.

-¿Cómo está tu madre?

Se limitó a dedicarle una sonrisa.

-Hey con eso no respondes nada.

-Murió, querido.- Su tono seco volvió.- ¿Feliz?

-No tenía idea.- No, no lo tenía. Ni siquiera lo dijo como si en verdad le importara, eso hizo hervir la sangre de Lola.

En ese momento llegaron con los cafés.

-Espero que te guste.- Dijo Constance entregándole una taza a su hijo. Todos bebieron el líquido amargo en silencio, cada uno quería decir muchas cosas, querían saber la verdad sobre la reaparición de Shannon.

Constance lo llevó al cuarto que Jared tenía, como siempre, el mayor hizo algunos comentarios despectivos, sobretodo por la decoración idea de Lola. ¿Podrían volver a soportar esos maltratos? Su madre parecía que sí.

Dormiría ahí junto a los otros dos chicos aunque ella hubiera propuesto que la chica durmiera con ella. Lola jamás se separaría de Jared y mucho menos con Shan de vuelta. Los dejó ahí.

-Bueno, ustedes ahí y yo acá.- Señaló el mayor tirándose a la cama más cómoda y grande, por supuesto era la de Jared.- Que tengan buenas noches.

¿Soportarían de nuevo todo eso?

No.

-Shan, esa es mi cama.- Dijo Jared con cierta timidez. Su hermano se volteó a mirarlo.

-Bueno, ahora es mía.- Acto seguido volvió a dormirse.

Dios, el viejo Shannon estaba de vuelta.




El Guapo, el Malo y el LetoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora