Las citas de YoonGi salen mal, hasta que un error en su última cita lo lleva a conocer al Omega de sus sueños, ahora no puede apartar los ojos de él.
•Romance.
•Novela rosa.
•Omegaverse.
•Mpreg.
•Reencuentros de la vida.
No quedan palabras que decir, pero si tú sientes lo mismo que yo, por favor, dime que es verdad.
°
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El peralte de las escaleras no se sintió en las rodillas de YoonGi.
Pronto estuvieron frente al apartamento de JiMin, los apartamentos estaban conectados por escaleras y pasillos, YoonGi recordaba bien el lugar donde el Omega vivía, convencido que el lugar iba con JiMin, había plantas afuera de cada casa, la gente pasaba charlando tranquila, el cielo desde ahí se veía despejado de las lluvias que comenzarían durante ese mes.
Ya había estado en un barrio así antes, con sus compañeros de universidad, aún no olvidaba la impresión al ver de cerca casas pequeñas y humildes, comparadas a su mansión y las viviendas que su empresa duele rentar y vender, pero ahora que miraba la puerta de JiMin, le parecía un lugar romantico.
YoonGi se concentró en más detalles al rededor que le daban referencias acerca de JiMin, quien iba a soltarse del brazo de YoonGi, el alfa se confundió ante esa acción e inconscientemente apretó su brazo suavemente, evitando que el Omega se separara de su lado.
JiMin lo volteó a ver, con ojos en grande, YoonGi tenía una mirada pasiva pero al mismo tiempo ansiosa, como la de un cachorro cuando debe despedirse de su mamá.
-No puedo abrir la puerta si estamos así.-JiMin sonrió, YoonGi carraspeó avergonzado, soltando su brazo de inmediato.
El frío en su brazo izquierdo se apaciguó al cruzar la morada de JiMin, seguia igual a la última vez que fue, con sus paredes blancas, sus muebles adornados con cojines y sus mascotas....
Sus mascotas.
-¡Chicos!
YoonGi fue atacado por las mascotas de JiMin, apenas pudo ver cuántas eran, pues se encontraba perdido entre las patas sobre su pantalón y su suéter, junto a la emoción de las colas agitandose.
-¡Vengan!-Los perros atendieron a su amo, regresando a él.-YoonGi, ¡Cuánto lo siento! ¿Te ensuciaron? No pensaba traer visita, por ello están aquí en la sala.
YoonGi negó con una sonrisa, amaba a los animales, y las mascotas de JiMin eran como él, alegres e inquietos, lo notaba porque se aferraban a su amo, pidiendo atención, mientras otros se acercaba al alfa, para seguirlo inspeccionando, las mascotas de JiMin son amistosas y tranquilas.
-Puedes sentarte en la sala.-dijo JiMin, perdiéndose en la cocina, YoonGi no sé movió de la puerta de entrada, no se sentía con el derecho de invadir de esa manera la casa de JiMin, por ello se quedó ahí varios minutos, hasta que JiMin se asomó "¿Te gusta la tarta?" JiMin preguntó, avanzando hasta YoonGi, tomándolo de un brazo y llevándolo hasta el comedor, para luego volverse a perder en su pequeña cocina.
