Capítulo 2

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TW: acoso

¿Has pensado en todos aquellos sueños, como los que te acompañan en tus noches de desvelo, que fueron arrebatados por una guerra sin sentido?


Kathleen se negaba a conocer a su posible futuro esposo el mismo día que se encontrarían, así que decidió indagar todo lo que pudiera sobre él. 

Era heredero de una familia noble de la ciudad, los Eathres. Cada ciudad de Aror tenía una o dos familias nobles a la cabeza que se encargaban de liderar esa ciudad y su población. Controlaban el comercio y los recursos que serían utilizados, además de mandar informes al rey sobre la situación de cada ciudad. Claro, como en todo, algunos lo hacían bien y otros no tanto, pero por lo que tenía entendido, según lo que había leído hasta el momento, era una familia amable y caritativa con las personas, pero Kathleen rezaba porque todo eso no fuera algo manipulado por los mismos Eathres.

De vez en cuando, estas familias llegaban a casarse con jóvenes humildes de su ciudad si está se creía que era digna de continuar con el linaje. Una tradición muy antigua, si le preguntaban y cuyo único objetivo era ver el matrimonio como un contrato que beneficiaría a ambas partes. Claro, existían unos pocos que lo hacían por amor. Aun así, era extraño ver una boda entre dos clases sociales diferentes y esa es la razón por la que muchas mujeres jóvenes desearían tener la suerte de que un noble se fijará en ellas. Por desgracia, Kathleen no se sentía de aquella manera. No le importaba quienes eran ni que habían hecho en sus vidas, ella no quería formar parte de la nobleza. Pudo haberse negado. Tuvo la opción de decir que no.

«Pero no lo hiciste. Aceptaste... por tu familia»

Kath a veces soñaba con mudarse a la capital cuando tuviera el dinero suficiente para poder estudiar, tal vez algo de medicina y ayudar a las personas, pero con el paso del tiempo, su sueño se fue eclipsando, comenzando por la enfermedad de su padre. No podía dejar a su abuela en un futuro ya vieja con su padre viejo y enfermo, sólo que ahora con esta situación se veía aún más lejano.

«No puedes dejar que vean que te afecta», pensó.

Sabía que si veían un pequeño destello de duda en ella, su familia desistirían, cancelarían todo y dejarían las cosas como si nada hubiera pasado. Tal vez sería lo más sensato, pero ella sabía los beneficios y por eso decidió sacrificar sus propios sueños por la familia que le quedaba.

Pasó toda esa tarde investigando sobre los Eathres para ir lo mejor preparada. Ellos habían llegado hacía apenas 500 años atrás, por lo que no tenían tantas generaciones como otros nobles. De hecho, ellos eran originarios de una de las ciudades más comerciales de Aror, pero se habían mudado a aquella aldea más pequeña: Ailyr, cuando todavía estaba en desarrollo y así implementar muchas ideas de las grandes ciudades, logrando convertirla en lo que hoy en día era. Únicamente existía un matrimonio registrado entre un Eathres y una mujer humilde. Actualmente esos dos jóvenes son los abuelos de Kean, un muchacho de 22 años y su posible futuro esposo.

No había mucha historia personal de la familia que pudiera contarse. Todos los registros hablaban sobre como trajeron modernidad y ambición junto con ellos. Fuera de eso, no había nada más. Kathleen no sabía si eso era una mala o buena señal, porque claro, si no había nada que hablar de ti era porque probablemente no llevabas una vida fuera de lo normal, ¿no? Conocía muchas familias nobles de otras ciudades, incluso de otros países y sus integrantes debido a todos los chismes que llenaban las bocas de los ciudadanos de todos lados; infidelidades, mentiras, asesinatos, robos y traiciones. Podías escribir miles de novelas basadas en esas familias. Existía de todo un poco en la realeza y la nobleza, pero no con los Eathres.

Voluntad de dragón #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora