Los difusionistas tenían razón hasta cierto punto. Sería desacertado afirmar que los extravagantes estamentos del difusionismo extremo son correctos (por ejemplo, que toda cultura tiene su origen en el Egipto Antiguo o en la Europa protohistórica); sin embargo, la premisa nuclear de que la cultura es propensa a difundirse, es más que aceptada y comprobada. Franz Boas, crítico de los historiadores etnocentristas de su época, logra rescatar varios de los principios de las teorías sobre la deriva cultural. El antropólogo alemán reconoce que existen similitudes entre distintas culturas de una manera profunda y no meramente superficial, señalando que, si bien varias de esas características culturales tienen un origen o muy primigenio o se desarrollaron de manera convergente en distintas partes del mundo, la diversificaron por un contacto constante entre sociedades fue la causa más palpable de dichas similitudes.
No es necesario romperse la cabeza para darse cuenta que existe un constante contacto entre los miembros de nuestra especie, no solo a nivel individuo, sino también familiar, comunal, tribal y hasta nacional. Ya desde épocas prehistóricas, el comercio, la migración y el entrecruzamiento de poblaciones era algo común en muchas partes del planeta. Esto lo evidencia la aparición de collares de caracoles marinos nativos de las costas libanesas en yacimientos de Europa central, la presencia de posibles puntas Clovis tanto en Norteamérica como en Sudamérica y las hibridaciones genéticas ya no solo entre los propios humanos modernos, sino entre sapiens, neandertales y denisovanos. Así, la tendencia humana hacia el contacto constante ha ido aumentando con el tiempo y solo se ha visto interrumpido en contadas ocasiones y a nivel meramente regional.
Con lo anterior, no se está diciendo que el mundo globalizado ha existido desde siempre; no; este es un evento reciente, fruto de la modernidad, el imperialismo, el capitalismo y la industrialización. Sin embargo, si hay que insistir en la necesidad de eliminar de una vez por todas la percepción de estatismo y aislacionismo que se tiene sobre la mayoría de civilizaciones y culturas que han existido alrededor del globo. Las interacciones no solían ser directas: el Imperio Romano poco o nada había contactado con la dinastía Qin; pero sabían de su existencia mutua a través de intermediarios como los sasánidas, los escitas, los pueblos túrquicos, los partos o los sármatas. Lo mismo desde el Nuevo Mundo, pues, por ejemplo, las tribus de las Grandes Planicies tenían redes comerciales con los pueblos atabascos de la costa noroccidental, que a su vez mantenían relaciones directas con los clanes aleutianos del estrecho de Bering que, a su vez, intercambiaban productos con las comunidades de la península de Kamchatka (y así progresivamente). Es decir, el contacto cultural entre sociedades, por más pequeño que sea su alcance, ha sido más la norma que la excepción. Y esto no significa que todas las manifestaciones culturales son una copia y pega de unas cuantas culturas privilegiadas y primordiales; al contrario, pues una vez que una comunidad incorpora un nuevo rasgo a su cultura, este empieza a evolucionar de manera independiente al de su lugar de origen, aunque este desarrollo seguirá expuesto a las influencias del exterior y, al mismo tiempo, se convertirá en una influencia por si misma. Es aquí donde se derriban los mitos esencialistas y los cultos a la originalidad: la autenticidad de una cultura es relativa. Relativo, a partir de los parámetros en el que se juzga tal autenticidad: la cultura maya, desde un punto de vista continental, es bastante original y característica, pero si se enfoca la lupa, se desmiembra a todos sus componentes y se rastrea la historia y orígenes de cada uno de ellos, se podrían llegar a muchas conclusiones, pero, probablemente, no a la de la originalidad.
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El relativismo detrás de la apropiación cultural
No FicciónViejo ensayo donde busco cuestionar que tan sólidas son las premisas de la apropiación cultural apoyándome de las tesis boasianas del relativismo. Pondré a prueba si la apropiación cultural existe, como debe ser definida, abordada, así como que tan...