☯ • Blindness

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Sintió la nieve fría y húmeda en su cabeza y en la punta de su nariz. Ya tenía un poco de nieve sobre su cabello dorado y revoltoso; sin embargo, aquella carga de un segundo a otro lo hizo ponerse alerta, quizá activando parte de sus sentidos de nuevo.

Agudizó la mirada al voltear hacia arriba. Sólo alcanzaba a ver una teja colgando sobre su cabeza, sostenida por la oscuridad. Un poco de nieve le cayó sobre los ojos. Se llevó una mano hacia la cara y se limpió mientras se ponía de pie rápidamente, sacando a su cuerpo del aturdimiento del frío.

Se quedó allí parado, tratando de ver hacia la teja. Alguien la sostenía con una mano, pero su cuerpo y rostro parecían estar cubiertos aún por la sombra de la noche.

Lloyd no dijo una palabra, tratando de ver algo y de analizar qué haría una persona a esas horas. ¿Por qué lo espiaba? ¿Por qué estaría allí aun con el terrible frío que había, y encima en medio del viento?

Morro lo sabía. Ya no había escape...

Ambos se podrían ver y reconocer en cualquier otro momento.

Que imbécil, se recriminó mientras lentamente se reincorporaba apretando su agarre del techo aquel.

El chico pareció paralizarse después de resbalar ligeramente por la teja. Cuando se incorporó e hizo el ademán de bajar por el tubo, Lloyd retrocedió un poco, alerta a cuando sus pies tocaran el suelo. Suspiró pesadamente y se resignó a bajar con lentitud por la canaleta pluvial. 

Morro no sabía que decirle, no sabía ni por qué se había quedado aún... Actuar por impulso lo dejaba en blanco repetidas veces.

Quiso ayudarle, pero no había razón coherente u moralmente aceptable para espiarle.

¿Qué iba a decirle? "Me quedé para ver cuánto te tardabas en morir o para ver si un pervertido te trataba de tocar." No podía claramente decir que sólo quería ver cómo iba a refugiarse esa noche.

No podía admitir que en realidad quería ofrecerle refugio... a como treinta kilómetros de distancia...

Debía parecer él mismo un loco allí.

Sus pies tocaron el suelo firme, ahuecando la nieve. Su vista estaba pegada en la pared. No quería hablar pero sentía aún más incómodo ese silencio.

—Yo... —miró al lado contrario; tenía un nudo en la garganta y no sabía que decir realmente.

El viento junto a la nevada aumentaban y hasta su capucha ya no estaba cubriendo su pelo... No le tomó importancia. Trató de ordenar sus ideas para hablar a continuación.

Cuando bajó, Lloyd lo observó con detenimiento: los cuatro segundos más largos de su vida, como si el tiempo se detuviera sólo para que analizara la situación.

Parecía una persona nerviosa, en realidad, lejos de tener la actitud que el niño esperaría de un ninja.

Ambos se quedaron allí parados, mirándose fijamente. Lloyd tenía los ojos bien abiertos. Sentía el impulso de correr hacia algún otro lado, pero algo lo hacía dudar.

El termo. La comida, él se la había dado. Pero ¿por qué espiarlo entonces? ¿Qué esperaba de él? ¿Acaso sabía de su maldición y ahora lo encontraría como una amenaza hacia la amada ciudad que protegía?

La protección que aquel tipo de personas brindaba era nula. No es que el lugar en donde los villanos se creaban estuviera muy escondido, y aun así nadie sabía de su existencia.

Lloyd retrocedió otro paso, acariciando el termo en sus manos, debatiéndose sobre si debería dejarlo y salir de ese lugar.

Se sentía en peligro total, pero el frío paralizaba sus músculos. Y, lo que era más, el miedo.

☯ • Tʜᴇ Gʀᴇᴇɴ Cᴜʀsᴇ || Ninjago AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora