La Tierra de los Dioses Muertos [Heewon]

Quince: Just one day

[Este capitulo contiene escenas sexuales y está sin corregir, les pido por favor que me avisen si ven algún error, ¡que disfruten!]

Cuando Jake terminó de hablar al respecto, Jungwon se sentía tan abrumado que solo pudo llorar, sin decir nada, cubrió su rostro con sus manos y se dobló sobre su cuerpo para esconder su rostro entre sus rodillas, el Oráculo lo abrazó, prometiendo que todo iba a estar bien, que debía creer en él, debía confiar.

--- Nada malo va a pasarte, Jungwon, ni a tí ni a los que amas, en serio... Es la única opción --- dijo a su oído, de alguna forma su voz siempre sonaba calmada, por más que todo sonara tan mal ---. Deberías volver con Heeseung, el te está esperando --- añadió, y aquello lo había hecho reaccionar, asintió y se limpió las lágrimas rápidamente.

--- ¿Y él? --- preguntó el jóven Dios --- ¿Él estará bien?

Jake sonrió un poco, le daba ternura que el menor solo se preocupara de él, porque Jungwon nunca había hecho ninguna pregunta sobre sí mismo, sólo había cuestionado sobre aquellos que amaba.

--- Heeseung estará bien, lo prometo.

Jungwon regresó aún con un vacío en el pecho, bajó del unicornio sólo está vez, y se despidió de Agust con pocas energías, no habían nadie esperándolo afuera de la cabaña, ni siquiera Sunoo, cuando entró el pelirrojo lo fue a buscar apresuradamente, agradeciéndole que volviera, por su expresión suponía que algo estaba mal.

Entró a la habitación apresuradamente, solo para encontrar a Heeseung abrazado al conejito dorado que él había dejado a cargo, estaba hecho una bolita en una esquina de la cama, al verlo llegar sonrió y extendió sus brazos hacía él, el conejito se separó para ir hacia él pero no le dió importancia, y fue directamente al Dios de su corazón, Jungwon saltó a la cama para abrazarlo con fuerza.

--- Lo siento, lo siento, lo siento mucho, tardé demasiado, lo siento --- murmuró, con un nudo en su garganta, sentía las lágrimas de Heeseung sobre la piel de su cuello y hombro, allí donde el mayor estaba escondiendo su rostro.