Esta historia diminuta da inicio en una aldea del norte de España. Una aldea increíblemente hermosa, contiene una zona fluvial, mucha vegetación, poca circulación, animales en libertad y lo más importante la tranquilidad del lugar en el que pensar, recapacitar y recargar energías positivas.Es el lugar favorito de nuestra protagonista Telma de dieciocho años. Su rutina diaria de la ciudad le agobia bastante y le encanta disfrutar siempre que puede sus cortas vacaciones en ese magnífico lugar. Este año había organizado una escapada con Mario, su mejor amigo desde la niñez. De esa manera compartirían gastos y no iría sola o con mamá como hacía habitualmente.
Llegó el momento deseado y cargaron el diminuto coche con dos maletas pequeñas, en su interior llevaban las cosas justas que pudieran llegar a necesitar.
Telma iba al volante y Mario le daba conversación durante el largo trayecto.Al llegar al lugar fueron directos a la segunda residencia de los padres de Telma a vaciar las maletas. La casa estaba en la parte alta de la aldea, tenía arañas y bastante polvo desde la última vez que estuvo ocupada. Por suerte era pequeñita y fácil de limpiar para disfrutar esos dos días que iban a estar.
¡Qué bonito lugar! Estos días serán fabulosos.- Dijo Mario
Ya te dije que era perfecto. Vamos a darnos un baño en la zona fluvial. Luego ya limpiaremos. - Dijo Telma
Mario asintió, era un planazo para el día de llegada. Fueron ambos al lugar rápidamente, sin perder el tiempo en ponerse el bañador. Se sacaron la ropa velozmente y saltaron al agua.
Él agua estaba bastante fría, pero realmente nadie podía negar darse un baño en aquel asombroso paraje.El sol se escondió y la luna salió sin apenas darse cuenta.
Vayamos a la casa a limpiar, cenar y descansar. Mañana cuando salga el sol toca paseo matutino por la zona. - Dijo Telma
¡Me parece genial! Estoy agotado. Yo preparo la cena mientras limpias¿Te parece?- Dijo Mario
Telma aceptó el reparto de faenas. Había sido un día muy agotador y ambos necesitaban reponer fuerzas.
Al día siguiente, al amanecer.
¡Vamos Mario! Desayunemos rápido para aprovechar el día, a tope. - Dijo Telma
Mario asintió. Tenía unas ganas increíbles de caminar por la hermosa aldea y sus alrededores. Después de un buen rato, cuando por fin estaban preparados para el paseo matutino.
Vayamos por la derecha, parece que el paisaje es más hermoso. - Dijo Mario
Telma dudaba. Realmente hacia ese lugar mamá nunca le había dejado ir. Había una leyenda sobre esa zona que jamás quisieron contarle. Pero aun así asintió.
Con nadie mejor que con Mario para averiguar que escondía aquel lugar y cuál era el motivo por el que nunca le dejaron tomar ese camino. A pesar del miedo interior que sentía Telma, iniciaron el camino de la derecha. Era verdaderamente bonito. Había tantos eucaliptos que cada paso que daban su respiración era más profunda.¡Telma! Acabo de notar movimiento por allí detrás.- Dijo Mario
¡Vayamos! Pero con cuidado.- Dijo Telma
Los dos se aproximaron al lugar sigilosamente. En un instante Telma tropezó y cayó. Comenzó a quejarse del pie izquierdo.
¿Puedes apoyar? Vamos, volvamos yo te ayudaré a llegar a la casa.- Dijo Mario.
Tuvieron que retroceder para las primeras curas del tobillo izquierdo de Telma. Al llegar a la casa todo apuntaba que era un pequeño esguince y que con una venda de compresión de las que había en la casa sería suficiente.
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Historia Diminuta. 1
Storie breviHistoria diminuta es una novela muy corta de intriga. Trata sobre el descubrimiento de un secreto oculto, en la aldea de la protagonista en el norte de España. También da referencia a adjetivos provocados sólo por lo que dicen terceras personas. His...