𝗙𝗔𝗟𝗟 𝗜𝗡 𝗟𝗢𝗩𝗘; 𝗰𝘂𝘁𝗶 𝘅 𝗹𝗶𝗰𝗵𝗮 ✓

SEGUNDOS PLATOS

Aunque me muera por un beso,
tú solo estás buscando
un beso que al final..

Lisandro soltaba lágrimas sentado en el sillón de Cristian quien preparaba té con la mayor paciencia del mundo.
Romero respiraba hondo tratando de contener sus lágrimas y puso el agua caliente en las tazas, puso la cantidad de azúcar necesaria y dejó ambas tazas en la mesa ratona que tiene en el living desde que se mudó.

-Gracias- habló Lisandro llevándose la taza a la boca.

Cristian movió su mano restándole importancia y tomó su té también, viendo si este podía bajar el nudo que se había formado en su garganta hace unos cuantos minutos.
Necesitaba llorar, pero no iba a hacerlo en frente de Lisandro.
Ninguno decía nada a pesar de que sus cabezas estaban a nada de explotar por la cantidad de cosas que retenían y que sus bocas no pretendían soltar en ese momento.

-Lis- soltó Cristian después de un rato y este negó con la cabeza antes de que el cordobés pudiera terminar su oración u agregar algo.

-No quiero hablar- puso sus manos sobre la taza agradeciendo internamente por el calor que esta le transmitía.

-Pero hay que hacerlo- Romero hablaba con un tono dulce y comprensivo, no podía tratar mal a Lisandro aunque quisiera.

-Cagué todo- soltó el entrerriano volviendo a soltar lágrimas.

Cristian sabía que lo que decía era verdad, pero por protegerlo no le iba a decir que sí, que él había arruinado todo.

-No digas eso- contestó acariciando la mejilla de Lisandro quien suspiró ante su tacto.

-No quiero dejar ir esto- habla y una lágrima lastimera viaja desde su lagrimal y recorre su piel pálida hasta caer por su mejilla.

-Es lo que hace falta Lis, lo sabes- contesta el cordobés y seca cada una de las lágrimas que resbalan por las mejillas de Martinez.

El pecho le duele más de lo que debería y sabe que es a causa del efecto que Lisandro tiene sobre él sumado a la pésima situación en la que se encuentran.
Limpia con sus pulgares las pequeñas gotas que siguen cayendo desde los ojos del rubio y que amenazan con seguir cayendo el resto de la noche.

-Ya vuelvo- habla Cristian notando la correntada de frío que entra por la ventana.

Apoya sus labios sobre la frente de Lisandro dejando un beso y cierra la ventana. El viento deja de correr y ambos sienten más calidez en el ambiente, es pleno julio por lo que el clima no es tan amable y arrasa con ráfagas imparables que sumadas a la humedad suelen ser una tortura durante todo el día.
Cristian vuelve a acercarse y se sienta a su lado, Lisandro se derrumba frente a él y no le queda otra que abrazarlo y prometerle que todo va a salir bien.

-Lis todo va a estar bien- repite cada cierto tiempo mientras soba su espalda, su mano baja recorriendola por completo. Desde su nuca hasta donde llega el elástico de su pantalón.

Martinez está tan lleno de culpa que estar entre los brazos de Cristian lo hace sentir peor. No entiende como Romero puede ser tan bueno con él, como puede consolarlo sabiendo que fue el mismo el causante de la desgracia ajena e incluso de la propia.
Sabe que todo fue su culpa.

Salir de una relación no es fácil, no es para nada fácil.
Y entrar a otra con el corazón roto y heridas descubiertas que ya no deberían existir tampoco.

Lisandro sabía con claridad que lo que estaba haciendo estaba mal.
No es correcto jugar con los sentimientos de alguien más. Y jugar con los de Cristian había sido de las peores decisiones que había tomado.

-Perdón, perdón- repite el entrerriano y después de cada Perdón pronunciado Romero suspira con pesadez.

El nudo en la garganta del cordobés no desaparece. Sabe que debería haber mandado a la mierda a Lisandro, porque sabía bien sus intenciones y las tenía claras desde un principio a pesar de que el entrerriano no los haya aclarado.
¿Pero cómo hacerlo si ya se había enganchado de él?

[...]

Cristian se despierta y un sabor amargo recorre su boca.
Lisandro está dormido sobre él, su nariz está teñida de color rojo. Tal vez por el frío o tal vez por el llanto, un poco de ambas seguramente. Sus ojos siguen hinchados por este último y a Romero le duele verlo en ese estado.

Respira hondo, lo levanta con la mayor suavidad posible y camina con lentitud hasta su cama.
Sabe que Lisandro no va a despertarse. Sabe que hace un tiempo no duerme bien y que cuando lo hace tiene un sueño pesado.

Observa a Lisandro durante unos segundos y las lágrimas no tardan en caer.
Cristian se dá cuenta de que está hasta las manos con Lisandro.

Lo tapa con suavidad recostando su cabeza en la almohada y besa su frente con suma delicadeza y suavidad.
Lo observa otro par de segundos más y decide que ya se torturó lo suficiente por lo que sale y se recuesta en el sillón.
Su cabeza le da vueltas al asunto y entiende que no hay otra forma de solucionarlo sin que tengan que estar alejados, por lo menos un buen tiempo.

El nudo se forma de nuevo en su garganta y siente la necesidad de volver donde Lisandro.
Quiere disfrutar las últimas horas que les queden juntos.
Camina desde el living hasta la habitación y se recuesta a su lado, se mete entre las sábanas que yacen del calor corporal del entrerriano y lo abraza sin llegar a despertarlo.

-Yo te prometo- susurra tomando aire. -Te prometo volver cuando estés listo- acaricia el cabello rubio. -Te prometo volver a enamorarte y que lo nuestro sea un amor a segunda vista- besa su mejilla y espera poder cumplir su promesa.

Todo si Lisandro quiere.
Si por fin lo quiere a él.

.. Cure una herida que
dejó alguien más.

n/a: mañana empiezo el colegio d nuevo so esperen inactividad o puras cosas tristes por el estrés q m genera bua JAJQJ
espero les haya gustado, cariños💞💞