APRENDER A QUERERTE.

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Cuando te ví sentí algo raro por dentro
una mezcla de miedo con locura.


Lisandro caminaba con Antony mientras este parloteaba sobre la estudiantina deportiva que se daría en unas cuantas horas.
Martinez no estaba demasiado emocionado, se había anotado al equipo de fútbol del curso solo por la insistencia de su amigo.

-Nos vamos a encontrar con los del 78- piensa Antony en voz alta.

-Son unos monos enormes los de ese colegio- habla Lisandro sentándose en un banco de la plaza.

-¿Sí?- pregunta el brasileño pensativo. -No van a poder contra Antony- alza sus hombros.

Lisandro ríe.

-¿Por qué hablas en tercera persona? Tarado- rió. -Y no sé eh, fácil una cabeza nos sacan- asiente Lisandro pensando en la estudiantina del año pasado.

-Nosotros somos chiquitos pero ágiles- chasquea la lengua y Lisandro ríe mirándolo.

-Sos un boludo, seguro nos hacen el culo- niega con la cabeza.

-¿Qué le pasó al Licha que se tenía fé?- habló Antony y Lisandro rodó los ojos.

Después de un rato más de charla el sol bajó lo suficiente como para que ambos decidan volver a sus casas.
Lisandro cenó y luego se recostó pensando en el día que le tocaría vivir mañana.

[...]

-¡Dale Lisandro!- escuchó después de tres golpes en la puerta.

Bufó bajo y se refregó la cara empezando a cambiarse. Se puso el primer conjunto deportivo que encontró y se puso un buzo que solía llevar para ir al colegio.

-¿¡Ma me llevas vos!?- preguntó caminando a la cocina rogando que la respuesta fuera un sí.

-Estas vaguito últimamente- rió la mujer y sacudió su cabello pasandole un té. -Te llevo porque me queda de paso- asintió.

Lisandro alzó sus manos fingiendo festejar y ambos rieron.
Tomó su té con un poco de apuro y comió unas galletitas que su hermana había dejado sobre la mesa.

-Esas eran de Mel, Lis- lo miró su madre y Lisandro alzó los hombros.

-A mí no me compras galletitas- reprochó haciendo que la mujer ría.

-Sos un nene Lisandro- rió tomando su bolso.

-Y sí- rió junto a ella cargando una botella de agua en una mochila más pequeña que la que suele llevar al colegio.

-Apurá nene, que llegas tarde- lo molestó su madre y ambos salieron de la casa para después subir al auto.

Romina manejó un par de cuadras y Lisandro se despidió bajando en el polideportivo de la ciudad.
Bostezó y con la mirada empezó a buscar a a Antony.

𝗙𝗔𝗟𝗟 𝗜𝗡 𝗟𝗢𝗩𝗘; 𝗰𝘂𝘁𝗶 𝘅 𝗹𝗶𝗰𝗵𝗮 ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora