El Prometido [ SHOWKI ]

[ 02: El prometido ]

— ¿Estás soltero?

Yoo Kihyun sintió un fuerte dolor de cabeza y perdió el apetito a mitad de una cena familiar. No puede creer que su madre tenga el descaro de invitar a un total extraño y lanzar indirectas a la mesa para que se imaginen como esposos.

Él ya había dejado en claro que estaba muy feliz con su vida independiente, muchas gracias. Oh, pero Oksong no cambia. Ella fuese capaz de conseguir otro candidato como plan B aun si su hijo dejó en claro que no deseaba casarse. Kihyun apenas cumplió 18 años se marchó de su hogar y logró costearse un apartamento por el mismo. No le dijo a nadie dónde, no le dijo a nadie cómo, pero si que él lo hizo por no querer ser una carga para sus padres durante su vejez.

Había dejado un vacío en ellos. A su sorpresa Minho y Oksong no se dedicaron a sentirse mal por su ausencia, sino que en cambio eligieron más pretendientes para Kihyun.

Era indignante.

Se frotó la cien queriendo conseguir un poco más de tiempo. Si respondía la pregunta no lo haría amablemente, tanto se hundió en sus pensamientos que no fue capaz de notar que seguía la mirada del tal Lee Hoseok encima de él.

— Entonces ¿es cierto? — Pregunta el invitado. — Que eres un hombre sin tomar... aún

Sus penetrantes ojos lo miraban y deseaba tanto decir: "¡Soy demasiado hombre para alguien como usted! Mis asuntos no le conciernen", pero santo cielos, Kihyun era un pésimo intimidador. Todos lo saben y saben que su rostro se torna rojo cuando lo intenta. Él debería pisotear a Hoseok y tener una salida rápida, pero todo el mundo sabe que como hijo de su padre, él no es valiente.

Kihyun no es de boca rápida y no es bueno disimulando, esa pregunta fue directa y con su mal humor al borde de la raya, su mirada por si sola ya le estaba respondiendo al sujeto.

— En realidad, Hoseok... — Se forzó a evadir sus ojos penetrantes. — No va a funcionar. Yo estoy infelizmente comprometido — Consigue decir y toma un sorbo de agua mientras el tipo parece elevar una de sus cejas.

— Infelizmente... ¿y recuerdas con quién? — Interviene su madre, con demasiada atención a la respuesta de su hijo.

— El hijo de los Son, ¿qué ya lo olvidaste, mamá?

— No... — Aseguró mientras corta la carne en su plato. —  Pensé que tú sí

— ¡De igual forma! — Golpea la mesa. — Lo siento, Lee Hoseok, si mi madre te dió falsas esperanzas. No estoy disponible

Al decirlo lo encuentra mirando todo su rostro sin darle respuesta alguna, qué sujeto tan raro.

— ¿Ahora pones en alto tu compromiso frente a él? — Interrumpió de nuevo Oksong, elevando la comisura de sus labios a una gran sonrisa. — Qué niño tan listo

Él bufó.

Dios, Oksong sabía, ella misma sabe que él no planea casarse algún día próximo y más aún, que su compromiso se realizó cuando tenía 8 años.

Desde ese día aprendió que el matrimonio es sagrados en Corea. Las mujeres comenzaron a ser minoría y para continuar con la taza de linaje se decretó que las mujeres se casarían solo con los hijos mayores de cada familia. Yoo Kihyun, para su mala suerte, es el hijo menor de tres hermanos varones en fila.

Su matrimonio no es para concebir herederos, sino, un acto político de dos hombres -atados- para vivir bajo la cláusula de no intimidad con una mujer por el resto de su vida. Es decir, todo queda en buenos términos.

Kihyun se quería apuñalar en el estómago cuando finalmente lo entendió. Leyó que muchos hombres compraban una casa y volvían el matrimonio una amistad llegando así a viejos, pero Kihyun odiaba tanto imaginar que su destino elegido era con ya-sabes-quién.