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                        🪐

Y ahí estaba ella... Junto a su mejor amiga...
Mejor dicho, ahí estaba ella consolando a su mejor amiga quien tenía el corazón hecho cenizas.

Tal vez ni cenizas quedaban de ese corazón.

Es que no era ni la segunda, ni la tercera...

Ni la cuarta...

Ni la quinta...

Ni la sexta...

Ni la séptima vez que se encontraba consolando a Haerin por sus tragedias amorosas.

Se suponía que iban a ir al cine.

Pero siempre era lo mismo.

Siempre era ella quien tenía que consolarla por aquellas cosas...

Mientras que Spotify reproducía Gone de Rosè, una y otra... Y otra vez.

Que cansando.

—Bien, creo que es mejor que ya cambies de canción.—dijo la pelicastaña dejando de acariciar la cabeza de la menor.—Ya parece disco rayado, Dios.—recibió una mirada de molestia de parte de Haerin.

—Déjame mi cancioncita quieta, es el soundtrack de mi vida en estos momentos.—Dijo Haerin con la voz algo débil para después secarse las últimas lágrimas que tenía en sus mejillas.

Llevaba casi 4 horas ahí. Lágrima tras lágrima.

Danielle se sorprendía que no se secara de tanto llorar.

—¿Ya te sientes mejor?—La mayor preguntó mientras veía a la contraria levantar su cabeza de sus piernas para finalmente sentarse correctamente en el sillón.

—Sí, me siento un poco mejor.—Dijo aun sentándose bien en el sillon.—El dolor de cabeza se me pasó un poco.—Comentó para después voltear a mirar a Danielle, quien tenía una expresión de dolor-felicidad. (?)

—Eso es bueno...—vocalizo entre una mueca de dolor.—Porque ya no siento mis nalgas de tanto estar sentada.—Esta se quejó mientras se intentaba levantar del sillon, pues tampoco sentía la mitad de sus muslos.

Haerin soltó unas cuantas carcajadas por lo escuchado, se le hizo gracioso la manera en la que habló la mayor. Su humor-roto y corazón-roto se sentían mejor después de soltar unas cuantas risas que necesitaba.

Aunque se sentía mal por su mejor amiga, quien estuvo ahí casi cuatro horas seguidas sentada mientras la consolaba.

Como mayormente siempre hacía.

Danielle siempre estaba para ella cuando la necesitaba, así sea por cosas algo... Tontas.

Pero cada vez que Haerin terminaba mal por sus decepciones amorosas, el corazón de Danielle siempre quería gritar con todas sus fuerzas "¡deja de buscar ya, yo soy lo que siempre has buscado!"

Danielle siempre pensaba en cosas así, su corazón gritaba, gritaba y gritaba... Sin ser escuchado.

Pero como dicen... "El amor es ciego", tal vez por eso nunca me has visto...
Visto de otra manera.

Aunque en este caso se podría decir  que el amor es sordo, porque el corazón de Danielle por más que gritaba sus sentimientos en todas las formas posibles, nunca ha sido escuchado por Haerin.

Irónicamente, claro.

Porque para ser realistas, Danielle es la que tiene que vocalizar todos los sentimientos que gritaba su corazón.

Pero no era así de fácil...

Haerin nunca llegaría a sentir lo mismo por ella.

Eso pensaba siempre y piensa Danielle.

"Ella nunca me verá como algo más"

No, nunca lo hará.

Tal vez estaba jodida por tener aquellos sentimientos que se sentían como fuegos artificiales que se explotaban en su corazón.

Lastimaban a su corazón de una manera tan hermosamente dolorosa.

Y eran sentimientos que tenía que reprimir.

Pero es tan difícil reprimir sentimientos que crecen y crecen...

Sí. Está jodida.

Muy jodida.

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