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Manjiro Sano conocido como Mikey era un alfa serio para los demás que había comenzado a disfrutar de sentarse en aquella tranquila cafetería todas las tardes solo con un vaso de Mokaccino acompañado de cualquier dulc...
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Dos días después.
La cafetería apenas se encontraba abriéndose, era un poco tarde puesto que Takemichi había tenido que pasar por la empresa a buscar a Kisaki, pero no lo encontró en el lugar, así que le pidió a Inupi que le pasara un mensaje pidiéndole que se acercara a la cafetería, quería que le diera el reporte semanal de lo que ambas unidades se encontraban haciendo, sabía que debía hacer el trabajo como líder de los Black Dragons que era y comenzaría pidiendo ese reporte, porque de verdad ya no quería problemas con la ToMan y tampoco quería que estos tuvieran problemas con ellos, había perdido a muchos integrantes de su unidad en peleas callejeras sin mucho sentido y, aunque debería estar resentido con la ToMan por ello, sabía que su propia gente también habían arrebatado muchas vidas de aquel grupo, así que no le quedaba de otra más que olvidar ese detalle enterrado y empezar a hacer las cosas bien ahora que tenía un trato con Mikey, de comandante a comandante.
Takemichi sabía que los primeros tres clientes fijos ya no llegarían por la hora, así que se centró en acomodar las mesas y las sillas, notando que el piso había sido limpiado y sonrió por ello, sabía que Inupi era el que lo había hecho el día anterior puesto que Kokonoi prefería encargarse de las cuentas del lugar, aun así estaba agradecido con ambos por encargarse de la cafetería, realmente el día anterior no se había sentido para nada bien e incluso Hanma lo había terminado llevando al hospital en un ataque de nervios y pánico cuando lo vio tan pálido, por supuesto que tampoco ayudó a que uno de los chicos betas del grupo dijese en voz alta que todavía olía a muerte, por suerte el doctor logró tranquilizar al hombre luego de explicarle la razón de por qué se encontraba de esa manera y luego de despacharlo de allí, fue obligado a descansar sin hacer absolutamente nada en todo el día mientras era vigilado por sus padres adoptivos.
Ahora se sentía mejor, había tomado un buen desayuno junto a las pastillas recetadas y ahora tenía suficientes energías como para estar en la cafetería, yendo de un lado hacia el otro mientras las cafetera trabajaba para sacar el primer shot de café que siempre solía ser completamente amargo, ese shot solía botarlo puesto que a nadie le gustaba tomarse su café sin azúcar, luego de conocer a Draken dejó de botarlo puesto que el alfa se lo tomaba sin problemas y así como la primera vez, siempre solía arrugar la nariz cuando lo veía hacerlo porque en serio ese primer shot era realmente amargo, pero el rubio se lo tomaba como si fuese el Caramel Machiatto que Mikey solía tomar. Horrible, sinceramente, el shot, no el café de Mikey. Encendió la radio a volumen moderado antes de tomar un pañuelo y el spray con agua para moverse hacia las mesas y ponerse a limpiarlas mientras cantaba las canciones que presentaban en la radio.
Kisaki sentía que su cabeza estallaría tarde o temprano, había estado ignorando completamente el pedido del comandante de la ToMan acerca de encontrarse, pero aun así no había podido ignorar del todo a su bebé a quien había encontrado expulsando sus feromonas más seguido y en todos lados, le habían incluso contado que estas se volvían más dulces después de que veía a Mikey, y eso lo dejaba completamente frustrado porque sabía que eso significaba que el pequeño estaba aceptando el cortejo indirecto de aquel estúpido alfa, ni siquiera podía pensar en alejarlos por demasiado tiempo porque sabía que tendría luego a Takemichi deprimido y ocultándole que lo estaba, su omega lo mataría si llegaba a notar que el culpable de que el niño estuviera deprimido era por su culpa, así que trataba de controlarse lo más posible mientras pensaba cómo hacer para alejar a esos dos de la manera más sutil que conocía -no sabía siquiera ser sutil, para su desgracia-.